Los puertos cubanos están saturados de petroleros en espera de descargar y refinar el crudo importado
La insuficiencia de depósitos, la ineficiencia de las refinerías y el caos logístico impiden que el combustible llegue a las gasolineras y a las centrales eléctricas
La Habana/Cuba necesita combustible de forma urgente para suministrar sus gasolineras y centrales eléctricas, pero sus refinerías y puertos no logran atender a los barcos que llegan a un ritmo inhabitualmente elevado en las últimas semanas. El 18 de febrero, entró a la bahía de Nipe el Akademik Gubkin, un tanquero ruso de gran calado, con 790.000 barriles de crudo, seguido poco después del Corossol (650.000 de diésel) y del Marlin Aventurine (340.000 barriles de combustible).
La Isla no solo perdió gran parte de su capacidad para almacenar crudo en el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas en 2022, sino que sus cuatro refinerías, con varias décadas de explotación y poco mantenimiento, están prácticamente obsoletas. De las tres más importantes –ubicadas en La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba–, solo la de la capital cuenta con una planta de craqueo catalítico (un sistema más eficiente de refinar crudo), aunque su capacidad es limitada, señala a 14ymedio el experto de la Universidad de Texas Jorge Piñón.
Con una antigüedad similar a las termoeléctricas del país, unos 50 años o más, las refinerías reciben combustible de forma intermitente, lo que no es recomendable para la salud de la propia planta. “Las refinerías de petróleo operan, en su estado óptimo, con un flujo continuo e ininterrumpido de petróleo crudo”, explica. No obstante, “debido a bajos inventarios o a una entrega poco confiable de materia prima”, las refinerías cubanas están lejos de operar de forma óptima.
“Las refinerías de petróleo operan, en su estado óptimo, con un flujo continuo e ininterrumpido de petróleo crudo”
Según los cálculos del especialista, basados en cifras de la Oficina Nacional de Estadística e Información, las refinerías trabajan a apenas el 70% de su capacidad.
“El largo y complejo transbordo del Akademik Gubkin son claras señales de las dificultades que tiene la logística marítima del petróleo crudo y combustibles en Cuba”, estima Piñón. El Corossol, con bandera de Liberia y procedente de Rotterdam, pasó cuatro meses dando vueltas en aguas cubanas sin poder descargar el diésel adquirido por unos 60 millones de dólares en el mercado internacional, lo que supone un aumento sustancial, por sobrestadía, del costo de la importación.
Piñón baraja varias razones por las que el Corossol estuvo tanto tiempo sin entrar a puerto. Las más probables: por impagos por parte de La Habana o por falta de capacidad de almacenamiento.
El tanquero atracó finalmente en Matanzas el pasado 2 de marzo, donde descargó parte del combustible, y el pasado viernes llegó a la refinería de La Habana para entregar el resto.
El tanquero atracó finalmente en Matanzas el pasado 2 de marzo, donde descargó parte del combustible, y el pasado viernes llegó a la refinería de La Habana para entregar el resto
La situación del crudo transportado por el Akademik Gubkin, procedente de Rusia y de alta calidad (tipo Ural), es más incierta. El petrolero fondeó en la bahía de Nipe, en Holguín, el pasado 18 de febrero. Los días 20 y 27 de ese mes, y el 4 de marzo, llegaron los tanqueros cubanos Lourdes, Vilma y Delsa para realizar el trasvase del crudo.
Fue una “prolongada operación de dos semanas”, señala Piñón. Una parte del petróleo fue trasladado a la refinería de Santiago de Cuba por el Vilma, que salió de Nipe el 1 de marzo con aproximadamente 330.000 barriles, explica el especialista, y llegó a su destino dos días después. Este domingo, el Vilma había vuelto a la bahía de Nipe, donde siguen fondeados el Lourdes y el Delsa, según la plataforma de seguimiento marítimo Marine Traffic, mientras el Akademik Gubkin ha emprendido el viaje de regreso a Ust-Luga, un puerto cercano a la ciudad rusa de San Petersburgo.
El panorama se complicó aún más con la llegada, la semana pasada a Matanzas, del Marlin Aventurine, procedente de la refinería de Lavéra, en el sur de Francia, y que se dirige ahora hacia La Habana. “Estoy seguro de que va a tener que esperar a que el volumen descargado por el Corossol sea trasladado a otras terminales. Los tanques de almacenamiento tienen que estar llenos”, valora Piñón, que resalta además la llegada a esa provincia de los tanqueros de cabotaje Primula y Caribbean Alliance, aunque este último se dirige hacia Mariel este lunes.
Según las aplicaciones de rastreo marítimo, también el Nicos IV, dedicado igualmente al trasvase de combustibles, está en Matanzas.
Otros petroleros también aparecen anclados en distintos lugares de la Isla: el Ocean Integrity estuvo en Moa tras salir de Cienfuegos y se está moviendo hacia Matanzas este lunes; en la bahía de Jagua, donde está la refinería de Cienfuegos, se encuentran el Alicia y cuatro más: Petion,Equality, Emilia y el Gas Exelero, con gas licuado.
Otros petroleros también aparecen anclados en distintos lugares de la Isla: el 'Ocean Integrity' estuvo en Moa tras salir de Cienfuegos y se está moviendo de nuevo hacia un destino no revelado
Por mucho que necesite el combustible, es evidente que la capacidad de la Isla para atender simultáneamente varios petroleros de gran calado es limitada, y ello se traduce –además de repercutir en cada nivel de la economía– en grandes déficits de energía para el sistema eléctrico nacional y en gasolina para los servicentros.
El déficit energético lleva meses sin bajar de los 1.000 megavatios (MW). Para este domingo, Unión Eléctrica estaba prevista una afectación de 1.300 MW en el horario pico, más del 40% de la demanda nacional, pero finalmente fue de 1.438 MW. Para este lunes, se calculo un déficit de 1.510 MW, por la diferencia entre lo producido (1.760 MW) y lo demandado (3.200 MW).
La escasez de gasolina tampoco es el único inconveniente para los automovilistas. Según han informado en Telegram los gestores de cola de los servicentros de Tángana y 17 y L, en Plaza de la Revolución (La Habana), el combustible que llega con cuentagotas –casi siempre gasolina regular– muchas veces no se puede vender por los apagones, que inutilizan las bombas y los pagos electrónicos. .
La falta crónica de combustible fue también el pretexto que invocó el Gobierno el pasado febrero para justificar su decisión de suspender la venta de gasolina especial en pesos y de comercializarla solo en dólares.