Retraso en las obras del incinerador de cadáveres en Ciego de Ávila
El colapso y deterioro de las necrópolis de Ciego de Ávila podrían aliviarse con la inauguración de un nuevo horno para la incineración de cadáveres. Esta instalación, construida fuera de la ciudad, será una alternativa a los enterramientos en cementerios, la mayoría de los cuales se encuentran en mal estado de conservación.
La obra está realizada al 50% y su inauguración está prevista para el próximo 30 de noviembre, aunque en las últimas semanas ha tenido retrasos a raíz de la entrega irregular de materiales de construcción.
El país cuenta actualmente con nueve instalaciones similares, que están en La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey y otras ciudades.
En Villa Clara, Matanzas y Mayabeque habrá también nuevos hornos antes de que termine el año, y la tarifa será de 340 pesos por incineración, mientras el incinerador del cementerio Cristóbal Colón de La Habana cobra 115 pesos.
"La incineración de cadáveres y restos óseos, además de satisfacer la demanda de la población, disminuye el déficit de capacidad en los cementerios, el gasto en la construcción de bóvedas y osarios, la producción de sarcófagos y cajas de restos, y alarga la vida útil de los camposantos", precisó Izael Llánez, directora de planificación territorial del Ministerio de Economía y Planificación.
En 2013 fallecieron en la capital unas 22.300 personas, de las cuales 5.100 fueron cremadas. Para satisfacer la alta demanda, La Habana debería contar con más incineradores, ya que las provincias aledañas recurren también a las instalaciones de la capital (en este caso, los usuarios pagan 1.50 pesos por kilómetro por el traslado).
Llánez anunció además la construcción de ocho incineradores de restos óseos en Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Las Tunas, Guantánamo, Pinar del Río, Artemisa, Cienfuegos e Isla de la Juventud. Para el próximo año están planificados otros cuatro en La Habana, Villa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba.