Cinco años y 300.000 dólares perdidos: el fracaso de una fábrica de lácteos en Cuba

La contratación de una "brigada fantasma" de constructores de Holguín es el episodio más sobresaliente de la gestión turbia del proyecto

La cooperativa Las Clavellinas tiene los equipos de la planta "bajo un portal" desde hace cinco años. (Granma)
Pinar del Río tiene otras muchas obras que no acaban de consolidarse y para las cuales se compraron "valiosos equipos sin estrenar". (Granma)
14ymedio

16 de agosto 2023 - 18:59

La Habana/Las autoridades cubanas han desperdiciado 300.000 dólares y casi cinco años en la construcción de una miniindustria láctea en Mantua, Pinar del Río. Estafas, retrasos, desembolsos astronómicos sin resultados, además de "un par de demandas" de un ministerio a otro, hacen difícil que la prensa oficial justifique –como pretende este martes Granma– la mala gestión de los funcionarios y la paralización absoluta del proyecto.

La miniindustria, ubicada en la cooperativa ganadera de Las Clavellinas, recibió financiamiento de un socio extranjero, cuyo nombre no revela el diario del Partido Comunista, en diciembre de 2018.

Con la supervisión del Ministerio de Agricultura y la mediación del de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, el dinero –en aquel momento cambiado a pesos cubanos convertibles (CUC)– sería destinado a la construcción de sistemas de riego de pastos, la compra de herramientas e insumos para los productores, y la instalación de una fábrica para la elaboración de productos lácteos.

En 2020, todavía el proyecto no había despegado, lo cual provocó la primera "advertencia" del Ministerio de Comercio Exterior al de Agricultura, emplazándolo a responder qué había hecho con el dinero del inversor extranjero.

En 2020, todavía el proyecto no había despegado, lo cual provocó la primera "advertencia" del Ministerio de Comercio Exterior al de Agricultura

La gestión de los responsables del proyecto fue calamitosa: contrataron, pagando un generoso anticipo de 80.000 CUC, a una brigada de constructores por cuenta propia de Holguín que, supuestamente, ya habían trabajado para la cartera de Agricultura. Granma no deja de subrayar el ridículo de buscar trabajadores a más de 950 kilómetros de donde se pensaba levantar la obra, pero no explica en qué se basaron los directivos para justificar su decisión ni si se tomó alguna medida con lo que, evidentemente, se trata de un grave caso de corrupción administrativa.

Todo ello, además, en plena pandemia de coronavirus, cuando la hipotética transportación de la brigada desde Holguín hasta Pinar del Río hubiera sido en extremo limitada, por las restricciones de viajes interprovinciales y las dificultades logísticas para encontrar albergue. No obstante, lo más notable fue que, una vez que tuvieron el dinero en la mano, los trabajadores nunca se presentaron.

Desde entonces, el proyecto sigue en el limbo. La prensa oficial asegura que se han celebrado reuniones entre dirigentes, se han impuesto demandas en los tribunales y los implicados han hecho todo lo posible para librarse de la "manzana de la discordia" en que se ha convertido la miniindustria. Pero ha sido en vano, y el periódico no revela quién salió "castigado" tras el laberinto de supuestas sanciones.

Granma acaba su artículo sobre el "sueño eterno" de la inversión criticando la "incongruencia" de los dirigentes locales, que entregaron "cientos de miles de dólares de financiamiento" y no jugaron un "papel más activo" para garantizar el rigor de los contratos.

La conclusión es que al cabo de cinco años de sinsabores, sin contar las vueltas de tuerca que ha dado la economía nacional, "todavía no se sabe si algún día funcionará"

La conclusión es que al cabo de cinco años de sinsabores y gestión turbia, sin contar las vueltas de tuerca que ha dado la economía nacional, "todavía no se sabe si algún día funcionará" la empresa. El tiempo de espera ha afectado, además, los recursos de la provincia. Las Clavellinas, la cooperativa donde se ubica el proyecto de miniindustria láctea, contaba con una notable masa ganadera y, si bien sufrió un duro golpe durante el Período Especial, se estimaba que la planta ayudaría a recuperar la producción local.

Pinar del Río, remata el periódico, tiene otras muchas obras que no acaban de consolidarse y para las cuales se compraron "valiosos equipos sin estrenar", abandonados hoy en "portales y almacenes". Para ello se manejan "alternativas", pero los funcionarios no acaban de ponerse de acuerdo y, en las condiciones actuales del país, se carece de materiales y recursos. Nadie "se atreve" ya a predecir cuándo se resolverá la situación.

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