Las previsiones oficiales auguran un déficit en la entrega de azúcar en 2023 a las familias cubanas
Las entregas correspondientes a febrero se cumplen al 60%, con atrasos en Artemisa, La Habana, Mayabeque y Pinar del Río
Madrid/Los cubanos deberían recibir por la libreta las habituales cuatro libras de azúcar al mes si se cumplen las previsiones, lo que no está tan claro a la luz de los datos ofrecidos este jueves por Granma. El diario oficial deja entender que la zafra 2022-2023 sigue los pasos de la anterior, que fue hasta ahora la peor de la historia, con apenas 480.000 toneladas de azúcar de las 911.000 previstas, lo que provocó un déficit de 60.000 toneladas para el consumo nacional.
Aunque el Gobierno anunció en mayo de 2022 que el azúcar de la canasta estaba garantizada, las empresas de alimentos se han visto obligadas a negociar una solución ante la falta de una de las dos variedades. Hasta ahora, cada provincia está distribuyendo las cuatro libras con un surtido establecido, en algunas son dos de crudo y dos de refinada, en otras tres y una y así hasta cubrir distintas combinaciones. Esto se ha acabado y ahora se podrá completar la cantidad total con cualquier variedad.
Desde finales de 2022, contó a Granma Leticia Ojeda, directora comercial del Grupo de Alimentos del Ministerio del Comercio Interior, ha habido problemas de distribución con el producto en algunas provincias, ya fuera por la escasez o los meros retrasos. "Al tener pendientes, hubo provincias en las que al consumidor, cuando fue a comprar sus mandados a inicios de mes, solo se le pudo vender dos libras de azúcar, y el resto le fue entregado en el transcurso de las semanas siguientes", se defiende.
Entre las más afectadas están Artemisa, Matanzas, Pinar del Río y La Habana, que en algunos municipios aún no han recibido la de enero
Entre las más afectadas están Artemisa, Matanzas, Pinar del Río y La Habana, que en algunos municipios aún no han recibido la de enero. Además, las entregas correspondientes a febrero se cumplen al 60%, con atrasos en Artemisa, La Habana, Mayabeque y Pinar del Río. En cuanto a Pinar del Río y Artemisa, el problema estuvo en el retraso del central 30 de Noviembre, que perdió dos turbogeneradores y una caldera por averías.
El caso es similar al de Mayabeque, donde se intenta reparar dos turbogeneradores del ingenio Boris Luis Santa Coloma. La Habana, por el contrario, tiene problemas con el traslado del producto desde Cienfuegos, Sancti Spíritus y el Puerto de Carúpano, destacó Dionis Pérez, director de Informática, Comunicaciones y Análisis del grupo empresarial Azcuba.
El funcionario no dudó en referirse a EE UU como responsable de los malos resultados del sector, "que no puede verse aislado de la obsolescencia que hoy padece la industria azucarera y el impacto negativo del bloqueo de Estados Unidos en la adquisición de recursos para la reparación y mantenimiento de las maquinarias, el transporte y la industria".
En ese contexto, añadió, es importante avanzar "hacia un modelo de negocios en el que la diversificación y la economía circular –el aprovechamiento de todo lo que dé la caña– le puedan ofrecer suficiente dinero, para así incrementar la rentabilidad, impulsar su desarrollo y garantizar el crecimiento".
Para 2023, el Grupo de Alimentos de Comercio Interior prevé recibir por plan 310.000 toneladas de azúcar de las que 240.500 son para la canasta familiar. Sin embargo, los resultados de la zafra chica no fueron nada halagüeños. En los primeros dos meses del ciclo 2022-2023 se obtuvo solo el 69% de lo previsto.
La noticia del déficit de azúcar llega en un pésimo momento. El producto apuntala la alimentación en los hogares a falta de otros ingredientes. Desayunar un vaso de agua con azúcar es una práctica muy extendida en la Isla ante la falta de leche y café. A pesar de los efectos negativos sobre la salud, el producto estrella cubano sigue siendo el salvavidas para muchas familias.
Los negocios privados también llevan sintiendo desde hace meses la menor disponibilidad de azúcar en el mercado negro, para la confección de dulces, golosinas y otros platos que son frecuentes en las tablillas de cafeterías y restaurantes particulares.
Ante la falta de azúcar en la nación que una vez fue llamada "la azucarera del mundo", los portales digitales que venden comida para que los emigrados compren a sus familiares en la Isla ofrecen el producto nacional pero también de importación. Unos tres kilos superan los 11 dólares a través de esos sitios.
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