Las provincias se desconectan de 'Granma' por la falta de carteros
Algunos fieles lectores lamentan que no les lleguen las "orientaciones" del Partido Comunista
La Habana/Símbolo del régimen que lo creó en 1965 y su más veterano órgano de prensa, el periódico Granma llega con mucha dificultad a las zonas apartadas de Cuba, donde todavía hay lectores –muy pocos y todos con canas– que confían en lo que, por orientación del Partido Comunista, va impreso en sus páginas. De la “desconexión” con el diario rojo y negro se quejó este viernes Invasor, otro medio oficial cuya distribución vive su peor época.
Osmayda Valdés, directora de Correos de Ciego de Ávila y “autoridad postal” del territorio, compareció ante las cámaras –Invasor tiene una sección televisiva– para justificar a su institución y explicar la razón de los habituales retrasos en la llegada de Granma y otros diarios nacionales, como Juventud Rebelde.
Con un discurso entrecortado, Valdés explicó que los periódicos no vienen de La Habana ni se imprimen –como hacen varias provincias– en ningún poligráfico avileño, sino que hay que irlos a buscar a Sancti Spíritus, que a su vez trae los paquetes desde Villa Clara, cuyo poligráfico es el único de la zona que tiene condiciones para imprimir la tirada. Es un viacrucis logístico, explicó, alegando lo evidente: “Es que la prensa es diaria”.
Antaño, a Correos se le hacían llegar los ejemplares que tenía que repartir. “Ahora hay que ir a buscarlos”, lamentó Valdés, que se complicó al describir una ruta –todavía más engorrosa– de un transporte que iba cada día de Camagüey a Villa Clara, y que a su regreso iba repartiendo los paquetes en las oficinas de Correos.
Antaño, a Correos se le hacían llegar los ejemplares que tenía que repartir. “Ahora hay que ir a buscarlos”
“¿Cuáles son las causas objetivas de este problema?”, insistió la entrevistadora. “Hemos recibido muchas quejas de la población, porque no reciben la prensa a diario”. Valdés resumió el problema en una expresión: “Tema cartero”. De los 35 que hacen falta en la provincia, solo hay ocho trabajando. “La parte de Vistahermosa, en el municipio de Ciego de Ávila, es la más afectada porque no tenemos ni un cartero en esa área”, dijo.
La entrevistadora preguntó entonces por el combustible, porque una de las principales justificaciones que da Correos, dijo, es que no hay cómo transportarse de un lugar a otro para repartir. “No es tan así”, se defendió Valdés. En la cabecera municipal se trabaja, aunque de modo insuficiente. “El mayor problema es en los municipios”, sobre todo Morón, Gaspar y Baraguá.
La funcionaria fue radical: en los municipios no hay combustible ni transporte “ni nada”. “Hubo que hacer un convenio con la Empresa de Paquetería. Utilizamos sus transportes para poder entregar la prensa de dos a tres veces a la semana, depende de la estabilidad con que nos entreguen el combustible”.
Invasor prosiguió su recuento de las “muchas quejas” y puso el foco en los suscriptores, que entregan un dinero por recibir los periódicos estatales sin que se les haya notificado, hasta el momento, de retribución por las esperas o la falta de diarios. “De esto hace mucho tiempo”, acotó la periodista. “Hoy por hoy muchos no lo están recibiendo. Y nos dicen que han pagado y no la reciben”.
Valdés se lavó las manos y dijo que el suscriptor tenía todo el derecho de reclamar, pero no especificó a quién o ante qué instancia. “Al no haber un cartero que haga la entrega, es el municipio el que asume la responsabilidad. Cuando se logre contratar a un cartero –que tienen que tener unas condiciones porque tiene que dar la chequera, la asistencia social, tiene que pagar giros, llevar paquetería y cartas certificadas– y estabilizar la plantilla, el suscriptor no se verá afectado y se le va a renovar el contrato”, prometió.
La funcionaria llegó al punto de la conversación que le interesaba: informar a la población de que Correos está contratando carteros. Diezmada su plantilla por la estampida migratoria y laboral, la empresa ofrece puestos. “En otros tiempos no teníamos transporte para los carteros pero ahora sí”, dijo. No se trata de los carros y camionetas que en otro tiempo se utilizaban, sino de “bicicletas Niagara en buenas condiciones”.
“El tema principal son las condiciones del cartero. Ya le dimos al Ministerio de Trabajo la cantidad de plazas desocupadas para que todo el personal que vaya allí se le pueda remitir a la empresa y nosotros hacerle así las verificaciones. El transporte está garantizado, lo que no hay es personal”, remató.
'Invasor' lleva años denunciando los fallos que Valdés calificó este viernes como “temporales”
Invasor lleva años denunciando los fallos que Valdés –que tiene menos de un año en el cargo– calificó este viernes como “temporales” y dependientes de la situación del transporte. El pasado febrero, cuando la jefa de Correos era Lídisy Rodríguez, el periódico lamentaba “el déficit de recursos humanos que acusan no pocas entidades”.
El artículo era una respuesta tardía a la queja formulada en 2023 por varios suscriptores, y publicada en la sección de cartas Camisa de Fuerza. Entonces, un lector identificado como Arquímides Morales protestaba contra la falta de responsabilidad de Correos, que hacía años no le entregaba un ejemplar de Granma.
Morales explicaba por qué: habían despedido a todos los carteros que se ocupaban de su zona “como medida ante un posible hecho delictivo”, y desde entonces el servicio había funcionado de manera precaria.
Correos se excusó ante Invasor alegando que Morales vivía en un edificio con rejas, y que el cartero no podía dejar sus “valores” –bicicleta, paquetes, dinero, cartas, etcétera– en la planta baja, y que tampoco podía esperar a que el interesado bajara para entregarle el periódico en su mano. En tres horas y media –de 7:30 a 11 am– un cartero tenía que repartir 400 ejemplares de Granma, 200 de Juventud Rebelde, 400 de Trabajadores y 400 de Invasor.
En 2023, Invasor formulaba una pregunta contra Correos: “¿En serio hay que desgastarse haciendo reclamaciones…? Esperamos, como Arquímedes, una respuesta y, ojalá, pueda leerla por sí mismo en estas páginas, a tiempo”. Meses después, en el artículo de febrero, el problema persistía y el periódico capitulaba: “Al parecer ni personalmente ni a través de estas páginas, Arquímides Morales López podrá leer la respuesta”.