El racionamiento neutraliza "la madre de todas las colas" cubanas
Este jueves no se recogió el carné y los pocos que estaban en la fila eran "los que quedaron pendientes de la otra vez"
La Habana/Los alrededores del mercado de Cuatro Caminos lucían este jueves muy diferente a como suele ocurrir cada dos semanas, especialmente el pasado 7 de abril.
Ese día, miles de personas se aglomeraban en una fila que llegó a alcanzar casi 20 cuadras, en la que aguardaban para entregar el carné y ser apuntados en la lista que determina qué día pueden ir a comprar dentro de las siguientes dos semanas.
Con la entrada en vigor este mismo jueves de la "municipalización" de la venta en pesos, la que algunos clientes llamaron con sorna "la madre de todas las colas" ha quedado diluida. Solo unas decenas de personas esperaban a las puertas del establecimiento.
Una coronel de Policía explicó a este diario que "hoy no se recogió el carné" y que los que aguardan son "los que quedaron pendientes de la otra vez".
La recogida de documentos se hará el próximo martes, esta vez, siguiendo la nueva normativa, solo para residentes de El Cerro y de La Habana Vieja
La recogida de documentos se hará el próximo martes, esta vez, siguiendo la nueva normativa, solo para residentes de El Cerro y de La Habana Vieja. "Una vez que compren no pueden volver a hacerlo hasta el mes que viene", detalló la agente, que reconoció que antes, iba hasta ahí incluso gente de Mayabeque, Artemisa y Pinar del Río.
Los habitantes de las zonas más alejadas del centro son los más perjudicados por la vuelta al racionamiento por municipio, adelantada el lunes por este diario y confirmada por la prensa oficial al día siguiente, una medida que estuvo vigente para evitar los contagios de covid-19 y fue derogada a principios de noviembre.
En los municipios de la periferia la cantidad de comercios estatales es mucho menor, lo que disminuye las posibilidades de los residentes en esas zonas de comprar alimentos. En algunos barrios de Rancho Boyeros, Cotorro, la escasez de locales es dramática y los vecinos ven su situación como parte de una política discriminatoria de distribución.
Las autoridades reconocieron que la decisión se tomó "teniendo en cuenta la situación existente con la disponibilidad de productos y con el objetivo de hacer más viable la venta, lograr mayor equidad y por consiguiente disminuir la aglomeración de personas en los establecimientos". Es decir, por la escasez y para evitar las kilométricas colas.
Está por verse que el racionamiento mejore lo primero, pero queda demostrado que, para lo segundo, funciona, al menos con la fila más larga de todas.
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