Los presos son moneda de cambio para mantener la dictadura, denuncia el exilio cubano

La Habana/La decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de excluir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, a cambio de liberar 553 presos en la Isla, ha generado una ola de condenas de políticos y activistas tanto dentro como fuera de Cuba y, especialmente, en Florida.

Una de las más críticas fue la activista de derechos humanos Rosa María Payá, que señaló en un mensaje en Facebook que “no hay justificación para sacar a la dictadura cubana de la lista de patrocinadores del terrorismo, no solamente por su apoyo al terrorismo internacional y también en las Américas, sino porque todos los días esa dictadura ejerce el terrorismo de Estado contra los ciudadanos cubanos”. 

Para la hija del fallecido líder opositor Oswaldo Payá, “ninguna de estas medidas realmente ayuda al pueblo cubano a salir de la crisis”; al contrario, beneficia a las Fuerzas Armadas. “Al quitar la sanción a los militares, el presidente Biden está decidiendo financiar la represión en Cuba”.

“Al quitar la sanción a los militares, el presidente Biden está decidiendo financiar la represión en Cuba”

Posteriormente, en una entrevista para el medio NTN24 y a propósito de la liberación de cientos de presos –que La Habana pretendió disociar del anuncio de la Casa Blanca–, Payá lamentó “la recurrente la estrategia del régimen cubano de utilizar a los cuerpos de los presos políticos como monedas de cambio”.

En esa misma línea se expresó la historiadora de arte Carolina Barrero. Desde su exilio en España, indicó en redes sociales que la Administración de Biden “ha caído en la trampa”: “Ha deshumanizado, otra vez, a los presos políticos, desconociendo y pisoteando, en primer lugar, la causa de la lucha que los llevó a prisión, aceptando verlos como piezas, monedas de cambio para beneplácito de un régimen siniestro”.

Asimismo, denunció que “la negociación entre el Gobierno de Estados Unidos y el régimen de La Habana, a través de la mediación del Vaticano, se hizo de espaldas a las fuerzas democráticas y a la sociedad civil cubana”.

A las voces críticas se sumaron congresistas cubanoamericanos en Estados Unidos. En un mensaje conjunto, María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart dijeron que el anuncio “es una traición a la lucha por la libertad en Cuba y un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Biden dio “oxígeno económico al aparato represivo del régimen castrista"

En el video difundido en X, Salazar afirmó que Biden dio “oxígeno económico al aparato represivo del régimen castrista. Es lo que hace, le da un cubo de dinero para que pueda seguir en el poder”.

Giménez, en tanto, remarcó que con el anuncio “se dañan los intereses del pueblo cubano, que merece la libertad, rechazando todos esos sueños”. Díaz-Balart, por su parte, cerró el mensaje señalando que espera que con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se pueda revertir la decisión. “Esto es una cosa momentánea, que hace daño, pero que el presidente Trump va a poder aplastar y poner en el basurero de la historia a la Administración Biden”.

Por separado, en su perfil de X, Carlos Giménez añadió que Trump y el próximo secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, llegarán “no solo para volver a colocar a Cuba en la lista”, sino “para pulverizar a la dictadura de una vez y por todas”.

Políticos locales de Estados Unidos también criticaron la medida de la Casa Blanca. El senador republicano por Florida, Rick Scott, dijo que la decisión es “imprudente y peligrosa”. Asimismo, sostuvo que trabajará con Donald Trump “desde el primer día, para exigir cuentas al régimen comunista y liberar al pueblo cubano”.

También desde el lado de los demócratas también hubo posturas en contra. La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine-Cava, publicó un comunicado en X en el que dijo que se debe “seguir exigiendo cuentas al régimen cubano por sus brutales represiones y violaciones de los derechos humanos”.

Se debe “seguir exigiendo cuentas al régimen cubano por sus brutales represiones y violaciones de los derechos humanos”

En su postura agregó que “si bien la liberación de cientos de prisioneros políticos cubanos es buena noticia, ya que son torturados a manos del régimen, ahora debemos asegurarnos de que rápidamente regresen y se reúnan con sus familias y seres queridos”.

Entre las medidas adoptadas por la Casa Blanca, también se encuentran la suspensión del Título III de la Ley Helms-Burton y la eliminación de una lista de entidades del Gobierno cubano que no pueden hacer negocios con Estados Unidos e incluyen los ministerios vinculados a la seguridad, empresas pertenecientes a las Fuerzas Armadas, como Gaesa o Cimex, y decenas de hoteles estatales. Además, dejarán de estar vigentes las limitaciones para obtener un ESTA –la tarjeta de entrada de turista a EE UU– para los nacionales de más de 40 países que hayan estado en Cuba desde 2021.