Los 'quimiqueros' toman Las Tunas, otra ciudad cubana afectada por el consumo de drogas

Dos personas han fallecido y un niño empezó a abusar de los narcóticos a los ocho años, según los registros de salud

Salud Pública no cuenta con los recursos para lidiar con el aumento del consumo entre adolescentes.
Salud Pública no cuenta con los recursos para lidiar con el aumento del consumo entre adolescentes. / Cubadebate
14ymedio

06 de febrero 2025 - 15:21

La Habana/Las Tunas se ha convertido en otro epicentro de las drogas en la Isla y el aumento de casos registrados, que experimentó un pico a partir de la segunda mitad de 2024, está protagonizado por el químico, que ha dejado dos muertos. De las más de 500 consultas realizadas el año pasado por Toxicología en la provincia, el 80% fue por abuso de narcóticos y las edades más frecuentes estuvieron entre los 13 y los 17 años, aunque se conoce el caso de un niño que inició el consumo con solo ocho años. 

El químico, un cannabinoide sintético mezclado con todo tipo de medicamentos, llega sobre todo a las manos de los adolescentes. Jorge Rueda Gómez, psicólogo del servicio de Adicciones del territorio, deja clara la situación en una entrevista con Periódico 26 publicada el miércoles: las autoridades han hecho lo posible para frenar el aumento de consumidores pero, lamenta el especialista, “la tendencia persiste” y “se inclina hacia al consumo del químico, la marihuana y algunos medicamentos controlados como el tramadol y la carbamazepina”.

Las instalaciones de Salud ya han comenzado a recibir casos graves de abuso de sustancias, como el primer consumidor de metanfetaminas –que las compró pensando que eran el químico– o la primera embarazada adicta que, con apenas 16 años, intentó suicidarse tras no conseguir un legrado en los hospitales. Su “esposo” –la prensa oficial no comenta el hecho de que esté casada a tan temprana edad– también es “policonsumidor de drogas”.

Ni los mismos médicos saben a qué atenerse frente a la situación de la adolescente. “Ante este primer caso de una gestante consumidora, el Programa de Atención Materno Infantil extrema los cuidados, pero saltan muchas interrogantes, ¿cómo será el neurodesarrollo del bebé, sus capacidades motoras, cognitivas? Constituye un reto para la Neonatología, y tenemos que estar preparados para socorrerla a ella y, además, para recibir a su hijo que puede, incluso, sufrir un síndrome de abstinencia. Esta es ya la realidad de la provincia”, zanja Alejandro Mestre Barroso, principal especialista en Toxicología de la provincia.

Ni los mismos médicos saben a qué atenerse frente a la situación de la adolescente

El médico advierte de la capacidad de los narcóticos para alterar la genética de los fetos. Pueden “ir al gen, modificarlo y transmitirlo genéticamente. O sea, este fenómeno no solo se queda en el consumo, también se transmite a la descendencia”, creando incluso patrones de esquizofrenia.

También se han registrado dos muertes asociadas al consumo de estupefacientes, una por causa directa –el aumento de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial le provocó al consumidor un accidente cerebrovascular– y otra indirecta, el comprador discutió con el traficante, que terminó agrediéndolo. Ninguno de los ocho municipios de la provincia escapa al aumento del consumo, aunque este se concentra especialmente en la ciudad cabecera.

La llegada del químico ha causado un estado de “alarma” entre las autoridades de Salud. “Ante el preocupante ascenso del consumo en adolescentes, el servicio de Adicciones del hospital pediátrico Mártires de Las Tunas no cuenta con las condiciones materiales para hacerles frente a los pacientes que ya marcan sus rutinas”, admite Norkis Sánchez Alonso, jefa de Asistencia Médica de la Dirección General de Salud.

El químico, que “se ha asentado con alevosía en las calles tuneras”, incluso obligó a las autoridades a organizar un primer Taller Provincial de Adicciones en enero y en otras provincias los arrestos de traficantes también han sido publicados en perfiles afines al oficialismo como una forma de advertencia

Los “quimiqueros”, como se autodenominan los consumidores de esta droga que terminan conviviendo en algún hospital mientras dura el tratamiento, ya se han vuelto pacientes frecuentes en los centros de salud de Las Tunas. La provincia incluso habilitó un salón ad hoc con 17 camas que comparten alcohólicos y toxicómanos.

"Es muy difícil dejar a un lado las adicciones, de ahí la importancia de no iniciarse en este hábito"

“Es muy difícil dejar a un lado las adicciones, de ahí la importancia de no iniciarse en este hábito tan peligroso. A partir de la cuarta hora de suspender el consumo aparecen síntomas importantes como ansiedad, desespero, insomnio, agresividad. Ahí es donde están los efectos más nefastos. Empiezan a sentir alteraciones en la piel, alucinaciones, pesadillas y llegan a funcionar a nivel psicótico, rayando la locura”, explica uno de los especialistas.

Tras la estancia en este centro, de unas tres semanas, los pacientes se enfrentan a una “difícil recuperación social”, y muchos recaen. El doctor no niega que la vuelta al consumo, especialmente tras pocos días de tratamiento, es frecuente: “La rehabilitación efectiva es lo que más nos golpea. Existen protocolos de actuación para el momento de las recaídas, pero tenemos que lograr que se conozcan y apliquen desde las áreas de Salud o no vamos a lograr vencer esta batalla”.

En particular, Periódico 26 rescata la historia de un adolescente que llegó al centro con “el cuerpo maltrecho entre el aparataje de síntomas extraños, pidiendo ayuda a gritos”. Había empezado a consumir el químico siendo “prácticamente un niño, en el barrio”. En su peor semana, gastó más de 40.000 pesos en la droga y consumió más de “10 líneas” por día.

“Le decía a su mamá que sentía que se iba a volver loco y ella le daba el dinero por miedo a que saliera a la calle e hiciera una locura. Se hizo adicto a la taquicardia”, cuenta el diario, que añade que al final fue su madre la que lo llevó “casi a rastras” a buscar ayuda.

La terapia y los días de abstinencia, no obstante, no duraron mucho, y la prensa oficial no se pregunta si el caso, bastante común según declara, se debe al limitado sistema de rehabilitación. “La vuelta al hogar fue un hervidero de tentaciones… Los nuevos precios: el químico a 300 pesos y el cigarro de marihuana a 500, arrasaron con el dinero a mano, y cuando ya no hubo de dónde sacar salió desenfrenado, a eso de las 10:30 de la mañana, y le arrebató el teléfono a una señora, a la vista de todos. Cumplió 19 años recluido en el centro penitenciario provincial”.

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