De recibir la Orden del Mérito Judicial en Cuba a enfrentarse a la deportación en Miami
Una ex jueza de Matanzas mintió para obtener una visa de EE UU
Madrid/Cuando en 2023 Juana Orquídea Acanda Rodríguez recibió la Orden del Mérito Judicial, expresó: “Es el reconocimiento al trabajo de toda la vida, a la realización de mis sueños y es el mejor ejemplo de la obra de la Revolución”. Ahora, a sus 62 años, le tocará colocarse al otro lado del estrado tras ser detenida el pasado 20 de marzo cuando intentaba llegar a EE UU con una visa de reunificación familiar.
Según informó el periodista Mario J. Pentón en sus redes sociales, agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) pararon a Acanda en el Aeropuerto Internacional de Miami por ocultar su militancia en el Partido Comunista de Cuba (PCC) y sus vínculos con el Estado cubano. La ex jueza, que trabajó más de tres décadas en una sala penal, mintió en la entrevista consular, una de las causas más comunes para la revocación de visas.
Para las autoridades estadounidenses, cualquier afiliación pasada o presente con el PCC, los tribunales, el sistema judicial o las fuerzas del orden puede ser considerada un factor crítico en la evaluación de solicitudes de visa, asilo o residencia de ciudadanos de la Isla. Pero negar esos vínculos, si se comprueba que existieron, no solo constituye fraude, sino que puede ser percibido como una amenaza a la seguridad del sistema migratorio.
Acanda borró cualquier detalle que pudiera dar cuenta de su pasado en común con el régimen antes de comenzar una nueva etapa en Estados Unidos. No hay perfiles con su nombre en redes sociales, pero una simple búsqueda en internet revela todo lo que Acanda intentó ocultar ante los ojos de los oficiales consulares.
Aparece en varios medios matanceros, en artículos que cubren galas, ceremonias, aniversarios y condecoraciones. Y no se trata de una simple trabajadora retirada, sino de una figura reconocida en más de una ocasión por su lealtad y compromiso con el régimen. En uno de esos reportajes donde se le menciona, se lee: “Quizás la jubilación la mantenga apartada, entre comillas, de los tribunales, pero en su mente y corazón, Orquídea siempre será una jueza”.
Su caso recuerda al de Melody González Pedraza, quien también fue detenida en una terminal aérea de Estados Unidos tras revelarse su historial represivo. La ex jueza había condenado en Cuba a cuatro manifestantes del 11J.
Ahora, Juana Orquídea Acanda, desde el banquillo, enfrenta una posible deportación y la inadmisibilidad permanente a territorio estadounidense. Deberá demostrar su inocencia frente a acusaciones de fraude y tergiversación deliberada, algo poco probable, ya que –según reveló a Mario J. Pentón una fuente anónima de CBP– ella misma admitió haber mentido.
Hace apenas unos meses, emocionada, declaraba a TV Yumurí: “Me vi totalmente realizada durante esos 36 años impartiendo justicia, tal y como demanda de nosotros la sociedad”. Hoy, sin toga ni mazo, se enfrenta no solo a los tribunales estadounidenses, sino también al juicio moral de una comunidad exiliada con la que pretendía convivir y a la posible represalia de ese régimen que, tras décadas de lealtad, intentó abandonar entre silencios y olvidos.