Un puesto de primer ministro y varios nombres para ocuparlo
Hasta ocho personas aparecen en las quinielas para asumir un cargo desaparecido desde 1976
La Habana/A casi 35 años del ascenso de Mijaíl Gorbachov al frente del Partido Comunista de la Unión Soviética, todavía algunos cubanos tienen la ilusión de que se repita en la Isla el histórico descuido de haber dejado entrar a la persona equivocada al cuarto de los controles.
En vísperas del anunciado nombramiento de un primer ministro, los entendidos en la materia barajan nombres, atribuyen tendencias, teorizan sobre perfiles psicológicos y especulan. Obviamente nada de este torrente de opiniones se muestra en los medios oficiales, como si hacerlo fuera una herejía, una falta de respeto o un acto de intromisión.
Pero el secretismo oficial no impide que en las calles se mencionen nombres de posibles candidatos para un puesto cuyas funciones ignora la mayoría de la población. Según la Carta Magna, sus tareas son las de representar al Gobierno de la República y atender y controlar el desempeño de las actividades de los organismos de la administración central del Estado, de las entidades nacionales y de las administraciones locales. Además, estaría facultado para asumir, con carácter excepcional y temporalmente, la dirección de cualquier organismo estatal.
Los rumores crecen en la medida en que se acerca la fecha de la designación, en la próxima reunión plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular convocada para los días 20 y 21 de diciembre.
En las quinielas aparecen al menos ocho personas, dos mujeres y seis hombres, que podrían convertirse en primer ministro cubano. Aquí están unas breves biografías de los políticos que podrían ocupar el puesto.
Inés María Chapman
La primera en la lista es Inés María Chapman, que tiene la ventaja de cumplir con dos cuotas importantes: mujer y negra. Quienes la han conocido de cerca atestiguan que es enérgica, trabajadora, inteligente y que tiene la añadida virtud de escuchar a los que están por debajo de su jerarquía. Cumplirá 55 años en 2020, lo que la coloca en la lista de las personas "presidenciables" para sustituir a Miguel Díaz-Canel, incluso si este terminara su segundo mandato a finales de 2028. Su formación profesional es en ingeniería Hidraúlica, pero se ha destacado más en cargos administrativos. En 2011 resultó electa miembro del Comité Central, es diputada a la Asamblea Nacional y miembro del Consejo de Ministros.
Mercedes López Acea
En abril de 2018 causó sorpresa entre muchos observadores nacionales e internacionales el nombramiento como primer vicepresidente de Salvador Valdés Mesa, en lugar de ocupar ese cargo López Acea. Nacida en 1964, algunos cuadros administrativos que estuvieron bajo su mandato cuando se desempeñaba como primera secretaria del Partido en La Habana la califican de déspota e incompetente. Además de haber ejercido como ingeniera Forestal es graduada de la especialidad en Defensa Nacional. Comenzó su carrera política como cuadro de la Unión de Jóvenes Comunistas y en cargos de dirigente sindical y partidistas a nivel de municipio y provincia, hasta que en 1997 llega al Comité Central y en 2008 es nombrada diputada. Desconocida años atrás, cuando en 2018 se presentó el nuevo Consejo de Estado, Raúl Castro se vio obligado a explicar la ausencia de López Acea en ese grupo argumentando que estaba reservada para otras responsabilidades futuras.
Alejandro Gil Fernández
Nombrado ministro de Economía y Planificación en 2018, era prácticamente un desconocido cuando fue designado para una de las carteras más complicadas del país. Desde que asumió el cargo ha tenido que lidiar con una economía estancada, con el recrudecimiento de las sanciones estadounidenses y los altibajos del apoyo venezolano. De la misma generación que Miguel Díaz-Canel, con toda la vida profesional siendo un cuadro, Gil es considerado un tecnócrata con poco carisma pero con gran fidelidad. Sus actuaciones durante el inicio de la crisis energética anunciada en septiembre pasado le valieron críticas de los economistas y burlas en las redes sociales. Algo torpe con las palabras y de presencia discreta, podría convertirse en un primer ministro sin mucha proyección pública.
Roberto Morales Ojeda
Con 52 años, este graduado en Medicina estuvo por seis años al frente del Ministerio de Salud Pública desde 2012. Actualmente es vicepresidente del Consejo de Ministros y diputado de la Asamblea Nacional. En los últimos meses su nombre ha vuelto una y otra vez a las planas de los periódicos al liderar una gira por Asia en la que se incluyeron paradas en Japón, Pakistán y Singapur en un gesto que muchos analistas interpretaron como una urgencia en la búsqueda de apoyos económicos para la Isla. Hombre de pocas palabras, ha tenido varios exabruptos en la red social Twitter. Durante su tiempo frente al ministerio fueron creciendo las críticas a las condiciones salariales de las misiones médicas en el extranjero.
Marino Murillo Jorge
De 58 años y bautizado por la prensa extranjera como "el zar de las reformas" económicas en Cuba, Murillo es una figura peculiar en el Gobierno de la Isla. Vicepresidente del Consejo de Ministros y jefe de la Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo de los lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista, reaparece en eventos, sesiones parlamentarias e intervenciones públicas pero también pasa mucho tiempo en las sombras. Fue ministro de Economía y Planificación entre 2009 y 2011, cuando se llevaron a cabo las más significativas "reformas raulistas", entre ellas la ampliación del sector por cuenta propia y las flexibilizaciones al sector inmobiliario. Quienes lo conocieron cuando era director de Economía en el Ministerio de la Industria Alimenticia, aseguran que se esforzaba para sustituir importaciones, pero cuando ocupó el cargo de ministro de Comercio Interior (2006-2009) incrementó la comercialización de bebidas importadas. "Un hombre que se moldea" al discurso de sus superiores, lo definen muchos.
Luis Alberto Rodríguez López-Callejas
Exyerno de Raúl Castro, controla el emporio militar Grupo de Administración Empresarial S.A (Gaesa) y recientemente ha participado en las giras de Díaz-Canel. Este general de brigada ha mantenido por décadas un perfil bajo en su actividad pública, pero los analistas lo señalan como una figura protagónica en el trazado de la política económica que guía a los militares cubanos. Una hoja de ruta en la que los negocios turísticos, la construcción de hoteles y el cierre de acuerdos con grandes consorcios internacionales contrastan con la falta de libertades sindicales de los trabajadores y la absoluta potestad para estar por encima y fuera de la revisión de otros posibles decisores y supervisores, como el Parlamento o la Contraloría General de la República. Quienes lo conocen personalmente lo consideran un "animal de negocios", un hombre enfocado en generar dinero, "un capitalista" o "gerente" bajo el ropaje de general. Su posible designación como primer ministro es bien vista por quienes quieren impulsar la economía, pero con recelo por aquellos que lo ven como un abanderado del "modelo chino", con libertad económica pero sin derechos políticos.
Bruno Rodríguez Parrilla
Con 61 años, el rostro de la cancillería cubana nunca se sale del guion. Su década frente al Ministerio de Relaciones Exteriores le ha valido una reputación de funcionario combativo en los foros internacionales y dócil hacia sus superiores. Proviene de una familia integrada al proceso revolucionario desde sus inicios. Colegas que se formaron junto a él lo consideran "un cuadro en estado puro", criado desde sus primeros años para las responsabilidades oficiales. Fue designado en su actual cargo en sustitución del defenestrado Felipe Pérez Roque y a diferencia de este último no asumió un tono exaltado ni virulento, sino más en sintonía con los protocolos de las cancillerías internacionales pero sin agregar ningún sello personal. Varios diplomáticos europeos que lo han conocido de cerca lo describen como alguien de sonrisa cínica y con poco brillo personal. De asumir el cargo de primer ministro, dejaría entonces la interrogante de quién pasaría a ocupar su cartera, una de las de mayor exposición en la escena política cubana.
Jorge Luís Tapia Fonseca
Con 55 años este licenciado en Economía es el menos favorecido en las especulaciones. Su carrera política, como en el caso de muchos de sus "competidores", comenzó en la Unión de Jóvenes Comunistas y de ahí saltó a desempeñarse como cuadro profesional del partido, hasta que en 2012 fue designado como primer secretario del PCC en la provincia de Camagüey donde cosechó reputación de eficiente, sobre todo por las obras de mejora en la capital provincial. Delegado en el V y VI Congresos del Partido y de su Primera Conferencia Nacional. En septiembre de 2019 fue promovido al cargo de vicepresidente del Consejo de Ministros.
Ninguno de los presumibles candidatos al cargo de Primer Ministro pertenece a la llamada generación histórica. La designación de cualquiera de los mencionados significaría una confirmación del relevo generacional del que tanto se ha hablado. Aunque no hay que descontar una sorpresa. Resulta altamente probable que durante los años en que esté desempeñando su cargo el próximo premier asista a ese momento crucial en que los fundadores del proceso ya no estén presentes. Si eso va a resultar importante o no para el destino de Cuba solo se sabrá con el tiempo.
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