Raúl Castro recibe al ministro chino de Seguridad Pública para hablar de lucha contra la subversión
El funcionario llegó pocos meses después de que 'The Wall Street Journal' denunciara la construcción de una cuarta base de espionaje china en Cuba
La Habana/Incluso si las relaciones comerciales entre Pekín y La Habana van en picada “por la falta de voluntad de los líderes cubanos para adoptar reformas orientadas al mercado”, las colaboraciones en materia de “ciberseguridad” siguen en pie. Este sábado, Raúl Castro abandonó, como hace solo en casos excepcionales, su retiro para recibir, junto a Miguel Díaz-Canel, al ministro de Seguridad Pública, Wang Xiaohong.
Con una fila de representantes chinos de traje y corbata a un lado, y, enfrente, otra de militares cubanos de verde olivo, Díaz-Canel agradeció el “respaldo al enfrentamiento a las políticas de colonización cultural, hegemónica y también de subversión, que el imperio ejerce sobre nuestras naciones”.
Castro, por su parte, se limitó a recordar las relaciones de amistad entre los dos países y agradeció la ayuda enviada por China tras el paso de los huracanes Oscar y Rafael.
Si bien la prensa oficial de la Isla retrata la “visita de trabajo” como un inocente encuentro entre autoridades de ambos países, lo cierto es que la presencia de Wang y altos mandos del Ministerio del Interior cubano en el Palacio de la Revolución vuelve a poner la atención sobre las bases de espionajes chinas instaladas en la Isla.
La presencia de Wang y altos mandos del Ministerio del Interior vuelve a poner la atención sobre las bases de espionajes chinas
El pasado julio, el diario estadounidense The Wall Street Journal denunció que Pekín había aumentado la capacidad de sus estaciones de escucha electrónica en Cuba, tomando como fuente unas imágenes captadas desde el espacio por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). En las fotografías se ve, aparentemente, la nueva base, que estaría a unos kilómetros de base naval de Estados Unidos en la bahía de Guantánamo.
En junio de 2023, The Wall Street Journal informó de supuestas negociaciones entre China y Cuba para construir una base de espionaje y una instalación de entrenamiento militar conjunto en la Isla. A lo largo de los años, el CSIS las ha ido ubicando en cuatro sitios: Bejucal, Calabazar, Wajay y El Salao. Las dos primeras, cerca de La Habana, tienen grandes antenas parabólicas diseñadas para monitorear y comunicarse con satélites.
La nueva base sería la localizada en El Salao (Santiago de Cuba). Según el documento, la construcción comenzó en 2021 y parece destinada a albergar un grupo de antenas colocadas en círculo, que pueden servir para interceptar y localizar señales electrónicas.
En esa ocasión, tanto China como el régimen de la Isla calificaron de “cuento” las alegaciones de The Wall Street Journal y aseguraron que se trataba de “una campaña de intimidación” de Washington contra La Habana. La parte china incluso llegó a describir las bases como un “modelo de ayuda mutua entre naciones en desarrollo”.
Etecsa comercializa teléfonos fijos, celulares, routers y otros equipos de marcas como Xiaomi o Huawei
Las similitudes entre ambos regímenes a la hora de utilizar la propaganda y el espionaje como armas represivas también han permitido que el gigante asiático sea un socio casi exclusivo de la Isla en materia de telecomunicaciones. La empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) comercializa teléfonos fijos, celulares, routers y otros equipos de marcas como Huawei –a la que La Habana debe cientos de millones de dólares–, Xiaomi, ZTE o Vivo.
Este fin de semana, la Escuela Superior de Cuadros del Estado y del Gobierno de Cuba, cuyos representantes viajaron a Hunan para asistir al Seminario de Gestión de la Administración Pública para los Países de América Latina, firmó varios acuerdos con universidades de esa provincia china.
Según Prensa Latina, se amplió la cooperación en “educación, formación, investigación académica y colaboración científica” con las escuelas de Administración, Ciudades, Vocacional Ferroviaria, de Tecnología de Metales No Ferrosos y de Tecnología.
El pasado abril, otra delegación cubana viajó a Wuhan para formar parte del primer Foro de Cooperación Espacial entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac). Aunque la Isla no tiene un programa espacial ni especialistas en astrofísica o cosmonáutica, esperaba que con su presencia en el evento Pekín le ofreciera, entre otros acuerdos, usar sus datos satelitales. En esa ocasión, el país asiático acordó con la Celac “apoyar la creación de capacidades en la aplicación de comunicaciones satelitales, tecnologías de navegación y observación terrestre”.