La prensa oficialista oculta los crímenes hasta que estén resueltos por la Policía
'Cubadebate' no informó a sus lectores del asesinato de un niño por su padre, pero sí publica un comunicado oficial sobre la detención del asesino
Madrid/La prensa oficial se ha hecho eco este martes del asesinato de Édgar Aliesky Martínez Torres, el niño de cinco años cuya muerte violenta fue denunciada por los medios independientes y las organizaciones feministas la pasada semana. Como es habitual en los medios estatales, señalan el crimen cuando ya está resuelto y no dan un solo detalle sobre las circunstancias del hecho violento.
Eludiendo la contundencia del caso, Cubadebate titula la noticia como Detienen autor de hechos violentos contra niño y embarazada en Minas, Camagüey. La nota va más allá en la ocultación de los hechos e indica que “se conoció de la ocurrencia de un hecho inusual contra la vida de un menor de cinco años”, sin explicar en ningún momento que la víctima fue asesinada.
Sí se revela una novedad, que el hombre “en el transcurso de su huida había agredido sexualmente a una embarazada con 8 meses de gestación”, añade el texto, que es simple y llanamente un comunicado del Ministerio del Interior incomprensible para quien no tuviera noticia de los acontecimientos.
Los hechos ocurrieron el pasado 26 de noviembre y fueron difundidos dos días después por la plataforma Alas Tensas, que ya advertía de que se trataba de un caso de violencia vicaria, en el que el asesino era el padre del menor. “El agresor mata a una tercera persona, hijos u otros familiares, para hacer sufrir a la víctima”, argumentó en sus redes sociales la organización, que adjuntó un listado de siete niños más asesinados por sus padres o las parejas de sus madres. “Tenemos una deuda con Edgar Aliesky y todos los niños y las niñas que han sufrido la más terrible de las muertes”, añadía.
La versión que circula en Camagüey indica que Edgar Aliesky estaba con su abuela materna cuando su padre acudió al encuentro
La versión que circula en Camagüey indica que Edgar Aliesky estaba con su abuela materna cuando su padre acudió al encuentro sin que nada indicara, aparentemente, sus intenciones, incluso a pesar de que la madre del niño, Keilyn Torres Varela, estaba siendo amenazada por el padre de su hijo por querer dejar la relación. Desde que se cometió el asesinato, Torres Varela fue custodiada por la Policía, puesto que ella era el objetivo principal.
Después de estrangular al niño, el presunto homicida huyó corriendo y se topó con la mujer embarazada, que se dirigía a una revisión médica, a la que golpeó, violó y robó su celular. Según una enfermera del hospital materno infantil Ana Betancourt De Mora, “la gestante se encuentra estable y mantiene su embarazo”.
La información policial valida la identidad del supuesto asesino, aunque sin concederle el derecho a la presunción de inocencia, como corresponde a un organismo oficial hasta la celebración del juicio. “En el transcurso de la investigación se conoce que el autor de estos hechos es el ciudadano Alieski Martínez Ferrer, padre del citado menor”, prosigue el comunicado, sin revelar más hechos que la agresión sexual a la embarazada.
Los comentarios en redes sociales y en 'Cubadebate' se han llenado de peticiones de justicia
Los comentarios en redes sociales y en Cubadebate se han llenado de peticiones de justicia, incluyendo pena de muerte para el homicida.
La forma de proceder de la prensa oficial sigue el patrón habitual de anunciar los hechos violentos solamente cuando el delincuente ha sido arrestado –como ocurrió días atrás con el caso de un presunto asesino de al menos dos custodios en Santiago de Cuba–, transmitiendo así una sensación de tranquilidad y delincuencia bajo control que, pese a los esfuerzos del régimen, no cala en la población.
En una encuesta elaborada por la revista Bohemia hace un año, un 92,4% de participantes consideró que la violencia ha aumentado mucho en Cuba, el 42% declaró haber tenido conocimiento de 10 o más delitos violentos en el último medio año y casi la mitad afirmó que un familiar directo o persona cercana fue víctima de alguno de estos hechos. Además, un 84% de quienes respondieron han cambiado sus rutinas por temor a la inseguridad que perciben, incluyendo modificaciones en sus rutas diarias, esconder mejor sus objetos de valor y evitar llevar el dinero en efectivo encima.