Prohibido traer vacunas veterinarias a Cuba por el riesgo de "agresión biológica de EE UU"
Expertos no comparten la medida "porque los medicamentos están regulados y pasan por protocolos sanitarios minuciosos"
La Habana/Las vacunas y otros productos biológicos de uso veterinario "pueden ser vehículos para construir armas biológicas variadas y potentes". Ese es el argumento del Ministerio de la Agricultura de Cuba para prohibir su importación y su exclusión en la Resolución 430/2021.
El organismo considera que las "vacunas veterinarias, antisueros, medios de cultivo, productos obtenidos por ingeniería genética y organismos modificados genéticamente" pueden "contener en su composición cepas de microorganismos patógenos diferentes a los que circulan" en la Isla y que este tipo de agresiones ha sido utilizada por EE UU.
El químico farmacobiólogo Ernesto Mediola asegura a 14ymedio que entiende la postura de Cuba, pero no comparte las prohibiciones "porque los medicamentos están regulados y pasan por protocolos sanitarios minuciosos". "Rigurosamente hablando, virus, bacterias, toxinas, por mencionar algunos, podrían ser usados para producir enfermedades, pero de ahí a que una vacuna patentada sea la base de un arma biológica resulta una postura extrema".
La noticia no ha sido bien recibida por una comunidad de amantes y protectores de animales que lleva meses esperando porque los fármacos de uso veterinario y, especialmente las vacunas, lleguen a las clínicas y tiendas del país. Las historias de animales gravemente enfermos o fallecidos por enfermedades prevenibles se escuchan por todas partes.
"Pusimos un anuncio que pagábamos lo que fuera para comprarla aquí porque el año pasado se nos había muerto otra perra pequeña de moquillo"
Duque murió con apenas seis meses por parvovirus, la vacuna que debía inmunizarlo contra la enfermedad no logró llegar a tiempo a la Isla, después de que una prima emigrada le mandó a la propietaria del cachorro una dosis de la pentavalente que inmuniza también contra moquillo, adenovirus, hepatitis y tos de las perreras.
"Pusimos un anuncio que pagábamos lo que fuera para comprarla aquí porque el año pasado se nos había muerto otra perra pequeña de moquillo", cuenta a este diario la atribulada dueña de los dos animales muertos. "Pero prácticamente no están vendiéndola en el mercado negro porque con la reducción de vuelos casi no llegan". La vacuna, además, debe mantener una estricta cadena de frío.
Roberto Miró, que gestiona un pequeño local donde corta uñas y hace tratamientos sencillos contra la sarna o las garrapatas en Santo Suárez, explica a este diario que "hay que comprar la vacuna solo a una fuente en la que se tenga mucha confianza porque si el envase no estuvo todo el tiempo a la temperatura adecuada es tirar el dinero a la basura".
Una dosis de pentavalente supera en el mercado informal los 1.500 pesos y no hay una oferta constante, la mayoría de los veterinarios que ejercen de manera privada consultando a los animales en sus viviendas han preferido retirar de su catálogo de servicios la inmunización con estos antídotos. "¿A qué precio tendría que poner la inyección si la vacuna me cuesta eso? Pocos clientes están dispuestos a pagar esa cantidad", reconoce Miró.
En las principales clínicas veterinarias de La Habana el producto brilla por su ausencia hace más de un año, incluso en la exclusiva Almiquí con altos precios en moneda convertible, la pentavalente apenas ha llegado un par de veces en los últimos meses. "Se nos mueren los animales de enfermedades que sería muy fácil evitar con una vacuna puesta a tiempo", advierte Miró.
El Ministerio de la Agricultura prohibió además para importación-exportación "hormonas y promotores de crecimiento, drogas, estupefacientes, psicotrópicos, muestras de sangre, cepas de microorganismos" y equipos, dispositivos y materiales para el diagnóstico de laboratorio veterinario.
En información ofrecida para los viajeros precisó el organismo, se está permitido para uso veterinario la importación de antibióticos, antimicóticos, antiparasitarios, suplementos vitamínicos, instrumental y accesorios para animales de compañía, los que deben estar en sus "envases originales, debidamente rotulados e identificados con el nombre comercial y genérico o denominación común internacional".
"Mis perros llevan casi dos años sin poder bajar a la calle porque no he podido vacunarlos"
Mendiola estima que la prohibición va más encaminada al centralismo de un Gobierno que es cuestionable ante la falta de medicamentos. A tales extremos se ha llegado en la Isla que ante la plaga de sarna que atraviesan, los afectados han tenido que recurrir a un antiparasitario que se usa en animales. "No es lo recomendable porque puede generar reacciones adversas. Antes que prohibir, Cuba debería dar apertura al ingreso de medicamentos en general", advierte el químico.
Ante la falta de protección, muchos dueños de mascotas refuerzan las medidas. "Mis perros llevan casi dos años sin poder bajar a la calle porque no he podido vacunarlos. Ya sufrí mucho con la muerte de una perra de diez años que se enfermó de moquillo y no quiero volver a pasar por eso. Lo que hacemos es dejarlos en casa y tenemos un paño con cloro a la entrada para limpiarnos los zapatos y evitar traerles alguna enfermedad de la calle", detalla una vecina del Cerro.
"Tengo pentavalente americana, acabada de traer de Miami", dice un anuncio en uno de los más populares sitios de clasificados de compraventa en la Isla. "Aprovecha que me las vuelan de las manos, con esto ya no tienes de qué preocuparte y yo mismo se la administro al animal en su domicilio", se lee. "La vida no tiene precio", concluye inmediatamente después del precio del fármaco: 1.800 pesos.
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