Rumores de abril: el nieto 'químico' de Raúl Castro, muerte de Ramiro Valdés, carne de perro
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El consumo de narcóticos entre los jóvenes ha dejado escenas deplorables, documentadas en varias grabaciones en las redes sociales y recogidas por '14ymedio' y 'Yucabyte'
La Habana/El químico, la droga sintética de moda en La Habana, se adueña lentamente del submundo cubano. La posibilidad de que Raúl Guillermo Rodríguez Castro, El Cangrejo, nieto y guardaespaldas de Raúl Castro, sea el hombre detrás de su fabricación y tráfico –en redes cada vez más vastas– fue uno de los rumores que circularon en abril y que los colaboradores de 14ymedio y Yucabyte en la Isla registraron.
El consumo del químico entre los jóvenes ha dejado escenas deplorables, documentadas en varias grabaciones en las redes sociales. En varios de ellos se nota en las personas narcotizadas síntomas de paranoia, desubicación y violencia. Algunos han intentado autolesionarse. Un rumor asegura que más de 20 jóvenes están bajo vigilancia médica en La Habana por su adicción y –según un funcionario de Salud que no se identificó– no hay insumos para tratarlos.
Las autoridades han reconocido que el químico circula cada vez más en la Isla, si bien no han dado detalles sobre su composición y han acusado a los emigrados de ser quienes contribuyen a la entrada de drogas en el país. El silencio ha generado la sospecha de que algún miembro de la cúpula, como Rodríguez Castro, maneja los hilos de su distribución o que aprovecha su posición para importarlo desde algún país aliado de la Isla, como China o Rusia.
A 'El Cangrejo', varios usuarios le atribuyen haberse alarmado tras un operativo policial que desmanteló varios focos de distribución del 'químico'
A El Cangrejo, varios usuarios le atribuyen haberse alarmado tras un operativo policial que desmanteló varios focos de distribución del químico en Jagüey Grande, Matanzas. Según un rumor, Rodríguez Castro era el dueño de al menos una parte de esa red, cuya mercancía fue confiscada a dos hermanos que, supuestamente, actuaban como sus testaferros.
La erosión de la cúpula de poder en la Isla, y las tensiones entre los “históricos” y los nuevos dirigentes, ha sido otro de los temas más frecuentes entre los rumores de la semana. Varios usuarios aseguraron en abril que Ramiro Valdés agonizaba después de sufrir “convulsiones y un desmayo” –aunque también se habló de envenenamiento– durante un acto político. La de Valdés es una de las muertes más “anunciadas” en los últimos meses, incluso por encima de la de Raúl Castro.
De este último no faltó una “aviso de deceso” en abril, sobre el cual –alegaba un rumor– Miguel Díaz-Canel recibió una llamada para que abandonara una visita a San José de las Lajas, en Mayabeque, y “saliera corriendo” a La Habana a planificar los funerales de Castro. Pese a su avanzada edad, el militar ha seguido apareciendo en televisión, lo cual apacigua –al menos durante unas semanas– los rumores sobre su muerte.
Uno de los rumores que más notoriedad alcanzó el mes pasado fue la emigración de parte de la familia del primer ministro
Uno de los rumores que más notoriedad alcanzó el mes pasado fue la emigración de parte de la familia del primer ministro, Manuel Marrero. Su ex esposa, señala un usuario, vive en Estados Unidos, mientras que su hijo reside en España y administra un pequeño hotel de lujo en La Habana. Además, varios medios independientes reportaron el arribo de dos de sus sobrinas a EE UU.
La situación de miseria y desabastecimiento tocó fondo cuando se reveló que una fábrica clandestina en el barrio de La Güinera, en La Habana, había producido y vendido paquetes de picadillo de perro. Se vendía a 50 pesos la bolsa, empaquetada con la marca El Cocinerito, y se supone que se distribuyó en varias mipymes y bodegas estatales. Las autoridades alegaron inicialmente que la información era falsa, pero un comunicado del Ministerio de Agricultura acabó por confirmar que “personas inescrupulosas” habían realizado “matanzas de perros” en Mayabeque, de cuya carne se hacía el picadillo.
Como cada mes, hay rumores recurrentes sobre criminalidad, violencia e inseguridad en las calles de la Isla. La mayoría denuncia la desaparición de menores de edad, agresiones con armas blancas –como el apuñalamiento de un violador–, el hallazgo de restos humanos en lugares públicos y el ajusticiamiento, por las propias personas, de ladrones capturados in fraganti. Para la posteridad quedó, en abril, un símbolo del hastío de los cubanos por estas situaciones: una mujer que ha denunciado sin éxito a su marido por violencia machista se cosió la boca tras ser ignorada por la Policía.