El problema no es el hambre, sino el apetito excesivo de los cubanos, opina Frei Betto
El teólogo, muy cercano a Fidel Castro, asegura que en la Isla "no hay personas que vivan en situación de calle ni mendigos"
La Habana/"En Cuba no hay hambre. ¡Pero los cubanos tienen mucho apetito!", afirmó el brasileño Frei Betto en un reciente texto publicado por Granma. En su escrito, el teólogo y simpatizante del régimen argumenta que el Gobierno de la Isla gasta en comida importada para el pueblo 2.000 millones de dólares cada año, pero se olvida de escenas tan cotidianas como las interminables colas y la escasez.
El teólogo, muy cercano a Fidel Castro, asegura que en la Isla "no hay personas que vivan en situación de calle ni mendigos" al aseverar que los casi 12 millones de habitantes en el país tienen "acceso a una canasta básica mensual y a los sistemas de Salud y Educación de manera gratuita". Sin embargo, hasta la propia prensa oficial ha reconocido la existencia de cubanos sin hogar y que piden dinero para subsistir.
Según sus propias palabras, en solo dos semanas se dio cuenta de muchas cosas, entre ellas, reconocer como "frágil" a la economía cubana. El escrito publicado en el medio oficial el pasado 24 de diciembre y bajo el título Cuba y el pan nuestro de cada día, fue a raíz de una visita como asesor del Gobierno para el programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional (conocido como Plan SAN), que cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), la ONG británica Oxfam y la Unión Europea.
Las reacciones no han demorado. "¿Qué pasó aquí? Frei Betto visita granjas ejemplares y no estómagos populares?", se preguntó el opositor cubano Manuel Cuesta Morúa después de leer el escrito del brasileño.
"Si es verdad que somos golosos, entonces un régimen incapaz de satisfacernos no puede gobernarnos"
"¿Es la nueva versión de la geopolítica del hambre que culpa a los pueblos, y no a sus Gobiernos? Si es verdad que somos golosos, entonces un régimen incapaz de satisfacernos no puede gobernarnos", agregó el vicepresidente del Consejo para la Transición Democrática en Cuba en su cuenta de Twitter al compartir capturas de las palabras del teólogo.
En su escrito, Betto esbozó lo que serían los objetivos de este programa en Cuba, que coinciden con algunos puntos que han marcado la agenda del régimen por años y no han logrado cambios concretos. Entre ellos, señaló como el primero "reducir significativamente la importación de alimentos", una tarea en la que está enfrascada el Gobierno desde hace décadas sin poder levantar cabeza.
Por solo mencionar un ejemplo reciente, en las últimas dos décadas, Cuba prácticamente dejó de ser un país azucarero, pero no desarrolló otra industria de magnitud similar que le permitiera generar divisas. Es por eso que para muchos expertos, la actual crisis en la Isla está relacionada con problemas estructurales. "La rigidez y el carácter distorsionado e ineficiente de la economía cubana", aseguró el economista Ernesto Hernández-Catá, ex profesor de la Universidad John Hopkins (Baltimore).
Otro objetivo que enumeró Betto para el Plan SAN y que se relaciona con el primero, es "incrementar la producción local de alimentos, valorizando la agricultura familiar, urbana y suburbana", otro punto más que gastado por el Gobierno en sus discursos sin que haya conseguido transformaciones de ningún tipo.
Betto esbozó lo que serían los objetivos de este programa en Cuba, que coinciden con algunos puntos que han marcado la agenda del régimen por años y no han logrado cambios concretos
Entre las últimas políticas, en abril de este año se aprobaron 63 medidas que buscaban incrementar la producción agropecuaria en el país, estimular a los campesinos y la comercialización. Sin embargo, seis meses después, el sector ganadero reportaba una baja producción de leche que se debía al incumplimiento de las promesas del Gobierno, entre ellas, el impago a los productores.
Betto también señaló como metas "realizar una amplia campaña de educación nutricional" y "llevar a cabo una comunicación intensiva sobre el Plan SAN". Todos los objetivos se esperan que den "frutos" en "los próximos cuatro o cinco años", dijo, bajo la aprobación de Miguel Díaz-Canel con quien sostuvo varios encuentros y considera el proyecto "urgente e imprescindible".
Por otra parte, se tomó un tiempo para criticar los hábitos alimentarios de los cubanos y aconsejó que algunos "pueden perfectamente cambiarse". Un ejemplo que puso fue "la preferencia por el pan de trigo, un cereal importado", recalcó.
"La carne puede cederle un lugar mayor al consumo de frijoles, lentejas, espinaca, maní, soya y aguacate, ricos en proteínas"
Como sustituto de la harina de trigo, Betto propuso hacer panes de yuca, de maíz y de "harina de coco".
Pero todo no quedó ahí, también tuvo su propuesta para la carne, un producto que en esta Navidad no todos podrán comprar por sus altos precios y por lo poco que aparece: "Y la carne puede cederle un lugar mayor al consumo de frijoles, lentejas, espinaca, maní, soya y aguacate, ricos en proteínas", aconsejó. "Aunque la Isla no cuenta con mucho ganado lechero, las nuevas generaciones ya se acostumbran a la leche y el yogur de soya".
Las palabras del dominico han hecho recordar a muchos el libro Fidel y la religión. Conversaciones con Frei Betto, editado a partir de una larga entrevista realizada en 1985. En el volumen, Castro explica su receta para cocinar langostas y la forma de preparar el café con leche al que añadía una pizca de sal para dar "el toque" especial. Ya en ese momento los mariscos eran algo impensable en la mesa de las familias cubanas y la leche estaba racionada solo para niños menores de siete años.
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