La prensa oficial denuncia la situación de un barrio donde no llega el agua desde hace tres años

Las autoridades municipales reconocen que el problema no tiene solución por el momento y expresan su preocupación por los próximos meses de sequía

Dos vecinas del barrio de Jesús María, en Sacnti Spíritus, extienden una manguera para conseguir agua de un salidero.
Dos vecinas del barrio de Jesús María, en Sacnti Spíritus, extienden una manguera para conseguir agua de un salidero. / Captura/Escambray
Olea Gallardo

31 de enero 2025 - 22:58

La Habana/Tres años llevan sin agua varias calles del barrio de Jesús María, en Sancti Spíritus. La denuncia, esta vez, no la consignan, como suele ser habitual en Cuba, usuarios anónimos en redes sociales ni los medios independientes, sino el periódico oficialista Escambray, este mismo viernes. En su noticiero en video, VisionEs, muestra cómo una de sus reporteras, Elsa Ramos, visitó el lugar, al que ya había ido hace seis meses, y constató que la situación era la misma: el servicio sigue sin llegar.

Una de las vecinas entrevistadas explicaba a la periodista las estrategias que tenían para conseguir agua. “Vamos a poner ahora la turbina, ponemos los cables y la manguera y allí un señor nos presta una plumita ahí, conectamos ahí la turbina y ahí cogemos el agua”, decía. “Porque esta cuadra, desde esta esquina hasta La Gloria, hace como tres años o cuatro que nadie aquí coge ni una gota de agua”.

Otro de los residentes corroboraba: “Hace ya más de tres años que aquí no entra el agua”, sin explicarse el porqué: “No es posible que esta tubería aquí tenga agua, aquella de allá tenga agua, todas las tuberías de la cuadra tengan agua y que este pedacito aquí no tenga agua, no sé cómo es eso, no tiene sentido”.

"Desde que se hizo el Reparto 26, se afectó mucho la parte de aquí del barrio"

Un tercer habitante esgrimía: “Desde que se hizo el Reparto 26, se afectó mucho la parte de aquí del barrio”. En su puerta sí tiene agua –“Es un chorro pequeño, con poca fuerza, pero con suerte, no falta”, constataba la reportera– pero ello hacía que acudieran a ese punto otros vecinos “de madrugada y a todas horas” para llenar recipientes.

En su reportaje, Elsa Ramos confronta incluso a “la representación del gobierno”, personificada en Ariel Muñoz Hidalgo, viceintendente de Transporte y Energía de Sancti Spíritus, y Yusmeiky Mendoza Muro, director de la empresa estatal Acueducto y Alcantarillado de la misma ciudad.

Preguntado por la causa de que unas partes del barrio tengan agua y otras no, Muñoz Hidalgo señala el “aumento de las conexiones ilegales de forma continua a las redes hidráulicas”. La reportera puntualiza: “Conexiones ilegales porque no tienen agua”, a lo que el funcionario asentía y sumaba: “porque no tienen agua o porque han hecho nuevas construcciones”. 

Así, atribuye buena parte del problema al incremento de la población “sin una proyección, sin un aumento también de los sistemas hidráulicos”. El viceintendente aseguraba que cuentan con un sistema de bombeo “con bombas nuevas, con buenas capacidades de distribución de agua”, pero que no se podía utilizar “al cien por ciento” por, exponía de nuevo, los salideros, que impiden una buena presión a todos los lugares.

Tanque botando agua en el tejado vecino a una casa en Jesús María a la que no llega el servicio.
Tanque botando agua en el tejado vecino a una casa en Jesús María a la que no llega el servicio. / Captura/Escambray

La reportera insiste en preguntar por qué un segmento en el corazón de Jesús María no tiene agua mientras que calles aledañas sí. El funcionario responde que la calle a la que se refiere, Guillermón Moncada, es “muy antigua”, aunque no llega a exponer las razones de manera cabal, y de hecho, justifica a los residentes que consiguen agua por sus propios medios: “Decimos ilegal porque no está aprobado que se haga pero las personas lo hacen en busca del beneficio del recurso”.

Cuando la periodista pregunta a Yusmeiky Mendoza Muro si Acueducto tiene una solución y a qué plazo, el responsable de la empresa reconoce: “No”. Entre él y el viceintendente municipal enumeraron: tienen déficit de mangueras, de materiales, de combustible y de personal. “Plomeros casi no tenemos”, precisó Mendoza Muro.

Tapar los salideros y reparar los tanques sobre las viviendas son las soluciones próximas que promete Muñoz Hidalgo, pero, a la vez, advierte de que el panorama empeorará en los próximos meses. “En esta etapa sí tenemos que decir que se nos hace mucho más complejo porque ya vamos para la temporada de sequía”, dijo el funcionario, que explicaba que hay zonas que se abastecen del río Yayabo, “que va bajando toda su capacidad de caudal”.

Desde principios de febrero, proseguía, activarán los grupos de enfrentamiento a la sequía y elaborarán un calendario de distribución de agua en pipas. En ese momento, Elsa Ramos le reprocha que, de acuerdo a los pobladores, las pipas no cumplen con los cronogramas de entrega. “Eso siempre va a estar en dependencia de la cantidad de combustible que tengamos, la disponibilidad de pipas que tengamos, los barrios que se van aumentando”, contestaba Muñoz Hidalgo.

“Para no crear falsas expectativas, ¿seguirá con sed este segmento de Jesús María?”, inquiría, incisiva, la periodista. A pesar de todo el desastre enumerado previamente, el director de Acueducto respondía rotundo: “No, no, no”. Ramos repreguntaba: “¿Cuándo se le podrá calmar la sed, hablamos de meses, de años, de siglos?”, y el funcionario contestaba: “No, no, meses”, a lo que la reportera apostilló que volvería dentro de un tiempo para comprobar los avances.

Ahí mismo, sobre el tejado de una casa, la mujer no desaprovechó para señalar “la contradicción” de que el tanque de agua en una azotea vecina estuviera botando agua potable. Los funcionarios respondieron en voz baja: “Eso es por las indisciplinas”.

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