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En Placetas, el subsidio soviético arruinó el mejor barrio de la época capitalista

La pobreza y la basura se apoderaron del reparto Pujols-Los Chinos

Problemas no faltan en los que gastar el dinero, admitió el dirigente, que fue fotografiado por la emisora local, con su comitiva, junto a un vertedero desbordado. / CMHW
Juan Izquierdo

12 de febrero 2025 - 10:38

La Habana/El reparto Pujols-Los Chinos de Placetas, Villa Clara, donde conviven más de 11.500 personas, es uno de ejemplos más extremos de precariedad urbana en Cuba. Barrio pudiente y con buenas casas antes de 1959, la Revolución lo fue cercando con edificios prefabricados. Hoy lo caracterizan dos males: la acumulación de familias pobres y la basura, que alfombra las calles e inunda las zanjas. 

“Pujols era el barrio residencial por excelencia de Placetas, era el barrio bueno, con casas lindas”, rememora con nostalgia Mauricio, que ha vivido paso a paso la debacle del lugar. “Los Chinos, por otra parte, fue el reparto construido por la Revolución”. Los más de 60 edificios de la época reciente se han “tragado” el esplendor de antaño. 

Es la batalla de lo “capitalista” contra lo “ruso”, como llaman los cubanos al contraste entre lo construido durante la República –buenas casas de mampostería, o de madera fuerte– y lo que dependió del subsidio soviético, caracterizado por el uso de material barato y, ahora, muy deteriorado. Casi todos los municipios cubanos tienen un reparto en esas condiciones –el José Martí de Santa Clara es un caso emblemático– , que reflejan el empobrecimiento de una gran parte de la población del país.

Casi todos los municipios cubanos tienen un reparto en esas condiciones, que reflejan el empobrecimiento de una gran parte de la población del país.

En Pujols-Los Chinos el vicegobernador de Villa Clara, Noel Chinea, dejó caer este fin de semana un dato desconcertante, dada la gravedad de la situación: Placetas contaba con un presupuesto de 2.747.000 pesos “destinado a los barrios vulnerables” y solo gastó 1.658.000 en 12 acciones. 

Problemas no faltan en los que gastar el dinero, admitió el dirigente, que fue fotografiado por la emisora local, con su comitiva, junto a un vertedero desbordado. Chinea visitó dos circunscripciones clasificadas como “vulnerables” –la 61 y la 108–, en las que hay “gran cantidad de basura acumulada” y otras “indisciplinas sociales”. En una reunión, horas después, apostrofó a los funcionarios locales con un “análisis económico pormenorizado” por no haber dado atención priorizada al barrio. 

“Y la falta que hace ese dinero”, coincide Mauricio. El principal problema de la zona no es, a diferencia de otras, ni la violencia ni el consumo de químico, sino los vertederos “en cada esquina”. 

Las calles de Pujols-Los Chinos tienen una particularidad que agrava la situación: hace diez años el gobierno local construyó nuevos edificios y, para instalar una vía de desagüe, taladraron el pavimento y abrieron una gruesa zanja en medio de cada calle. “Desbarataron todo”, explica Mauricio, “pero ya nunca volvieron a pavimentar”. 

La zanja se cubrió con tierra después de la instalación de tubería. El desnivel entre el asfalto y el “hueco”, explica Mauricio, ha atraído naturalmente la basura. “Los desechos vuelan por los aires”, ilustra. Ya no hay quien se siente en una acera o salga a pasear por el reparto. Los charcos de aguas albañales –con toda suerte de desperdicios– están en cada cuadra. 

“Por alguna razón la dichosa tubería también suele dar problemas y se desborda”, añade. Una peste densa, que es la combinación de varias fetideces, envuelve entonces el barrio. 

“Servicios Comunales se desentendió de esto aquí”, asegura. “Nadie se acuerda de cuándo fue la última vez que pasaron. Y eso que Pujols-Los Chinos no es un barrio marginal: solía ser un buen barrio”, insiste. La basura llega también a las salidas de Placetas a otros municipios vecinos, como Cabaiguán: “En esa carretera hay un vertedero gigante”. 

“Servicios Comunales se desentendió de esto aquí”, asegura. “Nadie se acuerda de cuándo fue la última vez que pasaron"

Las calles no son lo único afectado por el descuido de las autoridades. El terreno de béisbol, que los vecinos llaman Plan de Pelota, también se ha convertido en “un campo perdido por el marabú”, afirma Mauricio, que de niño practicaba deportes allí con sus amigos. El otro edificio en pésimas condiciones es el “supermercado” construido después de 1959 y que pronto se abandonó, por falta de mantenimiento y de productos. 

En Pujols-Los Chinos había también una sala de video, pero hace mucho que no proyecta ninguna película. Una familia, hace ya varios años, tomó el lugar y se instaló allí con todos sus enseres. “Ahora es una casa más, pobre, pero una casa al fin y al cabo”. 

Hace pocas semanas, cuando Miguel Díaz-Canel –oriundo de Placetas– convocó al ejercicio militar Bastión, Pujols-Los Chinos se convirtió irónicamente en el “escenario de un posible bombardeo de la aviación enemiga”. La simulación “recreaba” un entorno que no había que fingir: el derrumbe de un barrio que no necesita una “invasión del enemigo” para seguir cayéndose a pedazos. 

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