Saladrigas pide a Biden evitar el regreso de una "peligrosa alianza" de Cuba con Rusia

Madrid/Han pasado cuatro meses desde que la organización Cuba Study Group (CSG) pidió al entonces recién investido presidente de EE UU, Joe Biden, que iniciara una "política de acercamiento" con el Gobierno de la Isla sin que se haya producido un mínimo gesto de su Administración por revertir alguna medida de las tomadas por Donald Trump. Para frustración de las autoridades cubanas, el más reciente ejemplo de que no hay cambios ocurrió la pasada semana, cuando se renovó la integración de La Habana en el grupo de países que no cooperan suficientemente contra el terrorismo.

Carlos Saladrigas, director de CSG, analiza la situación en una entrevista publicada este lunes en el diario español El País en la que urge al Gobierno estadounidense a tomar decisiones si no quiere enfrentarse a un nuevo problema migratorio.

"El trío de la pandemia, las sanciones impuestas por Trump y las absurdas políticas económicas del Gobierno cubano han llevado a Cuba al colapso económico con un serio desabastecimiento de alimentos y medicinas. Esto está al borde de propiciar una nueva crisis migratoria en cuanto el verano calme las aguas del estrecho de la Florida, y Biden no necesita políticamente otro punto de desorden migratorio", argumenta Saladrigas.

"Esto está al borde de propiciar una nueva crisis migratoria en cuanto el verano calme las aguas del estrecho de la Florida, y Biden no necesita políticamente otro punto de desorden migratorio"

El empresario, que llegó a Miami como parte de la operación Pedro Pan en 1961, es graduado en la Escuela de Negocios de Harvard, cofundador y presidente del Premier American Bank y director ejecutivo del Vincam Group. Aunque durante años fue cercano a la línea dura de la oposición en Florida, lleva tiempo defendiendo el diálogo con La Habana desde CSG.

Además del razonamiento migratorio, hay un segundo motivo por el que Saladrigas defiende la emergencia de dar marcha atrás en algunas políticas de Trump hacia la Isla: es el riesgo de arrojar al Gobierno de Díaz-Canel a los brazos de Rusia "ya que puede resucitar viejas y peligrosas alianzas". A su juicio, el régimen se parapeta en la hostilidad y la agresión para reforzar su discurso del enemigo y paralizar los cambios que urgen.

El empresario comprende que la Administración de Biden no haya adoptado cambios hasta la fecha, en primer lugar por la prioridad que ha supuesto la pandemia y la recuperación económica de EE UU derivada del desastre sanitario, pero también por lo espinoso del asunto. Saladrigas sostiene que, con un Senado en práctico empate, al Gobierno no le interesa entrar en debates que compliquen mayorías en temas de relevancia.

"Hay algunos funcionarios en la administración cuyas percepciones sobre Cuba son de origen clintonista, que ven Cuba como un tema de alto riesgo político con pocos o ningún beneficio", añade.

Saladrigas insiste en que es importante destacar que Cuba desperdició la ocasión del deshielo al no corresponder a Obama como esperaba, pero también considera que en este momento, con la complicada situación que vive la Isla, la realidad podría ser diferente. Por eso pide a Biden que, con carácter de urgencia e independientemente de La Habana, facilite los viajes, las remesas, la comunicación de los pueblos y la reunificación familiar.

Durante la campaña electoral, Biden y Harris se comprometieron, en efecto, a dar pasos de este tipo, pero desde que se instalaron en la Casa Blanca, los portavoces del Gobierno han llamado repetidamente a la calma diciendo que no es una prioridad en este momento.

Saladrigas cree que, a partir de esas decisiones unilaterales sí habría que reclamar a Cuba gestos para seguir avanzando.

"Recomendamos dos fases adicionales en las que Biden exprese claramente una voluntad de profundizar la relación, pero esperando que Cuba ponga de su parte y demuestre un compromiso serio y consistente de negociar temas difíciles pero seminales"

"Recomendamos dos fases adicionales en las que Biden exprese claramente una voluntad de profundizar la relación, pero esperando que Cuba ponga de su parte y demuestre un compromiso serio y consistente de negociar temas difíciles pero seminales, y de tomar las reformas necesarias para generar una economía productiva y competitiva. Entender que Cuba tiene que tomar pasos y medidas que faciliten cambios en los EE UU no es sugerir una relación condicional, sino aceptar el realismo de las corrientes políticas norteamericanas", defiende.

El empresario cree que dentro del Gobierno cubano hay un reconocimiento del fracaso del modelo que va creciendo y una cierta idea de que solo haciendo cambios se podrá "salvar algún legado de aquellos fundamentos de la Revolución". Por eso llama a la comunidad internacional, especialmente a la Unión Europea y EE UU, a crear un ambiente que los facilite.

En febrero, la organización entregó un documento en la Casa Blanca para pedir que se revirtieran "políticas injustas" tomadas por la Administración precedente. El texto proponía tres líneas de acción. En primer lugar "restaurar el apoyo al pueblo cubano como una prioridad política y reconstruir la confianza", abordar las "cosas difíciles" y lograr que la "normalización se mantenga mediante la diplomacia directa de alto nivel", así como "responder a la franqueza con franqueza".

El segundo punto sugería la designación de un "representante especial para hacer frente a las disputas pendientes desde hace tiempo", y el tercero "una mayor apertura a las medidas adoptadas" por el Gobierno cubano.

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