Para los opositores, "el legado de la generación histórica” no es compatible con las reformas

La Habana/El primer discurso de Miguel Díaz-Canel después de asumir la presidencia del país no ha gustado a la oposición ni a los activistas de derechos humanos.

La directora del programa independiente Lente Cubano, Iliana Hernández, cuestiona que Díaz-Canel haya sido “seleccionado a dedo”, una condición que a su juicio provoca que el pueblo cubano no lo pueda respetar como líder. “Para colmo tampoco es carismático”, agrega.

Iliana Hernández asegura conocer las prioridades del mandatario a partir de un video filtrado el pasado año en el que se le ve atacar a los medios de prensa independiente y alabar la censura como una forma de proteger la Revolución. “Va a reprimir más, pero ahora la oposición está más fortalecida”, subraya.

En Santiago de Cuba, Carlos Amel Oliva también se muestra escéptico de que el nuevo mandatario pueda satisfacer los deseos “de cambio del pueblo cubano”. El joven activista de la Unión Patriótica de Cuba considera una contradicción “intentar mantener el legado de la generación histórica” y por otra parte “hacer reformas”.

El acceso a la información es un punto clave en el aumento de las exigencias populares que percibe Oliva. “Esta es una Cuba distinta a la de hace diez años”, cuando Raúl Castro asumió el cargo de presidente, puntualiza. “La sociedad demanda acciones más profundas”, no solo para aliviar la situación económica sino también “en materia de derechos humanos”.

Iliana Hernández asegura conocer las prioridades del mandatario a partir de un video filtrado el pasado año en el que se le ve atacar a los medios de prensa independiente

Reconoce que es muy difícil predecir los próximos pasos del presidente porque “en un sistema totalitario todos tienen un doble discurso” y “nadie puede asegurar que lo que dijo este jueves frente al Parlamento es realmente lo que piensa”.

El director del Centro de Estudios Convivencia (CEC), Dagoberto Valdés, opina que esa primera alocución tras ser nombrado presidente “fue ideológica para dar señales de continuidad, pero la realidad es más tozuda y más contundente que la ideología o que los propósitos de cualquier gobernante”.

Valdés y su equipo han sido víctimas en los últimos años de constantes presiones, prohibiciones de salida del país y un proceso judicial que terminó con la confiscación de la vivienda donde se reunían en la ciudad de Pinar del Río. El think tank recién concluyó un encuentro donde se debatió sobre la agricultura y la prensa en el futuro de la Isla.

Un futuro que la nueva dirección administrativa del país no puede construir “con los mismos ladrillos anteriores que no sirvieron, dígase con los mismos métodos, el mismo modelo económico y político. Es necesario ladrillos nuevos para una construcción nueva”, precisa Valdés.

"Esa primera alocución tras ser nombrado presidente fue ideológica para dar señales de continuidad, pero la realidad es más tozuda y más contundente que la ideología

Aunque aplaude la renovación generacional del Consejo de Estado, el director del CEC opina que “renovar la edad no es suficiente”, sino que se necesita “una renovación de las mentalidades, de los métodos y de los modelos”.

El periodista independiente Henry Constantín cree que el compromiso que tiene el nuevo Consejo de Estado con la llamada generación histórica “será un lastre importante” para su desempeño. “Para que los cambios económicos surtan el efecto apropiado deben hacerse cambios en el terreno político, sobre todo en lo que concierne a las libertades”, recomienda.

En opinión de este reportero, impedido de salir de la Isla por las autoridades, la designación de Salvador Valdés Mesa como primer vicepresidente envía una mala señal. “En Camagüey perviven malos recuerdos de cuando fue primer secretario del Partido Comunista en la provincia”, evoca. “Se labró una reputación de burócrata ineficiente y ahora lo han colocado en ese cargo para ‘equilibrar’ cualquier desliz de Díaz-Canel”.

La opositora Martha Beatriz Roque, condenada a 20 años de prisión durante la Primavera Negra de 2003, señala que la generación histórica ha puesto en manos del ingeniero nacido en Santa Clara “una papa caliente muy grande, porque el país está en una situación bien difícil”.

La economista está convencida que el nuevo presidente “no va a hacer ningún cambio, por el contrario va a endurecer la política”.

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