Una doctora pide justicia por la muerte de su hija embarazada en un hospital de Santa Clara

Después de cuatro años de trámites legales, la madre no ha conseguido llevar a los responsables ante un tribunal

Isabel Cristina Cabello, a punto de cumplir 60 años, busca justicia para su hija y denuncia que ha recibido a una respuesta satisfactoria a sus quejas. (14ymedio)
Isabel Cristina Cabello, a punto de cumplir 60 años, busca justicia para su hija y denuncia que no ha recibido una respuesta satisfactoria a sus quejas. (14ymedio)
Luz Escobar

22 de marzo 2019 - 21:11

La Habana/"Mamita, si me pasa algo me haces justicia". Esas palabras, que pronunció su hija poco antes de morir, en 2015, por unas complicaciones durante el parto, resuenan en la cabeza de Isabel Cristina Cabello López. Además de madre, es doctora y para ella se trató de una negligencia médica.

Los últimos cuatro años han sido de denuncias en los tribunales y demandas ante la Fiscalía General de la República para establecer responsabilidades. También de mucha soledad y de represalias profesionales.

Cabello muestra a 14ymedio una abultada carpeta con documentos, cartas enviadas a la prensa oficial y respuestas institucionales que ha recibido desde que comenzó a exigir responsabilidades por la muerte de su hija Beatriz. La doctora reclama que los médicos implicados en el fallecimiento de su hija y de su nieta "reciban sanciones penales" y no solo administrativas, como ha ocurrido con algunos.

Su hija murió con tan solo 18 años en el Hospital Arnaldo Milián de Santa Clara luego de múltiples complicaciones médicas posteriores a una cesárea en la que la bebé no sobrevivió.

Lo más cerca de un cargo por negligencia médica que incluye el Código Penal cubano es el artículo 8.1 en el que "se considera delito toda acción u omisión socialmente peligrosa". Para llevar a un galeno ante los tribunales no basta con que haya "producido un resultado lesivo, sino que dicho resultado se haya debido a su conducta imprudente, negligente, imperita o inobservante de los reglamentos", matiza la jurista Nora Cedeño Guerra.

Rara vez los médicos que incurren en este tipo de negligencias son procesados legalmente y los centros hospitalarios tradicionalmente protegen a sus galenos de cualquier reclamo penal. La prensa oficial nunca publica casos en los que los profesionales de la Salud Pública sean responsables por errores de diagnóstico o tratamiento, y pocos abogados quieren tomar casos de este tipo.

Cabello solo ha logrado que el Ministerio de Salud Pública responda a sus reclamos a través de una misiva firmada por el doctor Roberto Álvarez Fumero

Hasta ahora, Cabello solo ha logrado que el Ministerio de Salud Pública responda a sus reclamos a través de una misiva firmada por el doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil en el momento del incidente. En la carta se reconoce que hubo un "incumplimiento de protocolo de la atención a la emergencia obstétrica" de una paciente de "alto riesgo" por parte de los especialistas que la atendieron en el materno.

El día que la gestante comenzó con los dolores de parto, Cabello se encontraba lejos de allí en una misión médica en Venezuela. El galeno que atendió a su hija, un estudiante de cuarto año, desoyó el reporte de "dolores extraños, diferentes a los del primer parto", que le comentó la joven y también desestimó el resultado alterado de los primeros controles. En lugar de hacer un exhaustivo examen, el médico aseguró que se trataba de una reacción por no haber ingerido alimentos.

"No le dejaron puesto el monitor para medir la frecuencia cardiaca del bebé y por eso no se dieron cuenta de que le correspondía una cesárea urgente", asegura la madre, que recibió frecuentes llamadas de su hija y de otros familiares en el hospital durante todo el proceso. "Tenía un hematoma retroplacentario y su hemoglobina se desplomó". La bebé murió durante la cesárea y a la joven madre hubo que practicarle una histerectomía, una extirpación parcial del útero.

Pero lo peor estaba por llegar. De esa cirugía, Beatriz no fue trasladada a una sala de terapia intensiva como considera su madre que debió hacerse, sino a una sala de recuperación donde fue dada de alta 60 horas después. Tras llegar a casa siguió sintiéndose mal y la madre regresó de urgencia desde Venezuela a Cuba el 18 de febrero para estar junto a ella. "Sudaba, decía que le dolía y estaba muy débil", recuerda.

"Regresamos al materno, hablé con el director y le pedí ayuda, pero me dijo que me la llevara de nuevo, que a mi hija no había más nada que hacerle", cuenta a este diario. Fueron directamente a la estación de Policía a hacer una denuncia pero la madre nunca ha podido recuperar una copia de esa queja inicial porque las autoridades policiales no se la entregan.

"El 5 de marzo se levantó para ir al baño, cuando regresó a la cama se cayó, la saqué del primer paro respiratorio en la casa y la llevé al hospital Arnaldo Milián. Allí murió a las tres de mañana", relata con tristeza. La causa de muerte en el certificado de defunción habla de un "hematoma retroplacentario que produce un coágulo, un trombo en la cava inferior que le sube a pulmón izquierdo".

Los doctores implicados fueron penalizados con un mes de rebaja de salario uno, la remoción de su cargo de dirección otro y con revocar al joven galeno con la posibilidad de graduarse de la especialidad de ginecología

Los doctores implicados fueron penalizados administrativamente con un mes de rebaja de salario uno, la remoción de su cargo de dirección otro y con revocar al joven galeno que atendió a la gestante la posibilidad de graduarse de la especialidad de ginecología y obstetricia. Medidas que la doctora considera insuficientes porque opina que el caso debe llegar a los tribunales.

Triste aún por la doble pérdida, Cabello regresó a Venezuela para concluir su misión médica en ese país, pero sus continuos reclamos ante el Ministerio de Salud Pública cubano para que iniciara una investigación sobre lo sucedido le valieron que al término de su misión la enviaran de vuelta a Cuba "con lo puesto". "Me montaron en el avión y todavía no he podido recuperar nada de lo que dejé allá".

Su nieta mayor es ahora el centro de sus preocupaciones. "Estoy reclamando las pertenencias que dejé en Venezuela para poder cumplir, en parte, con lo que prometí a mi hija de cuidar a su niña", agrega. Pero ni los recursos acopiados para su familia ni la justicia legal llegan.

Después de un viacrucis de cuatro años de trámites legales en el que denunció lo sucedido ante la policía, la Fiscalía Provincial, la Fiscalía General de la República, las dependencias de Salud Pública Provincial y Nacional, además de las oficinas de atención al ciudadano del Consejo de Estado, Cabello sigue sin recibir una respuesta que la alivie. Ha presentado nuevas apelaciones y asegura que no se detendrá hasta que se haga justicia y cumpla así con la súplica que le hizo su hija antes de morir.

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