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La producción de leche en Cuba se derrumbó casi un 60% en los últimos 21 años

En 2020, la Isla importó leche en polvo por valor de 120 millones de dólares

Los privados producen 10 veces más de leche que el Estado, según datos oficiales. (Granma)
14ymedio

21 de abril 2022 - 14:40

Madrid/La producción estatal de leche de vaca se ha derrumbado entre 1989, cuando superó las 900.000 toneladas, y 2020, año en que apenas alcanzó la ínfima cantidad de 43.500 toneladas, un 95,27% menos en los últimos 21 años. Frente a esto, la producción privada ha dado un considerable salto, creciendo un 105,9%. Sin embargo, los privados no han logrado compensar el derrumbe de la estatal y la producción total ha mermado en esos años: de 1.120.000 a 455.300 toneladas, una bajada del 59,35%.

Los números cuantifican lo que los cubanos constatan cada día: los derivados lácteos apenas se encuentran, la receta del helado ahora lleva soya y el vasito de leche prometido por Raúl Castro en 2007 para cada ciudadano ya ni se espera. A pesar de lo cual, las autoridades no parecen estar dispuestas a tomar decisiones contundentes.

"La solución de la crisis de producción de leche en Cuba -anterior a la pandemia- dependerá de la respuesta del sector no estatal. Produce 10 veces más que el sector estatal"

"La solución de la crisis de producción de leche en Cuba -anterior a la pandemia- dependerá de la respuesta del sector no estatal. Produce 10 veces más que el sector estatal. A su vez, esa respuesta dependería de que se apoye oficialmente una ganadería privada moderna en el país", pidió el economista cubano Pedro Monreal en un tuit en el que recogía los datos estadísticos del desastre.

Pero las autoridades apuestan, como es habitual, al voluntarismo. En un amplio reportaje de Periódico 26, el diario oficial de Las Tunas, publicado este miércoles, el directivo de la empresa provincial de lácteos explica las dificultades para lograr cubrir las cada vez más exiguas proyecciones. "Con esto te aseguro que siempre estamos inmersos en la inventiva, pues no queda de otra", argumenta Vladimir Góngora como si no existiera la opción de cambiar la política agrícola y ganadera para desarrollar la producción.

El texto está encabezado por el testimonio de varios tuneros desesperados, porque ni yogur de soya encuentran para sus hijos menores ni la leche a granel sabe como debería –"Es un agua, periodista, no le miento". Para mayor escarnio, los pocos lácteos que ven están en moneda libremente convertible (MLC).

"Nosotros colocamos helado, yogur natural y queso en las tiendas que venden en MLC porque la industria tiene que pagarle al campesino 15 centavos en la misma moneda por cada litro de leche que sobrecumple y tenemos que tener solvencia para estimular la producción. Esto no quiere decir que en ningún momento descuidemos el abasto a las redes de la gastronomía", argumenta Osmani Atencio Legrá, director técnico productivo de la empresa en la provincia.

En el reportaje se indica que la leche para las dietas médicas se suspendió tanto en el municipio de cabecera como en Puerto Padre porque solo se alcanzaron 16.000 de los 26.000 litros necesarios para cubrir la demanda de la canasta y las "instituciones priorizadas".

Según los funcionarios con los que habló Periódico 26, la situación está mejorando y en primavera se puede lograr "lo mismo" que se obtuvo en el calendario anterior, "una gran variedad de productos a partir de los derivados de la producción quesera que estarán en las redes de la gastronomía", según el directivo, algo poco prometedor teniendo en cuenta las cifras de los últimos años.

El funcionario atribuye los pésimos datos a la mala alimentación de las vacas, pero también a los problemas con las importaciones, que repercuten en productos lácteos

El funcionario atribuye los pésimos datos a la mala alimentación de las vacas, pero también a los problemas con las importaciones, que repercuten en productos lácteos: no hay sal fundente para el queso, ni polietileno para envasar, lo que repercute en la calidad de la leche.

Tampoco hay azúcar, en toda la Isla, con lo que Las Tunas ha rebajado de un 8% a un 4% la cantidad añadida al yogur de soya, una decisión muy saludable que el Gobierno no toma por motivos nutricionales, sino por la escasez. Este producto está garantizado en la provincia, como en otras tres de Cuba, pero solo porque no hay frijol.

También la soya se está empleando, como es conocido ya en otros rincones de la Isla, en la fabricación del helado. Según Atencio Legrá, con la pasta de esta semilla se consigue mantener el plan de 2.000 litros diarios de mezcla con los que elaborar 500 galones de helado y, aunque los consumidores no están muy felices con el resultado, conviene que se acostumbren porque no hay planes de cambio: "Queremos que en el verano haya suficiente en la provincia", enfatizó.

El funcionario relató otros dramas, como las plantas que no funcionan por falta de gas o sobreexplotación, pero afirmó que se inventan producciones alternativas ante la falta de leche.

La única de las medidas que ha tomado el Gobierno para liberalizar este sector es permitir vender los excedentes tras cumplir con el Estado, pero una vez más el parche no parece funcionar –sin contar con los impagos– y la alternativa de abrir el mercado a los privados no se contempla. Más bien al contrario, se ha penalizado a quienes intentaban crear alternativas. Fue el caso de Raúl Abreu Gómez, un ganadero de Artemisa conocido como el rey del queso que fue encarcelado en 2020 por actividad económica ilícita. El productor, que abastecía a varios locales privados, fue acusado de entregar cada día al Estado 70 litros de leche de los 150 que debía proporcionar, pero un año después estaba en libertad y con su quesería de nuevo en pleno rendimiento.

Según un informe publicado la pasada semana por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), en 2020 Cuba tuvo que importar leche en polvo entera por valor de 85.000.000 de euros y desnatada por unos 25.000.0000

Mientras tanto, el Gobierno debe invertir en compras millonarias de leche en polvo. Según un informe publicado la pasada semana por el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), en 2020 Cuba tuvo que importar leche en polvo entera por valor de 85.000.000 de euros y desnatada por unos 25.000.0000 (unos 120 millones de dólares en total), principalmente desde Nueva Zelanda y Uruguay, aunque también desde Bélgica, Alemania, Francia y Países Bajos. En años anteriores y en cuatro ocasiones, Cuba compró también leche en polvo a Estados Unidos.

El informe explica que gran parte del producto va a parar al mercado racionado, pero otra se va a las tiendas en pesos o divisas. "Normalmente, la leche en polvo se importa a granel y se empaca en envases de 500gr y 1 kilogramo bajo marcas comerciales cubanas, o sin marca conocida, saliendo en tiendas en estos formatos. Estos establecimientos están controlados por empresas estatales, y aplican márgenes comerciales que oscilan entre el 180 y el 240 % sobre los precios de coste", añade.

El Icex considera una oportunidad de negocio la leche en polvo porque, aunque en general "las importadoras estatales ofrecen condiciones de pago poco flexibles, con plazos de pago generalmente fijados en 360 días tras la recepción de la mercancía, (...) la leche en polvo es un bien priorizado por el Estado (cubano), por lo que es probable que las condiciones comerciales para la importación de este producto sean más favorables para los proveedores extranjeros".

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