Mientras el país se hunde, el régimen cubano renueva el Código de Ética de sus cuadros

Madrid/Después de 18 años, el listado de normas de conducta conocido como Código ético de los cuadros del Estado ya tiene una nueva versión, que entró en vigor este lunes después de su publicación en la Gaceta Oficial. La norma enfatiza en aspectos como "el honor y el deber de defender la Patria socialista, la conducta antimperialista, la disposición a la permanente rendición de cuentas y a someterse al escrutinio público; y el deber de fomentar el dominio de las disposiciones normativas que rigen el desarrollo de la sociedad".

El marco por el que deben regirse 118.000 personas, según comentó Miriam Marbán González, miembro del Comité Central del Partido Comunista y una de las responsables de la elaboración del documento, es más breve que el anterior, que tenía 27 "preceptos" después del preámbulo y ha cambiado su nombre por el de Código de Ética de los Cuadros de la Revolución cubana, puesto que se aplica también a los cargos directivos de las organizaciones de masas.

Ahora, el nuevo Código contiene las definiciones de 17 palabras que deberán regir el comportamiento de los cuadros, comenzando por el patriotismo, entendido claro, como defensa de la Revolución. Los sujetos a la norma tienen la obligación de amar al país, sus símbolos y poner a Cuba por delante de uno mismo, defendiéndola –en línea con la Constitución– con las armas si es necesario.

Los sujetos a la norma tienen la obligación de amar al país, sus símbolos y poner a Cuba por delante de uno mismo, defendiéndola –en línea con la Constitución– con las armas si es necesario

Según indica el preámbulo del Código, las citadas pautas "cultivan la dignidad y sensibilidad de las personas desde posiciones marxistas leninistas, martianas y fidelistas, en correspondencia con los más altos valores acrisolados en el devenir de la historia patria, expuestos en magistral síntesis en el Concepto de Revolución expresado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz".

El texto pide apoyarse en la llamada generación histórica y llama a actualizar "el modelo de desarrollo del país" teniendo en cuenta que se está en medio no solo del "bloqueo", sino también de la "guerra ideológica" a la que hay que combatir con una "conducta ejemplar e "inquietud revolucionaria".

Precisamente el antiimperialismo es la segunda pauta a seguir, según la curiosa normativa con rango de ley. Este concepto obliga a "mantener una actitud vigilante y de rechazo ante las acciones que pretendan la expansión o dominación política, económica, tecnológica y cultural de potencias imperialistas" y viene a ser el traslado al papel de actitudes como denunciar el Papá Noel de Havanatur o conseguir la retirada del cartel del restaurante privado San Pepper's Burger de Holguín.

En este apartado se contempla también la importancia de "basar las relaciones de amistad en la coincidencia y el respeto de los principios y en la moral revolucionaria", evitando vecindades como la de los Ecobios, la serie de dibujos animados que relataba las discusiones y afectos de dos cubanos tan diversos como semejantes.

A continuación, la lista desgrana toda una serie de virtudes asociadas a la honestidad, el honor, la profesionalidad, el altruismo, el humanismo o la solidaridad, aunque la disciplina deja claro de nuevo que todo queda supeditado a seguir las directrices del Partido Comunista, sin que se permita en ningún momento cuestionar u ofrecer alguna alternativa dentro del propio sistema. "Fomentar el respeto y la lealtad conscientes al Partido Comunista de Cuba, contribuir con su desempeño al cumplimiento de los programas, lineamientos y acuerdos aprobados por su Congreso y demás organismos de dirección partidista", introducen el acatamiento de la disciplina, que pide seguir con rigor las normativas establecidas.

El documento pide que se observe la "probidad", asumiendo una actitud íntegra que ayude a "prever, combatir y denunciar toda manifestación de indisciplina, ilegalidad, delito y corrupción en el ámbito administrativo" y "tener en cuenta que la corrupción denigra tanto a quien incurre en ella, como a quien la tolera", un apartado en el que el Gobierno tiene severos problemas, ya que las situaciones en las que desde el propio oficialismo se imputa corrupción a un funcionario público son innumerables.

El documento advierte de que incumplir los estatutos implicará someterse a un "análisis disciplinario" en el que se exigirán responsabilidades en función de la gravedad

La situación ha alcanzado tales cotas, empujada por las denuncias de la prensa independiente y las redes, que impiden contener lo que antes apenas circulaba, que el régimen ha creado sus propios perfiles en Facebook, entre otras, para alertar de casos de corrupción en sus filas ejemplarmente castigados, lo que evita, por otra parte, hacer un análisis de qué lleva al ciudadano promedio a vivir sistemáticamente en la ilegalidad.

La normativa también pide ejemplaridad en dos complicados ámbitos. Por un lado la transparencia, algo que la propia prensa oficialista ya está denunciando como intrínseco al sistema. Por otro, la austeridad en el sentido de "rechazar los privilegios y el acomodamiento", que tanto reprochan los ciudadanos a los cuadros del Partido y que se acrecienta en la medida en que se escala en la dirección.

El documento advierte de que incumplir los estatutos implicará someterse a un "análisis disciplinario" en el que se exigirán responsabilidades en función de la gravedad.

"Habrá una alta responsabilidad de los jefes en la educación de sus subordinados y en la formación de las futuras generaciones, para que todo aquel que asuma una responsabilidad de dirección sepa que en primer lugar están estos principios, incluso por encima de otros requisitos y competencias que exigimos", dijo Miguel Mario Cabrera Castellanos, jefe de la Dirección de Cuadros del Estado y el Gobierno, que recordó que el rango de ley de este documento obliga a todos los que "se desempeñan profesionalmente en cargos de dirección de las organizaciones políticas, de masas y sociales; también en los ámbitos estatal, gubernamental y administrativo, y los designados como representantes del Estado cubano en empresas de capital mixto".

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