Un recorrido por las gasolineras desabastecidas de Cuba

Desde que subieron más de 400% las tarifas del combustible, solo se puede conseguir en dólares y, a veces, en pesos con la aplicación Ticket

Gorra de marca y anillos de oro, el cubanoamericano baja de su carro y un empleado abre la ventanilla. Se lleva once litros y medio de gasolina; le cobran 15 dólares
Gorra de marca y anillos de oro, el emigrado baja de su carro y un empleado abre la ventanilla. Se lleva once litros y medio de gasolina; le cobran 15 dólares / 14ymedio
Pedro Espinosa/Juan Matos

20 de marzo 2024 - 19:22

La Habana/“Su amigo las 24 horas”, reza en inglés y español el letrero que recibe a los clientes en el servicentro internacional de Sancti Spíritus, ubicado en la Carretera Central. A todo color, la mascota de Cupet –una lechuza de ojos saltones con la manguera de combustible en la mano– indica a quienes van llegando en flamantes carros con matrícula turística que, mientras haya dólares, habrá gasolina, aunque no siempre y tampoco en cantidad suficiente.

El lugar, donde este martes rellenaban el tanque un tur de la marca china Dongfeng y otro carro, alquilado por un emigrado, está bien pintado y carece de baches que dificulten su acceso. Cruzando la calle, por la que apenas pasan vehículos, hay una base de las Fuerzas Armadas. Gorra de marca y anillos de oro, el emigrado baja de su carro y un empleado abre la ventanilla. Se lleva once litros y medio de gasolina; le cobran 15 dólares. 

El visitante, que reside en España, paga con su tarjeta –todas aceptadas, incluida la rusa Mir y con excepción de las estadounidenses– y se marcha. Pasará un buen rato antes de que otros clientes –con la T de turismo en su chapa– recalen en la gasolinera. A diferencia de los extranjeros y los macetas –ricos que pueden pagar la gasolina en dólares–, los espirituanos que llegan sudorosos a la sombra del servicentro solo quieren aire para sus bicicletas. 

Quien se inscribe en Ticket parte de un principio: "La gasolina en CUP no existe"
Quien se inscribe en Ticket parte de un principio: "La gasolina en CUP no existe" / 14ymedio

En la provincia, como en el resto de la Isla, desde que subieron más de 400% las tarifas del combustible, solo hay otra vía, “la del pobre”, a través de la aplicación oficial Ticket. El proceso consiste en “sacar un turno y meterse un siglo esperando”, define Yoel, de 34 años y residente en el municipio cabecera. 

Yoel conoce bien la angustia de esa espera, que puede prolongarse de mes y medio a dos meses, para obtener unos diez litros de gasolina en los “Cupet de los pobres”. Quien se inscribe en Ticket parte de un principio: “La gasolina en CUP no existe”. Tras asumirlo, toda paciencia es poca. Al fin y al cabo, se espera un imposible. 

No obstante, hay trucos para acelerar –ligeramente– el proceso. Un chofer puede tener dos documentos de circulación, e inscribirse con ambos “para ver” cuál toca primero, explica Yoel. Al llegar al servicentro, el empleado exige el carné de identidad y el documento de circulación, que cotejan con un listado oficial.

Como la mayoría de los choferes cubanos, Yoel añora “la gasolina por la libre” que se le ofrece a los extranjeros y a los que cuenten con la tarjeta Clásica, habilitada ad hoc por el Gobierno a la medida de las nuevas tarifas y métodos para comprar combustible. Para los demás, dice Yoel, queda esperar la ansiada notificación de Ticket y salir corriendo hacia la gasolinera. 

Cuando alquilan un carro de turismo se les vende cinco litros de gasolina al día. En esas condiciones, el chofer debe restringir sus viajes y conformarse con hacer visitas locales

De La Bujía, La Guarina y El Faro –los tres servicentros de Manzanillo, en la provincia de Granma–, solo el primero tiene cierto movimiento: cobra en dólares. Los otros dos “no tienen combustible en CUP”, indican, severos, los empleados. Una pequeña reserva, informan, se está dedicando a los carros estatales y los taxis oficiales. 

Pero ni siquiera en La Bujía todo es color de rosa. Si se va la corriente –situación que se presenta con frecuencia, porque durante los apagones no hay petróleo para encender la planta eléctrica del Cupet– tienen que parar la venta. Los más afortunados –quienes conservan algo de combustible en el tanque– intentan probar suerte en el vecino municipio de Bayamo, “a ver si queda algo”, cuenta el colaborador de 14ymedio en la provincia de Granma.

Como en Sancti Spíritus, la “fauna” que acude a los dispensadores de La Bujía luce la chapa con la T y lleva la “todopoderosa” tarjeta en el bolsillo. Para quien pueda pagarla, una última vía aparece: el diésel “por la izquierda”, disponible en el mercado informal. 

Crisis y delincuencia van de la mano. Pese a la lentitud de internet desde que varias protestas por los apagones y el desabastecimiento estallaron este domingo a lo largo del oriente cubano, circuló el rumor de que varios empleados de la termoeléctrica Felton, en Holguín, tenían un “negocito” de venta de combustible. 

De La Bujía, La Guarina y El Faro –los tres servicentros de Manzanillo, en la provincia de Granma–, solo el primero tiene cierto movimiento: cobra en dólares
De La Bujía, La Guarina y El Faro –los tres servicentros de Manzanillo, en la provincia de Granma–, solo el primero tiene cierto movimiento: cobra en dólares / 14ymedio

Otras anécdotas que circulan de boca en boca tienen un corte similar a la que conoció este martes, en Ciego de Ávila, este diario: los extranjeros de visita en la Isla están “estancados”. Cuando alquilan un carro de turismo se les vende cinco litros de gasolina al día. En esas condiciones, el chofer debe restringir sus viajes y conformarse con hacer visitas locales. 

El servicentro “en dólares” de Luanda, en Las Tunas, no tiene gasolina. Los carros pasan de largo, con la esperanza de que en otras provincias la situación sea menos áspera. La gasolinera Texaco –que hace seis décadas no maneja la empresa estadounidense, pero conserva su viejo nombre– tampoco tiene qué ofrecerle a los vehículos estatales que vienen a rellenar el depósito. Más habilidosos y conocedores de información valiosa, los carros del Partido Comunista han encontrado su oasis más lejos, casi en la frontera con Holguín, en el servicentro La Serrana. Las cuotas son “limitadas” allí, asegura a 14ymedio otro vecino, pero algo es algo. 

En vilo por las protestas de los últimos días, el oficialismo se lamió las heridas este lunes en televisión. Muchas veces –alegó un vocero del régimen– los tanqueros y otros barcos “miran a la costa cubana desde altamar” sin que el país tenga dinero para pagar su descarga en el puerto, como está ocurriendo estos días con un petrolero tunecino en espera de descargar su combustible en La Habana desde el pasado 25 de febrero.

De esa paralización, remacharon, nace la falta de combustible, los apagones, las dificultades de abastecimiento y un rosario de calamidades que amenazan con arreciar a medida que se acerca el verano. El Gobierno, sin embargo, no es insensible. Desde el climatizado estudio del programa Mesa Redonda al menos algo quedó claro: “La población está cansada… hay evidentemente irritación”.

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