Pese a las protestas en La Habana, Wingo mantiene la obligación del visado

La compañía colombiana se compromete a devolver el dinero por el mismo medio de pago

El acceso al Consulado de Colombia en La Habana permanecía este martes custodiado por la Policía
El acceso al Consulado de Colombia en La Habana permanecía este martes custodiado por la Policía / 14ymedio
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10 de julio 2024 - 14:01

Madrid/Las decenas de personas que se manifestaron ante la Embajada de Colombia este martes, en La Habana, un día después de que entrara en vigor la exigencia para los cubanos de un visado de visitante para poder viajar con la aerolínea Wingo, se sienten estafadas. “Nosotros no necesitamos esa visa porque vamos de tránsito”, esgrimía un cliente entre la multitud, contenida a cuadra y media de distancia de la sede diplomática por un cordón policial. Un fuerte operativo de vigilancia se mantenía en los alrededores, en la barriada de Miramar.

No quieren reprogramar su boleto, una de las opciones que les ofrece Wingo hasta marzo de 2025 y sin costo adicional, porque, aunque no lo dicen explícitamente, su intención no es visitar Colombia, sino seguir viaje. La mayoría de ellos van a Nicaragua, desde donde seguirán por tierra hasta Estados Unidos, por la ruta de los volcanes abierta por Miguel Díaz-Canel y Daniel Ortega desde que pactaron, en noviembre de 2021, la libre entrada para cubanos.

Pero tampoco quieren que les devuelvan el costo del billete. “El reembolso no me sirve, con el reembolso yo no puedo comprar un pasaje”, decía otra habanera, quien aseguraba que solamente lo estaban devolviendo en moneda libremente convertible (MLC). “Yo no quiero reembolso, yo quiero una solución”, lamentaba la mujer, desesperada.

“Ahora mismo me da lo mismo que me metan un tiro o que me metan en la cárcel, me da lo mismo”

En los últimos meses vendió su propiedad para salir de la Isla y ha tenido todo un rosario de vicisitudes, un asalto incluido: “Me quedé sin casa, me dieron un trastazo y me robaron la moto, por poco me matan. Ahora mismo me da lo mismo que me metan un tiro o que me metan en la cárcel, me da lo mismo”.

Se lo contaba a otra joven, que había conminado a los presentes a no exaltarse y “evitar escándalo”, porque ayer lunes, explicaba, “bajaron una guagua de [policías vestidos de] civiles para llevarse a la gente presa”. La joven, que no es cubana sino mexicana, estudiante de medicina becada por su país en la Isla, también está afectada por la medida, aunque su destino final no fuera Managua sino México. También se quejaba de tener que recibir la devolución de su pasaje en MLC.

Sin embargo, preguntada por 14ymedio, la compañía Wingo asegura que, a los que no quieren reprogramar su viaje, está retornando el precio del billete de dos maneras: por el mismo medio de pago con el que lo compraron o a una tarjeta MLC.

Ante las protestas que, desde hace una semana, llevan a cabo los clientes agraviados tanto en el Aeropuerto José Martí como delante de la Embajada de Colombia en La Habana, la aerolínea remite a su “postura oficial”, hecha pública hace unos días. En ella, apelan a un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia el pasado 4 de julio que, a su vez, recuerda la normativa vigente desde el 22 de julio de 2022.

Esta dictaba que “para que un pasajero sea considerado en tránsito en los aeropuertos colombianos, en el mismo contrato de transporte aéreo debe incluir tanto los trayectos de arribo al territorio nacional, como los de salida al tercer país”.

En este supuesto no podía estar Wingo en ningún caso, porque su oferta es solamente Colombia como destino final. “Es importante reafirmar que la red de rutas de Wingo solo ofrece vuelos directos, en este caso La Habana-Bogotá, y no ofrece vuelos de conexión, ni dentro de su propia red, ni con otras aerolíneas. Dicho esto, la aerolínea no está en capacidad de verificar la validez de las conexiones con otras compañías aéreas más allá de Bogotá”, reafirmaba la compañía en su declaración institucional.

Sin embargo, los cubanos han seguido eligiendo esta aerolínea, que es la firma de bajo costo de Copa Airlines, por sus atractivos precios –entre 200 y 300 dólares ida y vuelta– y sus numerosas conexiones con la Isla. Lo habitual es que, con otra compañía, contrataran el siguiente vuelo hasta Managua.

¿Por qué pudieron volar los últimos dos años, pese a la entrada en vigor de la nueva normativa migratoria colombiana? En mensajes con este diario, Wingo reconoce que existía un resquicio legal: las autoridades del país andino no habían exigido hasta ahora que los pasajeros presentaran el visado de visitante antes de abordar. Por parte de la compañía, reiteraron, “se empezó a solicitar este lunes 8 de julio de 2024”.

“La aerolínea no está en capacidad de verificar la validez de las conexiones con otras compañías aéreas más allá de Bogotá”

“En el marco de los requisitos migratorios colombianos y las directrices emitidas tanto por Migración Colombia como por la Aeronáutica Civil de Colombia, la aerolínea reforzará los mecanismos de control para cumplir a cabalidad con la normatividad mencionada”, decía también Wingo en su postura oficial, aludiendo a la mayor vigilancia que el comunicado de la cancillería colombiana del 4 de julio evidencia que habrá a partir de ahora.

Este mayor control coincide con las presiones ejercidas por parte de Estados Unidos sobre las compañías aéreas latinoamericanas por su complicidad, en mayor o menor medida, con las redes de transporte de migrantes ilegales. Varias de ellas, de hecho, han preferido suspender sus vuelos ante la amenaza de sanciones de parte de Washington.

A inicios de junio, la también colombiana Avianca informó de que, “debido a temas operacionales”, pospondría hasta nuevo aviso el reinicio de los vuelos en la ruta entre Bogotá y La Habana, que había prometido desde mayo, sin dar más detalles.

Por otra parte, Nicaragua está en la mira de EE UU no solamente por los migrantes cubanos sino, y mucho más, por las llegadas masivas de otras nacionalidades, y algunas evidencias apuntan a que parte de la ola migratoria irregular puede estar relacionada con el interés de Vladímir Putin de desestabilizar a Washington.

El pasado 13 de junio, el Departamento de Estado anunció restricciones de visado al ejecutivo de una aerolínea acusado de “facilitar la migración de forma irregular” desde Managua. Aunque Washington no precisó, por temas legales, el nombre del sancionado, la prensa nicaragüense llegó a la conclusión de que se trata de Mohamed Ben Ayad, un empresario libio que hasta hace poco era el propietario de Ghadames Airlines. La empresa acaba de ser vendida a uno de los hijos del mariscal Jalifa Haftar, aliado de Putin.

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