¿Qué pueden hacer las empresas estadounidenses en Cuba?
En cuanto a las empresas, se han producido tres cambios principales en la política de Cuba. En primer lugar, estos cambios hacen que sea más fácil para la gente de negocios de Estados Unidos viajar a la isla mediante la eliminación de barreras en los servicios aéreos regulares entre los Estados Unidos y Cuba. En general se autorizaron 12 categorías de viaje sin una licencia específica, es decir, sin pedir y tener que obtener de antemano el permiso del gobierno de los Estados Unidos.
En segundo lugar, los cambios ahora proporcionan un entorno más favorable para determinados tipos de exportaciones a Cuba, destinadas a mejorar las condiciones de vida del pueblo cubano, especialmente mediante el aumento del flujo de información entre los dos países. Estas exportaciones recién permitidas -o por lo menos recién favorecidas- incluyen ciertos equipos de telecomunicaciones, entre ellos equipos que proporcionan acceso a Internet, y dispositivos de comunicaciones personales.
En tercer lugar, y quizás lo más importante, los cambios aflojan las restricciones de ciertas actividades realizadas en los sectores de banca, finanzas y seguros. Este último cambio es fundamental para la gente de negocios, ya que les permite acometer ciertas formas de actividades en Cuba y recibir pagos, que antes no se podían efectuar. Por ejemplo, a pesar de que la política anterior de Estados Unidos permitía a las empresas como Netflix enviar streaming de películas y videos a Cuba, el embargo hacía que los pagos a esas empresas fueran imposibles en la práctica.
El relajamiento del embargo en el sector bancario y financiero hace posible que Netflix ahora pueda recibir esos pagos, que es probablemente la razón por la cual hace poco anunció que comenzará a ofrecer servicios de streaming en Cuba.
Los beneficiarios más obvios en el corto plazo serán las empresas como Netflix. Las empresas que antes querían viajar a Cuba con fines de investigación –por ejemplo, los cazatalentos de béisbol– también podrían beneficiarse de los cambios recientes. Además, las compañías que venden ciertos equipos de comunicaciones y dispositivos de comunicaciones personales deben ver a algunos beneficios potenciales inmediatamente después de los cambios.
La nueva política también afloja algunas restricciones a los buques extranjeros que han entrado en Cuba antes de dirigirse a los Estados Unidos, lo que puede beneficiar a la industria marítima. Finalmente, debido a las modificaciones que facilitan la exportación de los elementos necesarios para la protección ambiental de Estados Unidos y la calidad del aire internacional, las aguas y costas, es probable que las empresas que hacen negocios en esos sectores también se vean beneficiadas directamente.
Sin embargo, hay mucho todavía que las empresas estadounidenses no pueden hacer en Cuba. Como resultado, las empresas estadounidenses y otras personas sujetas a las sanciones, que incluyen a los ciudadanos estadounidenses, residentes en Estados Unidos, cualquier persona física dentro de los EE.UU., empresa organizada bajo las leyes estadounidenses y empresa controlada por personas de Estados Unidos, debe tener mucho cuidado al pensar en hacer negocios en Cuba.
Las empresas que decidan aprovechar las nuevas políticas tendrán que tener cuidado de asegurarse que están cumpliendo con todas las condiciones
La mayoría de las transacciones entre los EE.UU. y Cuba siguen prohibidas, y los controles de las exportaciones a Cuba continúan siendo extensos. Las ventas a Cuba o a nacionales cubanos de artículos militares estadounidenses, y los bienes de los Estados Unidos que tienen aplicaciones militares potenciales, como los aviones, equipos de telecomunicaciones, gafas de visión nocturna, etcétera, se mantienen prohibidas. E incluso, para aquellas exportaciones que pueden ser autorizadas a Cuba, se requerirá que los exportadores estadounidenses lleven a cabo y documenten sus esfuerzos para garantizar que los productos se venderán sólo a los usuarios autorizados por las autoridades estadounidenses de concesión de licencias, que los productos se mantendrán con el usuario final designado, y que el producto sólo se utilizará en una manera que permita la ley.
Las empresas que decidan aprovechar las nuevas políticas tendrán que tener cuidado de asegurarse que están cumpliendo con todas las condiciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, lo cual puede ser complicado y extenso.
Los cambios actuales están limitados en su naturaleza y alcance, en gran parte debido a que las acciones que puede tomar el Presidente con respecto a Cuba son limitadas. La modificación o derogación de la totalidad del embargo a Cuba requeriría la intervención del Congreso de Estados Unidos. Hasta entonces, las empresas deben tener cuidado al tratar de tomar ventaja de los cambios recientes y deben estar conscientes de lo que no ha cambiado. La prohibición de viajar a Cuba por turismo sigue en pie, al igual que la necesidad de una autorización específica para muchas exportaciones a Cuba, incluyendo lo relacionado a la medicina, los dispositivos médicos, y/o la protección del medio ambiente.
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Una versión de este artículo fue originalmente publicada en FCPAméricas