1/10La céntrica esquina, a pocos metros de la Colina universitaria, albergó hasta la primera mitad del siglo veinte varios prósperos negocios. 2/10Una guía telefónica de los años cincuenta hace publicidad a la exitosa ferretería Vista Alegre, propiedad de Egusquiza y Torre, especializada en locería, baterías de cocina y utensilios de jardinería que estaba situada en el local.
/ 14ymedio 3/10En los años setenta del siglo pasado, cuando la capital se llenó de pizzerías gestionadas por el Estado, El Biky era una de las más importantes y su declive se hizo sentir llegado el Período Especial. 4/10Después de una efímera etapa en que fue reabierto como restaurante vegetariano por iniciativa de Fidel Castro, El Biky asumió un menú internacional que también duró poco tiempo.
/ 14ymedio 5/10A principios de este siglo y durante más de un lustro, los habaneros observaron con preocupación como la desidia estatal y el abandono deterioraban un local tan bien ubicado.
/ 14ymedio 6/10Como tantos lugares emblemáticos de la capital cubana, a El Biky se le vinieron encima las filtraciones, el cierre de sus instalaciones y los problemas hidráulicos.
/ 14ymedio 7/10Abandonado, el local pasó a ser lugar para dormir de gente sin casa, depósito de basura y un foco de vectores que afectaba a los vecinos cercanos al lugar.
/ 14ymedio 8/10A principios del año 2014 comenzó un proceso de restauración del amplio inmueble, que provocó curiosidad en unos y alivio en otros que padecían de cerca el deterioro de la antigua pizzeria.
/ 14ymedio 9/10El primer domingo de noviembre reabrió el nuevo complejo gastronómico, gestionado ahora por una cooperativa no agropecuaria y que recibiera un crédito bancario de 15 millones de pesos cubanos. 10/10La carta del restaurante ofrece un amplio surtido que necesitará de una constante y ágil gestión para mantenerlo, en medio del desabastecimiento de productos que afecta al país. El mayor reto de sus administradores es evitar que El Biky vuelva a caer en el abandono y la mediocridad.
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