Piden una reunión con Lula en La Habana para hablar de la ausencia de derechos sindicales en Cuba

La Habana/La Asociación Sindical Independiente de Cuba (Asic) envió este martes una carta al presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva solicitando una reunión con el mandatario durante su asistencia a la cumbre del G77 más China, que se celebrará en La Habana los próximos 15 y 16 de septiembre. Según la misiva, firmada por Iván Hernández, secretario general de la organización, su objetivo es discutir "la grave situación laboral y sindical de la Isla".

La carta, compartida por Hernández en la red social X (Twitter), apela desde sus primeros párrafos al pasado de Lula como líder sindical durante la dictadura militar, en los años 70. "Conscientes de su accionar en defensa de los derechos sindicales (...) durante su etapa como obrero metalúrgico (...), le solicitamos un breve espacio en su apretada agenda", expone el documento.

El secretario de la Asic también describió las condiciones de desamparo de los trabajadores de Cuba, que "se encuentran desprovistos de mecanismos para canalizar sus demandas", y recordó que, "de manera regular", los activistas por los derechos sindicales sufren el acoso de la contrainteligencia cubana –que los amenaza con despedirlos de sus trabajos o encarcelarlos– y de las propias instituciones que deberían protegerlos.

"La Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la única organización sindical permitida y controlada por el Estado, muestra un nivel superior de obsolescencia (...) que mantiene al trabajador en una permanente zozobra al no contar con los recursos básicos para una existencia digna", continúa el texto.

El activista lamentó las actuales relaciones entre los trabajadores y las instituciones que, aseguró, insisten en "conservar posturas alejadas de posibles soluciones" que alivien la crisis económica del país.

Hernández invitó al mandatario a deponer cualquier prejuicio "ideológico" que pueda obstaculizar su trato con la Asic, desacreditada frecuentemente por el régimen cubano, y lo instó a revisar las políticas de La Habana

"Nos dirigimos a usted como referente de la lucha obrera", insiste el documento, recordando al mandatario que las garantías básicas como el derecho a huelga y la negociación colectiva, que sí se respetan en Brasil, en Cuba son "inexistentes", lo que facilita "el predominio de la burocracia y la corrupción en detrimento de un clima que genere productividad, eficiencia, salarios justos y nuevos puestos de trabajo que superen el extendido subempleo", prosigue.

Hernández invitó al mandatario a deponer cualquier prejuicio "ideológico" que pueda obstaculizar su trato con la Asic, desacreditada frecuentemente por el régimen cubano, y lo instó a revisar las políticas de La Habana que, asegura el activista, "favorecen el estancamiento y la desesperanza en un futuro mejor".

Escépticos ante la posibilidad de que el presidente brasileño acceda a reunirse con una organización opositora, los comentaristas de la carta en redes sociales argumentaron que Lula es uno de los aliados más cercanos de Miguel Díaz-Canel. En X, una usuaria escribía: "Creo que le está preguntando a la persona equivocada. Lula es cómplice de este régimen".

Otro calificó al documento de "papel mojado", que ni siquiera obtendrá un acuse de recibo por parte del presidente. "Pero, ¿le escriben al ladrón Lula? ¿Al mayor aliado de la dictadura? ¿Al que está subiendo los impuestos en Brasil y dándose la gran vida con el dinero del pueblo? No entendí", remachaba un tercer usuario.

El pasado febrero, la Alternativa Democrática Sindical de las Américas (ADS), asociación que aglutina a trabajadores de la región, denunció la detención "arbitraria" de siete de sus afiliados de la Asic por su oposición al Gobierno cubano.

Según la organización, los sindicalistas arrestados –entre los que se encontraba el propio Hernández– fueron acusados de envenenar el agua de varios círculos infantiles.

La ADS recordó entonces que con frecuencia ha denunciado y rechazado ante autoridades y organismos internacionales la "campaña permanente de desprestigio, persecución y violación de derechos humanos" y señaló que la detención arbitraria era una estrategia más del Gobierno para "aniquilar al sindicalismo independiente".

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