Los robos y los sacrificios ilegales ponen en jaque a la población de caballos en Sancti Spíritus
La inacción de la Policía y la apatía del Ministerio de la Agricultura agravan la situación
La Habana/Desde 2017, Sancti Spíritus ha perdido más de 24.000 caballos por robos y sacrificios ilegales. La cifra es todavía más alarmante si se considera que la provincia cerró 2022 con una masa equina de un poco más de 76.000 animales, según revela este domingo, con mucho recato, la prensa oficial.
Como admiten las autoridades ganaderas de la provincia, los números "asustan". Solo en 2022 murieron más de 5.000 animales víctimas de la delincuencia, la inacción policial y la ausencia de "patrullas campesinas" para "acorralar" a los ladrones. Entre 2017 y 2021, el número preciso fue de 19.119. "Hay quienes lo mismo le pican y roban el alambre de una cerca que matan a la yegua gestante, a la vaca en ordeño o al semental", lamentan los campesinos de la zona, indefensos ante las pandillas que, a menudo, arrasan establos enteros.
La Policía abandona rápidamente las investigaciones, si es que las hacen. Un grupo de afición equina en Sancti Spíritus, Escaramuzas Renacer, vio asesinados a casi todos sus corceles hace poco tiempo. Hasta hoy, reconoce el diario del Partido Comunista en la provincia, el hecho "no se esclarece del todo".
Desde el Período Especial, cuando se sacrificaron numerosos animales para consumo, el número comenzó a bajar. En 2017, el decrecimiento no ha hecho otra cosa que afirmarse
Una estrategia de prevención de delitos en el campo cubano, afirma el periódico, es cada vez más urgente. En décadas pasadas, la zona rural de Sancti Spíritus acumuló hasta 90.000 caballos. Desde el Período Especial, cuando se sacrificaron numerosos animales para consumo, el número comenzó a bajar. En 2017, el decrecimiento no ha hecho otra cosa que afirmarse.
Porfirio Herrera, un campesino de la zona, valora las pérdidas no sólo en términos de cantidad: la variedad de las razas y su capacidad reproductiva también tiene un carácter irreparable. Villa Clara y Sancti Spíritus contaban, refiere Herrera, con el mayor número de caballos en Cuba. Había caballos, mulos y asnos, así como hembras y sementales, distribuidos en "patios de cría" y zonas de reproducción.
Además, se había comenzado a desarrollar genéticamente el caballo criollo, oriundo de la zona de El Cacahual, que se cruzaba con las razas árabe y apalusa. Sancti Spíritus criaba ejemplares del caballo criollo de trote y el patibarcino, un animal caracterizado por su adaptabilidad y resistencia.
Cualquiera de estos caballos, señala Herrera, sigue siendo esencial en el campo en lugares donde no llega el transporte mecánico y no queda otro remedio que llevar las cargas sobre el lomo del animal. El caballo está condenado, calcula el campesino, por el "alto valor económico" que ha alcanzado y por la "falta de alimentos, materias primas y medicamentos", por no hablar de los insumos indispensables para la crianza.
Ramón Balmaseda, genetista del Ministerio de Agricultura en la provincia, atribuye también el decrecimiento a la poca capacidad de cría del sector estatal
Ramón Balmaseda, genetista del Ministerio de Agricultura en la provincia, atribuye también el decrecimiento a la poca capacidad de cría del sector estatal. La tendencia ha sido el "desplazamiento" de los caballos, que ahora es más común encontrar en fincas privadas, "usufructuarios, propietarios individuales de pequeñas parcelas o poseedores de una cuadra", que en empresas del Estado. "En la mayoría de las empresas estatales el nivel de hembras para la reproducción ha disminuido en más de un 80%", expone Balmaseda.
En el tráfico de caballos a nivel de tenedores privados rara vez se piensa en la reproducción del animal, señala, sino más bien en la alimentación. La manera de contrarrestar el decrecimiento, que se anuncia más grave en los próximos meses, es la organización y contabilización de toda la masa equina del país, ya sea privada o estatal, y definir medidas para su protección. Claro que, una estrategia de esa envergadura, sólo se lograría con la coalición de los ganaderos, la Policía y las autoridades del Ministerio de la Agricultura, tres instancias que, de momento, se han mostrado apáticas a la hora de cooperar.
La situación también es grave para los dueños de vacas en Sancti Spíritus, que experimentaron un aumento notable de la delincuencia en 2022 con respecto al año anterior. Hasta septiembre, el número de vacas sacrificadas fue de 1.249, a pesar de las sanciones –hasta 20.000 pesos de multa– con las que el Gobierno intentó frenar los crímenes, frente a las 48 de 2021. En aquel momento, el vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, prometió un "trabajo intenso con los órganos del Ministerio del Interior". Varios meses después, los criminales siguen operando con impunidad en las zonas rurales del centro de Cuba.
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