Ozempic, el adelgazante milagroso para los jerarcas y famosos cubanos
Los médicos critican el uso inadecuado del fármaco para la diabetes al que los enfermos no tienen acceso en la Isla
La Habana/El catálogo es muy amplio: tratamiento facial, masajes, depilación láser y también la más reciente novedad que buscan quienes pueden pagar por ella. "Tenemos Ozempic, una caja con siete dosis a 300 dólares", dice Lalia, una de las empleadas de un local de belleza ubicado en uno de los barrios más selectos de La Habana. "Nos entró esta semana y se acaba rápido, más bien vuela", advierte.
Luego de tener a su segundo hijo, Silvia, casada con un próspero inversionista español que hace negocios en Cuba, subió cerca de 20 libras. "Me estaba matando en el gimnasio, tomando un montón de infusiones con un sabor asqueroso, reduciendo la cantidad de comida y nada, las empellas seguían ahí", cuenta a 14ymedio. Hace un mes comenzó con el nuevo medicamento pensado para la diabetes y que está de moda.
De la firma Novo Nordisk, una empresa farmacéutica danesa, el compuesto regula el azúcar en la sangre, suprime el apetito y, como efecto paralelo, hace que se pierdan esas libras de más. Silvia no es diabética ni consultó con un médico sobre si debía o no comenzar a administrarse las inyecciones semanales de Ozempic, pero unas amigas, la mayoría cubanas conectadas con el mundillo de los negocios y la farándula, le recomendaron su consumo. "No me da casi hambre, así que me viene muy bien", remacha.
El compuesto regula el azúcar en la sangre, suprime el apetito y, como efecto paralelo, hace que se pierdan esas libras de más
En un país donde la mayor obsesión es poner algo en el plato y llevarse comida a la boca, la gente como Silvia son un selecto grupo que debe lidiar con bufés, recepciones, festivales, inauguraciones y otros eventos sociales donde inevitablemente "sirven cosas para picar, hay muchas bebidas con alcohol y uno termina llenándose de chucherías". Tras comentar con sus amigas la frustración que la embargaba cada vez que se subía a la báscula, escuchó por primera vez una palabra que nunca había oído: Ozempic.
"Me compré mi primera caja", cuenta. "Dentro incluye algo como un bolígrafo y unas agujas desechables que se usa una cada vez. Se puede inyectar en la barriga, en el muslo o un brazo superior, nunca en una vena", explica como si ya fuera experta. "En menos de un mes he perdido más de diez libras y todo el mundo me pregunta qué estoy haciendo, así que se los recomiendo, ya no tengo que preocuparme cuando tengo que ir con mi esposo a un evento porque sé que las bandejas llenas de comida no me darán ninguna tentación".
En los sitios digitales de clasificados, en los grupos de Facebook dedicados a la compraventa de mercancías y en las listas de difusión de WhatsApp, el Ozempic ha ido ganando espacio en los últimos meses. "Tengo cuatro cajas, con siete dosis cada una por 800 dólares", promociona un comerciante que brinda la facilidad de "pagar en La Habana o transferir el dinero por Zelle en Estados Unidos".
En los grupos de Facebook dedicados a la compraventa de mercancías y en las listas de difusión de WhatsApp, el Ozempic ha ido ganando espacio
"Es preocupante que la gente se esté automedicando con Ozempic sin una prescripción médica, sin consultar con un doctor", comenta a este diario un endocrino con más de dos décadas de experiencia, actualmente empleado en un hospital habanero y que prefiere mantener el anonimato. "Tengo pacientes, realmente diabéticos, que necesitan este tipo de fármacos y no lo tienen, porque aquí no se está comercializando de manera oficial y, por otro lado, veo que se está volviendo moda inyectarse para bajar de peso, sin control y sin hacer verdaderos cambios de estilo de vida que es lo primero que hay que cambiar si se quiere tener un peso saludable".
"Puede haber efectos secundarios, no son muy frecuentes pero están ahí, no se pueden esconder", aclara. "Hay gente que sufre náuseas, vómitos y otras complicaciones cuando empieza a aplicarse estas inyecciones, y en casos más complejos se puede llegar incluso a una pancreatitis". Para el galeno "el consumo de Ozempic debe hacerse bajo supervisión médica y esto no es algo para poderse poner una ropa que nos queda apretada, esto es un medicamento para controlar el azúcar en la sangre. Son palabras mayores".
El doctor ya ha aprendido a detectar lo que se ha dado en llamar "cara de Ozempic", el rostro demacrado y con los pómulos salientes de quienes se tratan con el producto. "Una bajada de peso repentina no es saludable y nadie debe someterse a este tipo de tratamiento solo con la intención de verse más flaco o para perder los antojos de comerse un dulce", concluye. Pero reconoce que su batalla está perdida: "Es arar en el mar porque cuando de la apariencia física se trata la gente tiende a no escuchar los riesgos".
"Cuando de la apariencia física se trata la gente tiende a no escuchar los riesgos"
Recientemente, una aparición pública de Lis Cuesta, la esposa del gobernante Miguel Díaz-Canel, avivó los rumores sobre la expansión del Ozempic entre las altas figuras del poder en Cuba. Más delgada y con el rostro alargado, la esposa del también primer secretario del Partido Comunista desfiló en la marcha del Pueblo Combatiente del 20 de diciembre pasado con una evidente pérdida de peso.
El volumen del abdomen de los dirigentes cubanos y sus familiares es constante motivo de crítica por parte de la población, material de memes y de caricaturas además de ser leído como un mensaje muy contraproducente para un discurso político que exige constantemente la austeridad de los ciudadanos y los insta a apretarse el cinturón. El peso se ha convertido, en los últimos años, en una línea divisoria entre la gente humilde que en la actual crisis ha visto reaparecer las costillas y las clavículas en contraste con los rechonchos funcionarios oficiales.
"Aquí a este salón de belleza viene todo tipo de gente a buscar Ozempic, tenemos artistas, bailarinas, amantes de ministros, empresarias y también está creciendo el interés de algunos hombres famosos por mejorar su apariencia", explica Lalia. "Tenemos algunos clientes a los que les reservamos su dosis nada más nos llegan nuevos suministros, todo lo que vendemos es de calidad y podemos acompañar todo el proceso con un tratamiento de rellenos faciales para evitar la cara desinflada".
La emprendedora se ufana de que "ayudamos a gente que sale en la televisión a verse mejor"
La larga lista de clientes es reservada, pero la emprendedora se ufana de que "ayudamos a gente que sale en la televisión a verse mejor". En su opinión, "hay cada vez más preocupación por la apariencia, ya aquello de que la prosperidad y el éxito había que llevarlos encima con un cuello gordo o una barriga grande no es así, ahora el que tiene dinero quiere verse flaco, ágil y deportivo. El Ozempic ayuda en eso y también mejora mucho la autoestima".
En el mismo barrio donde Lalia tiene su exclusivo local hay una farmacia estatal en la que los clientes hacen cola por varios días para tratar de alcanzar los medicamentos que necesitan. El pasado diciembre, tras varias horas de espera, un grito de frustración recorrió la fila. La causa de tanto disgusto: otro retraso en el suministro de fármacos, entre ellos algunos de los que usan los pacientes de diabetes para regular el azúcar en su sangre.