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¿Te ofrecen pescado a tu puerta? ¡Ten cuidado!

Pescadores tendiendo la red. (14ymedio)
Rosa López

16 de julio 2014 - 12:30

La Habana/Muchos cubanos optan por el mercado informal ante los altos precios de los productos en las tiendas en divisas. ¿Quién de nosotros no ha comprado queso, salsa de tomate o leche en las redes ilegales de comercio? Sin embargo, cuando adquirimos algo de forma clandestina y no conocemos al vendedor, se multiplican las posibilidades de ser timados o de obtener mercancía en mal estado. El mayor peligro, no obstante, es comprar un producto que dañe nuestra salud, de ahí que sea importante ser precavidos con ciertos alimentos.

Cada cubano adulto tiene alguna experiencia que contar acerca de un pescado que le vendieron como pargo y en realidad era tenca, claria o picúa. Con el pescado hábilmente empaquetado y mostrado furtivamente, el comerciante nos asegura que es "del bueno, de masa blanca y con pocas espinas". Después, en la sartén o sobre el plato, descubrimos frustrados el engaño.

Algunos clientes aseguran poseer un buen contacto para comprar productos del mar y que hasta ahora no les ha fallado. ¡Qué suerte la suya! Por el contrario, la gran mayoría se abastece de un mercado ilegal, inestable y cuyos proveedores cambian con frecuencia. Los llamados Mercomar, de gestión estatal, ofrecen poca variedad y altos precios, por no hablar de las largas colas que a veces se forman frente a sus puertas.

Es fácil pensar que al vivir en una isla podemos tener nuestras mesas llenas de mariscos, ostras, sardinas y demás delicias marinas. Nada más lejos de la realidad. En Cuba es más fácil encontrar picadillo de pavo "made in USA", que un buen filete de castero o una sopa con cabeza de cherna.

Las restricciones impuestas tanto a la pesca como a la venta de pescado por parte de privados empujan a la clandestinidad a la hora de buscar un buen producto. Las especies quizás han sido capturadas en lagunas de oxidación pertenecientes a fábricas o industrias, con lo que podríamos estar introduciendo en nuestro organismo compuestos químicos que traerán efectos negativos a corto y medio plazo.

En la Isla también hay numerosos embalses contaminados y zonas de la costa que reciben vertidos de industrias y asentamientos poblacionales. Los peces que viven en esas franjas de mar no deben ser utilizados para consumo humano. Un ejemplo es la Bahía de La Habana, cuyas aguas están contaminadas por los hidrocarburos, residuos albañales y otros vertidos.

Otra amenaza es la ciguatera, una intoxicación alimentaria endémica de las zonas tropicales y provocada por el consumo de peces ciguatos. El pescado aquejado de este mal no puede ser identificado por su olor, sabor ni color.

Si un desconocido toca a nuestra puerta proponiéndonos unas tentadoras ruedas de sierra o una banda de aguja, ¡cuidado! tal vez no sea lo que nos dice o, en el peor de los casos, podría dañar nuestra salud.

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