El debate sobre 'El caso Padilla' fue el principal evento cultural cubano en febrero

La Habana/Dos acontecimientos marcaron las discusiones sobre la literatura cubana durante este febrero: la Feria Internacional del Libro de La Habana y la polémica sobre el documental El caso Padilla (2022), de Pavel Giroud. Los autores, editores y traductores cubanos se ocuparon, además, de temas como el retorno a la Isla desde el exilio y la impronta soviética en la actual mafia rusa.

Como un "regreso maldito" calificó Grethel Delgado la historia que cuenta su novela No me hablen de Cuba (Suburbano), de la cual 14ymedio publicó el primer capítulo. El retorno "sin concepto patriótico alguno", para "ver a los que dejó atrás", imprime en la narradora un "sabor amarguísimo" y el arrepentimiento por haber realizado un viaje demasiado doloroso a sus raíces.

La novela policial Asesinato en el Bosque de La Habana (Atlantis), de Rigoberto Menéndez, se ocupa de las comunidades árabes, libanesas, sirias y palestinas en la Cuba de 1940. En palabras de su autor, el texto pretende utilizar un crimen para indagar sobre una Habana "cosmopolita, plural, habitada por inmigrantes de todas las latitudes".

Con Patriotas y traidores en la Cuba revolucionaria 1961-1981 (Pittsburgh Press), publicado en inglés, la profesora de la Universidad de Florida Lillian Guerra examina "las estructuras de hegemonía y control" con las que Fidel Castro aseguró su poder en los primeros años de la Revolución. Para argumentar sus razonamientos, Guerra señala que desde 1959 se le impuso a la sociedad cubana la dicotomía "patria o muerte", que trazó la división entre los partidarios del régimen y los que, desde su "traición", fueron despojados de todo peso social y político.

Muchos lectores han echado en falta una reedición de 'Fuera del juego', de Heberto Padilla, a propósito de la polémica que han sostenido numerosos intelectuales y artistas

Muchos lectores han echado en falta una reedición de Fuera del juego (1968), de Heberto Padilla, a propósito de la polémica que han sostenido numerosos intelectuales y artistas sobre el documental El caso Padilla. Ninguna editorial, dentro o fuera de la Isla, ha aludido a una posible actualización de la obra que incluya el impacto del filme de Giroud en la lectura actual del poemario.

El escritor cubano y especialista en literatura rusa Jorge Ferrer, residente en Barcelona, anunció la publicación del volumen Del terror rojo al Estado mafioso (Deusto), de Yuri Felshtinsky y Vladimir Popov. El volumen, traducido al español por Ferrer, aborda el trabajo de los servicios especiales de Rusia como parte de una "lucha por la dominación mundial".

También en torno a la cultura de este país se publicó La última artista soviética (Godall), de la pintora rusa Victoria Lomasko, con traducción del poeta y ensayista cubano Ernesto Hernández Busto. Según la nota de presentación del volumen, se trata del "testimonio involuntario de cómo la intolerancia de un régimen puede truncar los deseos de esta artista y convertirla, a pesar suyo, en un símbolo de lucha".

El crítico Jorge Luis Arcos fue galardonado este mes con el premio Franz Kafka de Ensayo por su libro El castigo [Relato caleidoscópico], un "aporte fundamental", según el jurado, al conocimiento de la obra del poeta Lorenzo García Vega. Por su parte, la traducción francesa de la novela Los caídos, del escritor Carlos Manuel Álvarez, mereció el Prix Carbet de la Caraïbe et du Tout-Monde 2023, que distingue anualmente el mejor libro caribeño publicado en francés o creole.

Este febrero, los lectores cubanos acudieron a la fortaleza de La Cabaña y otros espacios de La Habana para participar en la Feria Internacional del Libro

Este febrero, los lectores cubanos acudieron a la fortaleza de La Cabaña y otros espacios de La Habana para participar en la Feria Internacional del Libro. Durante el evento, que se caracterizó por la ausencia de jóvenes y una pobre oferta editorial, se entregaron los premios de la Crítica Literaria, que fue obtenido por varios libros entre los que destacan El año que nieve, de Rubén Rodríguez, Subsuelos, de Leymen Pérez, y Hierro, de Carlos Celdrán.

La propia prensa oficial fue crítica con las cifras ofrecidas por el Instituto Cubano del Libro. De acuerdo con esta institución se vendieron apenas 710.455 ejemplares –cantidad que Cubadebate definió como "considerable"–, aunque no revelaron la cifra de nuevos títulos impresos por las editoriales estatales. El costo promedio de cada libro, asegura, fue de 17 pesos, pero el costo real de los libros, comprobado por 14ymedio, estuvo muy por encima de ese precio.

Los lectores, además, encontraron muy pocos títulos atractivos. En ninguno de los puestos de venta se pudo comprar Personas decentes (Tusquets), un policial de Leonardo Padura que ocupa las listas de los más vendidos en España y América Latina, o La niña alemana, la novela de Armando Lucas Correa que este mes alcanzó la venta de un millón de ejemplares en todo el mundo.

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