Sancti Spíritus, la capital cubana del caracol africano
La plaga hace estragos en la agricultura y en las viviendas, según fuentes del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal
Sancti Spíritus/Aunque el tema ha dejado de aparecer en la prensa oficial, la presencia del caracol africano sigue extendiéndose por Cuba, y la crisis económica hace casi imposible combatirlo, debido a la falta de recursos y de combustible. En Sancti Spíritus la plaga hace estragos en la agricultura y en las viviendas, según fuentes del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav).
"Mucha gente se ha olvidado de este animal, pero nosotros recibimos reportes todos los días", explica a 14ymedio un empleado del Inisav en la provincia que prefiere el anonimato. En Sancti Spíritus los municipios más afectados por esta especie, considerada una de las cien más invasivas del mundo, son Cabaiguán, Taguasco y la cabecera provincial.
"Recibimos la denuncia de que vieron los caracoles en un lugar pero no podemos hacer nada porque no tenemos recursos, ni siquiera vamos a comprobar el nivel de infestación porque no contamos con el combustible necesario para movernos dentro de la provincia", recalca el trabajador.
"Ahora mismo tenemos un foco en la Escuela de Medicina, en la antigua Facultad de Enfermería, que tiene un terreno baldío entre las casas y los edificios. Esa zona está prendida de caracoles", detalla. "Se han encontrado ejemplares hasta en los hornos de cal a las afueras de la ciudad, están por todas partes y nada los detiene".
"Recibimos la denuncia de que vieron los caracoles en un lugar pero no podemos hacer nada porque no tenemos recursos, ni siquiera vamos a comprobar el nivel de infestación"
El experto ve una relación entre la crecida del arroyo que bordea la ciudad de Sancti Spíritus y la propagación de la plaga. "Si suben las aguas, van esparciendo los caracoles por todas partes, así que lo que parece una buena noticia para la agricultura, que haya con que regar los sembrados, se vuelve un dolor de cabeza con este animal metido aquí".
En el municipio de Taguasco los focos principales están ubicados en los cultivos de la Empresa Agroforestal. "Ahí se han comido lo que hay y lo que no hay, dan ganas de llorar porque estamos pasando un mal momento con la productividad de los cultivos y encima viene esta plaga y los devora".
En Cabaiguán, en cambio, son los vecinos quienes sufren los estragos del caracol africano en sus propios patios. "No se puede dejar nada afuera porque te levantas y ya se han comida una parte", lamenta Cipriano, de 81 años y residente en la localidad. "Teníamos todo muy bonito, con flores y todo, pero desde que ese bicho llegó nos hemos quedado hasta sin marpacíficos [hibiscus]".
"Antes les echábamos sal, pero ya no tenemos como para gastar en eso", reconoce el agricultor. "Ahora, si te topas uno tratas de aplastarlo o cortarlo con el machete, pero por cada uno que ves hay muchos más. No podemos estar toda la madrugada en vela esperando que salgan".
"Hace tiempo no informan nada, como si se hubieran desaparecido pero nosotros los seguimos padeciendo", lamenta Cipriano. "No vemos nada en la televisión, no escuchamos nada en la radio, pero basta salir de la casa y uno los ve por todas partes. Ahorita nos levantan en peso a nosotros".
"Hace tiempo no informan nada, como si se hubieran desaparecido pero nosotros los seguimos padeciendo"
El Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal emitió en 2019, cuando la presencia del animal ya estaba confirmada en 12 provincias, indicaciones para que la población contribuyera al control y eliminación del caracol gigante africano, pero la llegada de la pandemia de covid-19, la crisis económica, la falta de combustible y la inflación desplazaron el foco de interés hacia otras cuestiones de la vida cotidiana.
Entre las medidas que el Inisav sugirió entonces estuvo la destrucción de la concha y su enterramiento posterior en una bolsa cerrada herméticamente. Otra opción consiste en quemarlo de manera segura o sumergirlo en una solución de sal o cal al 3% (tres cucharadas por un litro de agua) durante 24 horas y luego sepultarla. En ningún caso deben arrojarse vivos en ríos, solares yermos, calles o basureros.
El caracol gigante africano puede transmitir enfermedades a los cultivos además de consumir al menos 250 tipos de plantas, muchas de ellas sembradas con fines económicos. También causa daños irreparables en los ecosistemas que coloniza. Tiene además una gran capacidad de adaptación al clima y los accidentes del terreno. En Cuba no cuenta con depredadores naturales que puedan poner freno a sus ansias devoradoras.
La primera información sobre la llegada de este molusco a la Isla fue dada a conocer por este diario en julio de 2014 tras un recorrido por el municipio habanero de Arroyo Naranjo. En ese texto se advertía de que "esta especie pondrá a prueba la capacidad del sistema nacional de salud pública en Cuba para controlar este tipo de situaciones". Aquellos pronósticos parecen haberse quedado cortos.
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