Pese a los enormes ingresos que le da el tabaco, el Estado malpaga a los productores

La Habana/A la industria del tabaco en Cuba hace tiempo que no le cuadra la lista con el billete. Mientras Habanos S.A. declaraba a inicios de año un récord de ingresos, los guajiros cubanos apenas cuentan con los insumos para mantener las cosechas. El cultivo, declararon algunos de ellos esta semana a la prensa oficial, se mantiene gracias a que es una tradición, porque como negocio “no da resultado”.

Guerrillero empieza su reportaje con las buenas noticias: tabaqueros que han mejorado sus rendimientos, ex militares que vuelven a las tierras de su infancia para sembrar la hoja y la tradición –palabra de orden– que siguen las familias desde hace décadas cosechando tabaco en Vuelta Arriba.

Para los guajiros, no obstante, la vida no es color de rosa pese a que trabajan para uno de los poco sectores privilegiados de la economía. El primer “tropiezo”, explica el diario, viene como consecuencia de la precaria situación energética del país. En la cooperativa Gabriel Lache, todos riegan los surcos con equipos eléctricos, lo que los ha obligado a modificar sus horarios en función de los apagones. “En ocasiones, tienen que hacerlo a altas horas de la noche o de madrugada”, explica el medio.

“La ficha de costo de los recursos que nos vende la empresa está muy alta en relación con el precio del tabaco en pesos”

Leonardo Díaz, un joven tabaquero de 37 años que desde los 15 trabaja en las vegas, asegura a la prensa estatal que empezó la campaña de siembra sin saber si iba a poder regar los cultivos. Al problema del servicio eléctrico se le suma la rotura de la turbina en plena época seca, y la falta de agua “impacta mucho en los cultivos”.

 “Esta campaña ha sido difícil para mí, también por ese motivo. Ahora me facilitaron un motor y gracias a eso puedo ir sacando agua de aquí o de allá. Por lo demás, en sentido general, hemos recibido los recursos necesarios, pero la mayor inconformidad de los productores hoy está en los precios del tabaco”, explica el agricultor.

Según cuenta, los precios de los insumos que necesita para las cosechas, muchos de ellos adquiridos a través del Estado, han subido de precio, pero el tabaco “se quedó igual”. “En buen cubano, le puedo decir que estoy trabajando para la divisa”, admite al medio, y asegura que todo el fondo en pesos se va en gastos asociados a la siembra. “El obrero te cobra 1.000 pesos, más el almuerzo, y lo que cuestan los recursos que lleva el cultivo. Cuando pagas todo eso, se fue el dinero”.

Díaz insiste en que la situación no es nueva y “se ha planteado en varios escenarios, porque es una inquietud general” de los guajiros que se dedican al tabaco.

Lo secunda Julio Isidro Gorgoy Miranda, otro agricultor que dedica 2,5 hectáreas a sembrar la materia prima de los puros. “La ficha de costo de los recursos que nos vende la empresa está muy alta en relación con el precio del tabaco en pesos”, refiere. 

"Es lo que nos gusta, pero ese es un tema que crea descontento y desmotiva a los campesinos"

Según argumenta, en sembrar unas 1.000 posturas de tabaco, el guajiro emplea unos 7.400 pesos. Sacándole el máximo a la siembra, obtendría unos 8.040, una diferencia ínfima que apenas le reporta ganancias en una moneda, además, devaluada. “Estarías trabajando para 1.000 pesos por cada quintal. No da resultado”, lamenta.

“Lo seguiremos haciendo porque es una tradición. Además, es lo que nos gusta, pero ese es un tema que crea descontento y desmotiva a los campesinos”, dijo.

A finales de febrero, durante el lujoso Festival del Habano que Habanos S.A. celebra de forma anual en La Habana, la empresa celebró haber logrado un récord de ingresos de 827 millones de dólares –106 millones más que un año antes–, lo que representa un aumento del 14,7%. De ello, solo una ínfima parte se reinvertirá en pagos e insumos para los agricultores.

El evento de este año también es de los más lujosos que ha preparado la compañía –que Cuba administra a medias con España–, e incluyó una feria de exposiciones en el Palacio de las Convenciones, presentaciones de nuevas vitolas exclusivas, la tradicional subasta de humidores, que este año recaudó 16,41 millones de dólares, y una cena llena de millonarios y derroches en el Capitolio de La Habana.