El fracaso de un operativo: sigo haciendo periodismo en Cuba
Sitiar a activistas y periodistas independientes está siendo la estrategia represiva dominante de los últimos meses
La Habana/"Hoy no puedes salir". Es el noveno día en lo poco que va de año que recibo el mismo mensaje tajante de un agente de la Seguridad del Estado que me impide traspasar el umbral del edificio.
Denunciado por varias organizaciones internacionales, sitiar a activistas y periodistas independientes está siendo la estrategia represiva dominante de los últimos meses, junto con las detenciones arbitrarias durante varias horas.
Yo misma lo padezco de vez en cuando desde diciembre de 2014, cuando la artista Tania Bruguera convocó a una performance sin permiso en la Plaza de la Revolución. Además, desde mayo de 2019 pesa sobre mí una prohibición de salida del país, y he sido víctima de varios arrestos arbitrarios, cortes de mi línea celular y amenazas a mis familiares.
Sin embargo, el acoso se ha recrudecido desde el pasado noviembre. En esos días, casi una veintena de artistas del Movimiento San Isidro se encontraban acuartelados, y algunos de ellos en huelga de hambre, por la liberación del rapero Denis Solís, condenado en un juicio sumarísimo a ocho meses de cárcel por un supuesto delito de "desacato".
Denunciado por varias organizaciones internacionales, sitiar a activistas y periodistas independientes está siendo la estrategia represiva dominante de los últimos meses
Pero el agente de la Seguridad del Estado que se identificó como Ramsés no me dio ninguna razón, aquel 23 de noviembre, para impedirme salir acompañada de mis dos hijas. No sabía por qué lo hacía, me dijo; cumplía órdenes.
"No vamos a permitir que incidas en el espacio público", me dijo el 25 de noviembre, de nuevo cerrándome el paso.
Al día siguiente, la policía política, disfrazada de sanitarios, desalojó violentamente a los activistas del MSI de su sede, y el 27, una manifestación pacífica de 300 artistas frente al Ministerio de Cultura acabó en la reunión de una treintena de ellos con el viceministro Fernando Rojas.
No me han dado tregua desde entonces. En diciembre, no me dejaron salir de casa durante una semana completa. "No puedes salir", repetían cada día. El día 10, harta, le dije al agente de turno: "Mañana yo voy a salir sea como sea, que ya esto es un abuso", y él se quedó en silencio. El 11 de diciembre pude pisar la calle.
En diciembre, no me dejaron salir de casa durante una semana completa. "No puedes salir", repetían cada día
El 27 de enero, cuando se cumplían dos meses de la manifestación, comenzó un nuevo "sitio" de la puerta de mi casa que duraría cuatro días seguidos. Aquel miércoles, varios miembros del grupo 27N se plantaron de nuevo ante el Ministerio, ubicado en El Vedado, para acudir a una cita con Rojas y exigir la liberación de algunos de sus colegas, que habían sido detenidos temprano esa mañana. A las pocas horas fueron desalojados con violencia y trasladados en un ómnibus a una unidad de policía.
El 2 y 22 de febrero se repitió el operativo, sin razón aparente. Esa vez, también me cortaron el servicio de datos móviles. En ningún caso los oficiales dan explicaciones, pero no fallan los actos represivos en fechas significativas como el día internacional de los Derechos Humanos o el aniversario de la muerte de Fidel Castro.
"Luzbely, hoy no puedes salir". De nuevo, la orden el 8 de marzo, día internacional de la mujer, motivo por el cual el agente de turno, un flaco que nunca antes había visto, se vio obligado a despedirse con cinismo: "¡Felicidades!".
El 12 de marzo, me topo con el mismo individuo. La noche anterior, en la televisión nacional el presentador Humberto López denunció en su espacio del Noticiero que algunos opositores tenían planeado una protesta en la Plaza de la Revolución, algo completamente falso.
Este 15 de marzo es el tercero del mes que sufro vigilancia. El agente de este lunes está acompañado de dos mujeres oficiales y se negó a mostrarme su carné. Dice que yo ya lo he visto "otras veces".
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