Sánchez da por roto el hielo con Cuba y ahora espera la visita de los Reyes
"Queremos que España esté más presente en Cuba", subrayó en La Habana el presidente del Gobierno español
La Habana/(EFE).- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, considera que su visita a Cuba ha servido para romper definitivamente el hielo de la relación política bilateral y ahora espera un nuevo paso, la visita el próximo año de los Reyes de España.
Algo más de 24 horas estuvo Sánchez en La Habana para acabar con un largo periodo de 32 años sin que un jefe del Gobierno español lo hiciera con carácter oficial y para protagonizar una intensa agenda durante la que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quiso acompañarle en un gesto de deferencia a su invitado.
Si ayer ambos se reunieron en el Palacio Presidencial, hoy, sin que se hubiera anunciado previamente, Díaz-Canel estuvo junto al presidente en un foro empresarial y en un paseo por La Habana Vieja en mangas de camisa, chaqueta en mano y acompañados por sus respectivas esposas.
Son gestos que se suman a las conversaciones que mantuvo Sánchez con él y que en la conferencia de prensa que ofreció en la residencia del embajador español le llevaron a afirmar: "Hemos roto el hielo".
Consideró que ya era hora de que eso ocurriera y definió su visita como el "anticipo" del paso siguiente en la relación bilateral, el viaje el próximo año de los Reyes de España coincidiendo con la conmemoración de los 500 años de La Habana.
La invitación ya estaba sobre la mesa por parte de Cuba, y Sánchez dijo que el presidente cubano acogió de forma muy positiva que se pueda concretar ese esperado desplazamiento.
A la buena sintonía con Díaz-Canel contribuyó que en la agenda de su visita no hubiera contacto alguno con la disidencia. Sí aseguró ante la pregunta de si pidió al presidente cubano la liberación de algún preso político, que con él habló "de todo", pero sin especificar nada más.
Ante la pregunta de si pidió al presidente cubano la liberación de algún preso político, aseguró que con él habló "de todo", pero sin especificar nada más
Además, recordó que ayer España y Cuba firmaron un memorándum de entendimiento sobre consultas políticas intergubernamentales que abre un diálogo en el que también se hablará de los derechos humanos en Cuba.
Si la relación política estima que ya está encauzada para que siga ganando enteros, de la misma forma opina que la de carácter económico y comercial tiene aún un gran potencial.
Lo constató tanto en el foro empresarial como en una reunión previa exclusivamente con responsables de compañías españolas a los que prometió el pleno apoyo de su Gobierno para que sigan manteniendo su actividad en la Isla.
Uno de los principales problemas para ello pasa por el impago de Cuba a muchas empresas, principalmente pequeñas y medianas, asunto que abordó ayer con Díaz-Canel para conseguir el compromiso de las autoridades cubanas de agilizar los pagos pendientes.
Es lo que dijo en sus intervenciones y ante el propio presidente cubano, al que apeló al diálogo para encontrar una solución para esa deuda de 300 millones de euros que se mostró convencido de que se va a lograr.
El vicepresidente cubano, Ricardo Cabrisas, agradeció en el foro la "confianza y comprensión" del empresariado español. Un empresariado que Sánchez desea que tenga más presencia en grandes proyectos cubanos de sectores como las energías renovables o las infraestructuras.
Con motivo del viaje de Sánchez se conoció que la compañía española Telefónica ha ofrecido al Gobierno cubano vincular la Isla a su red de cables submarinos para mejorar el acceso a internet en el país caribeño, uno de los más desconectados del mundo.
El presidente del Gobierno resaltó que Cuba vive un "nuevo tiempo" marcado por la llegada en abril de Díaz-Canel y el diseño de reformas económicas y constitucionales, ya que el país debate ahora una nueva Constitución que irá a referendo en febrero.
"Queremos que España esté más presente en Cuba", subrayó el presidente antes de mostrar la disposición española a "contribuir activamente en el proceso de reformas"
"Queremos que España esté más presente en Cuba", subrayó el presidente antes de mostrar la disposición española a "contribuir activamente en el proceso de reformas" en la medida en que las autoridades de la Isla lo deseen.
Al inicio de la visita a La Habana Vieja hubo un gesto cargado de simbolismo: Sánchez entregó de forma temporal la silla que perteneció al general de las guerras de independencia de Cuba Antonio Maceo.
Algo menos de media hora duró el posterior paseo por las calles empedradas de la ciudad y en el que cientos de habaneros y turistas saludaron a Sánchez y a su anfitrión desde las aceras y los balcones coloniales de la zona.
Una recepción a la colectividad española fue el penúltimo acto de la agenda de Sánchez antes de cerrar su viaje con una reunión con representantes de la sociedad civil a los que elogió su afán por transformar Cuba.
"Nunca les faltará nuestro aliento para construir una Cuba moderna", escribió en su cuenta de Twitter minutos antes de que el avión de la Fuerza Aérea Española emprendiera viaje de regreso a Madrid.
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