El plan de Abel Prieto para "reforzar el compromiso" de los niños con la Revolución

La Habana/En un aparente segundo plano de la vida política, Abel Prieto sigue moviendo hilos importantes de la educación y la cultura en Cuba. La palabra clave de su proyecto es descolonización –un concepto de moda en los 80 pero anacrónico en el contexto cubano actual–, núcleo de un programa encaminado no a la enseñanza, sino al “fortalecimiento del trabajo político-ideológico” en las escuelas.

Desde su puesto como presidente de Casa de las Américas, Prieto tuvo que esperar dos años desde la publicación de Sembrar ideas, sembrar conciencia –una suerte de manifiesto concebido tras las protestas del 11 de julio de 2021– hasta su implementación en la educación general. 

El texto, redactado en tono combativo, se lanza en primer lugar contra “la figura del influencer”, que se mueve “bajo la lógica del show”, una alusión velada a Alexander Otaola, que atacó duramente a Prieto en uno de sus programas llamándolo “patético clown”. A juicio de Prieto, toda la familia –en especial los adolescentes y jóvenes– están expuestos a las “influencias” de internet, razón por la que pide un urgente movimiento de descolonización.

Aunque Cuba es un país soberano desde una fecha tan remota como 1902, el ex ministro justifica el término con dos razones: en primer lugar, por una supuesta estrategia de EE UU para destruir la identidad cultural cubana y, en segundo, porque Prieto tiene planes más ambiciosos para su programa y espera que se implemente en toda Latinoamérica. De hecho, el concepto ya forma parte de los nuevos planes educativos en Venezuela y más recientemente en México, aliados del régimen de La Habana.

Entre las medidas que el texto pide al Gobierno cubano está la coordinación de todos los ministerios para cambiar radicalmente la forma de educar

Entre las medidas que el texto pide al Gobierno cubano está la coordinación de todos los ministerios para cambiar radicalmente la forma de educar a niños y adolescentes. En un contexto que valora como de escepticismo ante la Revolución, pide enseñar a los alumnos todo lo que el Gobierno ha hecho por el “bienestar”. 

Además, dedica un largo espacio a pedir un mayor control de las redes sociales –en especial Facebook, WhatsApp y Telegram, que contribuyeron a difundir información sobre el 11J–, donde los niños y jóvenes “se comunican con lo que piensan que es ‘el mundo’”. En internet “se informan o desinforman”, alega Prieto, “siguen a sus ídolos del deporte y de la farándula, y un largo etcétera”. 

Dentro de un extenso apéndice de medidas, el funcionario menciona el estudio de la “subjetividad de los cubanos de hoy” para diseñar una estrategia para “reforzar el compromiso patriótico y revolucionario de nuestros jóvenes”, “influir en el gusto musical de los niños” y reorganizar los planes de estudio. 

Las autoridades del Ministerio de Educación no han sido tímidas con la aplicación del plan sugerido por Prieto. La edición de nuevos libros de texto ha sido uno de los pasos más evidentes, pero es en el día a día de las aulas donde mejor se nota el progreso de la “descolonización”. 

Este jueves, precisamente, la prensa oficial celebraba la implementación del programa de Prieto entre los 10.400 alumnos y 800 profesores de Morón, uno de los municipios más importantes de Ciego de Ávila y, con casi 70.000 habitantes, uno de los más poblados. El alcance poblacional del “fortalecimiento político-ideológico” es notable, asegura Invasor. 

Yoleisy Valdés, directora de Educación en el municipio, explicó al diario oficialista que las directrices de Sembrar ideas, sembrar conciencia se siguen en Morón al pie de la letra. Preocupada por los “contenidos foráneos difundidos mediante las redes sociales y otras plataformas virtuales”, Valdés ha pedido reforzar los contenidos de Historia y Educación Cívica, dos asignaturas donde la propaganda del régimen juega un rol medular.

Para Valdés, la prioridad es el "cibercombate", que traduce como un "posicionamiento de contenidos en defensa de la Patria Socialista"

Para Valdés, la prioridad es el “cibercombate”, que traduce como un “posicionamiento de contenidos en defensa de la Patria Socialista” por parte de “líderes de opinión”, que las escuelas deberán formar según el nivel estudiantil. Para ejecutar mejor su proyecto, Valdés pidió a las autoridades que cada escuela cuente con su señal propia. 

La Asociación de Combatientes –viejos miembros del ejército castrista– también se ocupará de que los estudiantes “progresen en el trabajo político-ideológico” con charlas y conferencias, prometió la funcionaria, que anuncia sin ambages su misión: perfeccionar la “obra revolucionaria” en las escuelas. 

La transformación total del sistema educativo cubano para recrudecer el control ideológico fue denunciada la semana pasada por el Observatorio de Libertad Académica. Según la organización, el llamado Tercer Perfeccionamiento –el nombre que el Gobierno da a la reforma– incluyó la edición de 506 libros de texto y cuadernos de trabajo completamente rediseñados. 

La propia ministra de Educación, Naima Ariatne Trujillo, ha admitido que la transformación busca “alternativas más idóneas en la cobertura docente y el trabajo político ideológico y la descolonización”. El rediseño no le costó nada al Estado: fue el ejercicio de graduación de varios alumnos del Instituto Superior de Diseño Industrial. 

Basta hojear el primer libro de texto de un niño cubano –el primer grado– para constatar cómo se enaltece a figuras clave para el régimen, como Fidel Castro, Celia Sánchez o Ernesto Guevara. Entre las preguntas de control están: “¿Por qué nos emocionamos tanto cuando hablamos de Fidel?” o “¿Qué hace la Revolución para que los niños sean más felices?”. 

Mientras su manifiesto se aplica en las escuelas cubanas, Prieto se mantiene a la sombra y preparando el terreno para una futura implementación del programa en países aliados. Este jueves, el ex ministro de Cultura anunció que se encontraba en Caracas junto a una delegación cubana. Su objetivo: hablar de descolonización en el Congreso “contra el fascismo, el neofascismo y otras expresiones similares” organizado por el régimen de Nicolás Maduro.