La Policía vigila el homenaje al niño que falleció durante las inundaciones de La Habana
Decenas de adolescentes y vecinos se concentraron en el parque de la calle Fábrica, de la barriada de Luyanó, con flores y velas
La Habana/La convocatoria comenzó a circular en redes sociales y por WhatsApp el jueves: “El homenaje será mañana a las 5:00 de la tarde en el parque de Fábrica en honor a Jonathan. Hace falta que cada uno traiga una vela o una flor para llenarle la escalera”, repetían los mensajes sobre la ceremonia para despedir a Jonathan Oliva, el niño de 12 años que murió ahogado el lunes tras ser succionado por una alcantarilla en La Habana.
El viernes a la hora de la cita, decenas de adolescentes y vecinos se concentraron en el parque de la calle Fábrica, de la barriada de Luyanó, la misma en la que reside la familia de Oliva, en el municipio de Diez de Octubre.
“Algunos niños andan con flores en las manos. En un primer momento había poca gente con velas, porque están bastante caras, valen 100 pesos cada una”, aseguró a este diario uno de los residentes que se encontraba en el parque.
Entre los grupos de adolescentes y niños, también se escuchaban comentarios sobre el homenaje: “Yo traje una rosa. Una flor para otra flor”, afirmaba una muchacha mientras enseñaba la ofrenda a su grupo de amigas.
El encuentro no pasó desapercibido para el régimen, especialmente después de haber sido señalada la responsabilidad oficial por no ejecutar a tiempo la limpieza de alcantarillas, para evitar la inundación, y de no haber suspendido las actividades docentes ese día a pesar del aviso de tormentas locales severas hecho por la Defensa Civil.
Desde al menos las 4:00 de la tarde varios agentes vestidos de civil y otros de la policía motorizada rondaban el parque. Según constató 14ymedio en su visita al lugar, al menos cuatro caballitos y dos carros de la Seguridad del Estado estaban en los alrededores, además de varios segurosos sentados en los bancos del parque o plantados en las esquinas.
El homenaje, por lo demás tranquilo, terminó en la noche con los adolescentes encendiendo velas y colocando flores en el parque de Fábrica.
El cuerpo de Oliva fue encontrado en la bahía de La Habana un día después de que desapareciera. Ese mismo martes, su familia celebró un funeral y una ceremonia religiosa en su vivienda, adonde trasladaron el ataúd del niño.
Alrededor de la casa se agruparon decenas de vecinos, vigilados de cerca por un fuerte operativo policial. Desde el interior del hogar de Oliva, según pudo comprobar 14ymedio, se escuchaban llantos y gritos.
Los ómnibus que normalmente pasan por la calle frente a la vivienda habían sido también desviados y la presencia de uniformados y agentes de la Seguridad del Estado era visible en la zona. “El ambiente está bastante tenso, la gente está en silencio porque hay mucho dolor en el barrio”, comentó entonces a este diario una anciana que no conocía personalmente al niño, pero se acercó hasta la casa familiar a dar el pésame.
Este viernes ese dolor era todavía palpable en el espontáneo homenaje que le dedicaron al niño los vecinos de Luyanó.