El régimen cubano se ensaña con José Daniel Ferrer: 19 meses sin visita familiar
La Seguridad del Estado amenaza a Luis Robles con tomar "medidas drásticas" en su contra
Madrid/Una vez más, los funcionarios de la cárcel de Mar Verde, en Santiago de Cuba, donde se encuentra preso José Daniel Ferrer, le impidieron el viernes tener el encuentro que le correspondería con su esposa, Nelva Ortega, y sus hijos. Van 19 meses que el régimen le impide la visita familiar reglamentaria.
“Solo aceptaron la jaba de alimentos y productos de higiene”, dijo este domingo a Martí NoticiasAna Belkis Ferrer, hermana del líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu). La Fundación Nacional Cubano Americana se unió a la denuncia de la familia del activista, condenando “enérgicamente”, en un comunicado este lunes, “los continuos abusos” del régimen contra Ferrer, así como “los más de mil cubanos encarcelados por exigir libertad, democracia y justicia en Cuba”.
En su texto, la organización recuerda la resolución emitida por el Parlamento Europeo el pasado 19 de septiembre, que exigía la liberación “inmediata” del activista y el “respeto de sus derechos”, y el régimen cubano “ha ignorado de manera flagrante”.
José Daniel Ferrer está en prisión desde el 11 de julio de 2021, antes de que pudiera unirse a las masivas protestas de ese día, aunque su historial de represión comenzó mucho antes. El líder opositor fue parte del grupo de prisioneros de la Primavera Negra, con una condena a muerte conmutada por 25 años de prisión y puesto en libertad al cabo de ocho años gracias a las gestiones del Vaticano y la mediación de España.
La Fundación Nacional Cubano Americana denunció en un comunicado este lunes "los continuos abusos" del régimen contra Ferrer
En estos más de cuatro años de prisión, ha sufrido abusos y torturas denunciados por organizaciones internacionales como Prisoners Defenders. Desde hace casi dos años, ha contado su familia, se niega a vestir el uniforme penitenciario, y las autoridades de la prisión le han restringido al máximo sus derechos.
Tras permanecer incomunicado durante un año, en el que solo le podían entregar bolsas de insumos al penal, los familiares de Ferrer comenzaron el pasado marzo una campaña para exigir su fe de vida, a la que se sumaron numerosos políticos y activistas cubanos de la Isla y el exilio. La estrategia, que tuvo su precedente en una campaña similar en junio de 2023, logró que el 19 de marzo Ferrer viera a su hija.
Un mes más tarde, y tras plantarse frente a la cárcel, su mujer logró verlo durante “dos miserables minutos”. “Al darse cuenta de que me mantendría plantada y que la única forma de sacarme era en una patrulla o dejándome ver a mi esposo, el mismo oficial me dijo que me darían dos minutos, tras conversarlo con la Jefatura y la Seguridad del Estado”, contó entonces Nelva Ortega.
El pasado 7 de septiembre, el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, y el sacerdote Camilo de la Paz, a cargo de la Pastoral Penitenciaria de la diócesis, visitaron al opositor.
Nelva Ortega declaró a Martí Noticias, diez días después, cuando dio a conocer la noticia, que se alegraba de que “después de tanto tiempo”, una “persona de Dios” haya podido visitar a Ferrer y ofrecerle “aliento”. La mujer no ofreció demasiados detalles de la visita, pero explicó que, según pudo conocer de parte de los religiosos, el opositor se encuentra “estable” mental y físicamente. Su salud, sin embargo, preocupó al arzobispo y su acompañante.
“Exactamente, la parte de la salud no está bien”, dijo Ortega al medio, y aclaró que Ferrer le dijo a García Ibáñez y De la Paz que sufría acidez, dolores estomacales y tiene un brazo “prácticamente tumbado”.
Aunque no dio más detalle, aseguró que seguirá gritando por su libertad "mientras tenga voz"
No obstante, aseguró que Ferrer sigue firme: “Se han mantenido el acoso, la represión y las amenazas de que se recuerde que puede pasar toda su vida en prisión si no decide salir del país, y él ha dejado bien claro que prefiere morir dentro antes que salir”.
Por otra parte, este domingo Yindra Elizastigui, madre del preso político Luis Robles, contó que la Seguridad del Estado amenazó a su hijo, el “joven de la pancarta”, con que se tomarían “medidas drásticas” si ella continuaba denunciando públicamente la situación de su hijo y de todos los presos políticos.
Aunque no dio más detalle, aseguró que seguirá gritando por su libertad “mientras tenga voz”.
Robles, preso desde diciembre de 2020, cuando se manifestó en el Boulevard de San Rafael, en La Habana, con una pancarta pidiendo la liberación del rapero Denis Solís, recibió un permiso carcelario a principios de este año para cumplir el resto de su pena de cinco años –por propaganda enemiga y desobediencia– en un campo de trabajo correccional.