Las procesadoras de café se quejan de que el Estado cubano les condena a trabajar con pérdidas
Las empresas se han visto obligadas a hacer carbón, vender yaguas, arroz y mameyes
Madrid/Las empresas procesadoras de café en Cuba tienen que hacer malabarismos para subsistir. A ello dedica un reportaje Cubadebateeste miércoles, en el que asegura que "el aumento sustancial del precio de compra" del producto ha generado pérdidas en ese eslabón de la cadena de producción del que fue uno de los productos estrella de la Isla.
"Con tal de acopiar todo el grano, el Estado subió el precio de compra a los productores, sin tener en cuenta la cadena de valores del café, el cual requiere un proceso de tratamiento", declara al diario oficialista Carlos Espinosa Piedra, director de la Empresa Procesadora de Café Luis Bocourt, de Artemisa, quien ilustra la debacle que supuso el año pasado: "En 2021 compramos la tonelada de café arábico a 149.000 pesos y la vendimos a 71.939; la de robusta a más de 83.000, y percibimos 46.200 por su venta. Debido a la notable diferencia de precios en la compra y venta, las pérdidas del año pasado ascendieron a más de nueve millones de pesos".
Por eso, explica Espinosa Piedra, no pudieron "aplicar estímulos monetarios a los trabajadores ni distribuir utilidades al cierre de cada trimestre". Para ellos, habían planificado un salario promedio de 3.900 pesos y fue finalmente de 3.270.
El reportaje informa de que el Ministerio de Finanzas y Precios aprobó subsidios para las procesadoras de la Isla por un total de 419 millones de pesos
A pesar de haber sido más eficientes, dice la nota, lo mismo pasó en la procesadora Eladio Machín, de Cienfuegos, y en la Asdrúbal López, de Guantánamo. En esta última, de acuerdo a su director, Rolando Martell, las pérdidas ascendieron a más de 186 millones de pesos.
A esta estatal, cita Cubadebate a Martell," la distinguía la solidez, amparada en resultados productivos y económicos que reflejaron auditorías y criterios de las instituciones financieras", pero "lo que deterioró sus indicadores fue la incongruente diferencia entre los precios de compra de materia prima y los de venta de café beneficiado y procesado en grano".
El reportaje informa de que el Ministerio de Finanzas y Precios aprobó subsidios para las procesadoras de la Isla por un total de 419 millones de pesos. Sin embargo, de acuerdo con Elexis Legrá Calderín, funcionario del Ministerio de la Agricultura, "las empresas continuarán con pérdidas por la diferencia de precios del café, lo cual limita la aplicación de estímulos salariales, pagos diferenciados o distribuir utilidades".
La estrategia del Gobierno, dice Legrá, "radica en promover la diversificación e incrementar las exportaciones, para obtener más ingresos". De hecho, esto consiste en exportar café de buena calidad e importar un producto muy inferior para el consumo nacional.
Mientras tanto, Cubadebate desgrana la diversificación de tareas a la que se ven obligadas las procesadoras de café, como hacer carbón o vender yaguas, arroz y mameyes.
En un tono crítico poco habitual en la prensa oficial, el reportaje recuerda al final que Angerona, en Artemisa, "llegó a ser el cafetal más grande del país"
Una de estas labores alternas más pintorescas es la recolección de palmiche para enviarlo al Centro Nacional de Investigaciones Científicas, donde se elabora Palmex, un suplemento nutricional que califican como "prometedor" y "muy eficaz para aliviar los síntomas de la hiperplasia prostática benigna".
En un tono crítico poco habitual en la prensa oficial, el reportaje recuerda al final que Angerona, en Artemisa, "llegó a ser el cafetal más grande del país, y Cuba, el primer exportador mundial a inicios del siglo XIX. Sin embargo, de producir anualmente 62.000 toneladas en la década del 60 pasó a acopiar apenas 6.000 e importar 8.000 anuales para garantizar el abastecimiento a los núcleos familiares".
Para "revertir esa situación", no llegan a pedir un cambio en el sistema sino tan solo "ponerle a cada taza de café un sinfín de ideas".
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