Proliferan los mendigos en las calles de La Habana

La Habana/Las víctimas más invisibles del desplome de la economía nacional son las personas sin hogar. Aunque los mendigos siempre han formado parte del paisaje habitual en las calles de La Habana, su presencia en portales, parques, plazas y solares abandonados ha crecido en los últimos tiempos y su supervivencia se ha convertido cada día en más difícil.

"Nos cuesta atender a estas personas que pertenecen a nuestra posta médica. Muchos son ancianos que no tienen familiares ni reciben atención de ninguna institución paralela y, en realidad, lo que necesitan es ser internados para un mejor cuidado de su salud", cuenta a 14ymedio Yaneysi Ríos, doctora de un consultorio médico de la capital.

La mayoría de los mendigos suele ser adultos mayores o personas con alguna enfermedad mental que perdieron sus casas y familias y se concentran en La Habana Vieja, Plaza de la Revolución y Centro Habana, lugares por los que se han habituado a deambular en busca de unas monedas que encuentran más habitualmente en los turistas. Si hace unos años lo más común era verlos sentados en los portales esperando algo de dinero, ahora se dejan ver revolviendo los latones de basura en busca de restos de comida.

"Muchos son ancianos que no tienen familiares ni reciben atención de ninguna institución paralela"

Las autoridades tienen más tendencia a acordarse de ellos cuando algún dirigente o líder internacional pasa con su caravana de vehículos por las calles o se celebra un evento de envergadura. Pero con las restricciones de movilidad por la pandemia de covid-19, muchas de estas actividades han disminuido.

Los habaneros recuerdan todavía la visita en 2016 de Barack Obama, cuando brigadas del Ministerio de Salud Pública procedieron a internar a los mendigos de la ciudad en instalaciones sanitarias para apartarlos de la vía pública.

Con la primera visita del papa Francisco a la Isla, en 2015, los retoques de fachadas y recogidas de indigentes fueron tan intensas en el camino que seguiría la comitiva desde el aeropuerto, que la gente rebautizó irónicamente la ruta como "la Vía Sacra".

Durante las décadas de los 60 a 80, estuvo en vigor en Cuba la llamada ley del vago, que penalizaba a quienes no estudiaban ni trabajaban. Los ciudadanos que eran procesados por este delito estaban obligados a aceptar un trabajo, en general en labores agrícolas, limpieza de calles y otras ocupaciones que la mayoría rechazaba por su dureza y bajo salario.

Con la llegada de la crisis de los años 90 y la aparición de un incipiente sector privado, el Estado ya no pudo garantizar un empleo para cada persona en edad laboral y la legislación fue derogada, que es la razón, según el oficialismo, por la que han aumentado las personas sin hogar en las calles.

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