San Valentín por cuenta propia
La Habana/Una fuente de chocolate derretido y catorce rosas rojas adornan la mesa que esta noche servirá para celebrar San Valentín en casa de Viviana y José Alberto. Son novios desde hace una década, eligieron el día de los enamorados para casarse y han apelado al sector privado para abastecer la celebración.
En medio del desabastecimiento que se extiende por los mercados de la Isla, la pareja ha tenido suerte. "Los globos, los platos plásticos y los vasos desechables los trajo una vecina que viaja a Panamá", cuenta la novia a 14ymedio. El surtidor lo alquilaron y los anillos los hizo un orfebre de la barriada del Vedado, en La Habana.Los jóvenes esperan "celebrar las bodas de plata con el mismo entusiasmo", un propósito cada vez más inusual en un país donde una alta cifra de uniones terminan en separación. En 2015 en la Isla se produjeron 33.174 divorcios, más de la mitad de las 61.902 uniones matrimoniales que tuvieron lugar.
Pero Viviana y José Alberto están empecinados en contradecir las estadísticas. En un inicio los recién casados pensaban comer en un restaurante pero "todo estaba lleno por el día de los enamorados". Con una larga tradición entre los cubanos, durante esta jornada se abarrotan los locales gastronómicos, las discotecas y todo tipo de espacio recreativo.
Las zonas wifi también se convierten en espacios para los que quieren mostrar su afecto
Este año la mayor actividad recae sobre los negocios por cuenta propia que brindan todo tipo de servicios para la ocasión. Dos copas de piña colada y una tapa se ofrecen por cinco pesos convertibles en un pequeño restaurante en la calle L, a pocos metros del Habana Libre. Desde temprano las mesas comienzan a llenarse de parejas.
De los 535.000 trabajadores privados o no estatales que había en la Isla al cierre de 2016, unos 59.700 se dedican a la elaboración y venta de alimentos, según datos del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social. El gremio vive hoy una jornada de frenesí con las cenas por encargo, los pedidos a domicilio y un aumento en el número de clientes.Las zonas wifi también se convierten en espacios para los que quieren mostrar su afecto. Surelys, de 32 años, ha llegado hasta el Parque Trillo en Centro Habana para mantener una videoconferencia con su novio, uno de los cientos de cubanos varados en México tras el fin de la política de pies secos/ pies mojados.
"Pensábamos pasar este día juntos en Miami, pero el cambio de leyes me dejó con el boleto comprado para México", cuenta la joven. No obstante tiene esperanzas de que Donald Trump revierta la decisión de Barack Obama y de "llegar a Estados Unidos".
Para Surelys el mejor regalo que le podrían hacer este 14 de febrero es pequeño y colorido: una visa que la lleve directo hacia sus sueños en el país del norte. Pero reconoce que "la situación es complicada" y se prepara para "una larga separación" de su pareja.
La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) ha aprovechado también la oportunidad para activar una recarga con bono desde el exterior
A pocos metros de ella un emprendedor promociona sus servicios. "Configuro la aplicación IMO para que puedas mandarle muchos besos a la gente que quieres", asegura a una señora que se le ha acercado con el teléfono en la mano. Por 3 CUC, el hombre le deja listo el dispositivo y la cara de una sonriente amiga comienza a hablar desde la pantalla.
Un centro de belleza, en el municipio Playa, promociona sus opciones para la ocasión. "Un día de belleza y mimo para tu pareja", explican en la publicidad que han desplegado para este día. La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) ha aprovechado también la oportunidad para activar una recarga con bono desde el exterior."Voy a llamar a mi novia que está en misión médica en Venezuela", cuenta a este diario un joven que organizaba una recarga en la diminuta oficina de un trabajador por cuenta propia que vende tarjetas para saldo de telefonía móvil y cuentas de navegación a Internet.
A las afueras del Cementerio de Colón los vendedores de flores hacían su agosto. "El Día de las Madres y el de los Enamorados es cuando más vendemos" cuenta Guillermo, un comerciante con dos décadas en el negocio. "La mayoría de la gente que viene son viudas, pero también amigos cercanos a los difuntos", explica.
Por la salida trasera de la necrópolis un emprendedor ofrece corazones hechos en granito. En su patio asoman ánforas y lápidas. "El día de los enamorados viene mucha gente", asegura. "Como mismo hay gente que va a comer en un restaurante o a una fiesta, también hay quien la pasa aquí, con el amor que se les fue", sentencia.