El arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, pide la liberación de los presos del 11J
El prelado dijo hablar no sólo por los católicos, sino por todo el que "anhela y desea" un cambio
La Habana/Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, señaló durante una oración, pronunciada al final de la misa de este domingo en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, en El Cobre, que es el momento de "hacer los cambios necesarios" en el país. El prelado, en una plegaria a la patrona de la Isla, se refirió a las "secuelas" del 11J y demandó la liberación de los presos políticos de la Isla.
No es la primera vez que García expone en solitario lo que la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba no puede o no se atreve a declarar como institución. Con este mensaje vuelve a posicionarse como una de las voces más críticas del régimen dentro de la Iglesia.
La ceremonia, en la cual participaron varias religiosas y el rector del santuario, Eugenio Castellanos, fue grabada y compartida en el canal de YouTube del arzobispado. García comenzó recordando que durante las manifestaciones los cubanos "querían expresar sus criterios", la mayoría de modo pacífico, aunque a su juicio también hubo violencia en el 11J.
"Que puedan vivir en sus trabajos, en sus estudios y que puedan seguir opinando, porque todo hombre tiene derecho a dar su visión de las cosas en paz"
Como hace unos años, afirmó el arzobispo, pidió nuevamente la posibilidad de "vivir en paz como hermanos", "en nuestra patria, donde encontremos las posibilidades para desarrollarnos plenamente".
García aseguró que hablaba no sólo por los católicos cubanos, sino por todo el que "anhela y desea" un cambio. "Las secuelas más duras están en los detenidos", dijo, al tiempo que pidió "que se revisen de nuevo todas las penas y puedan salir en libertad todos aquellos que quisieron expresar su opinión sobre la situación".
Ante el sufrimiento de las madres y la familia cubana, exigió "un paso de fraternidad, de entendimiento social", que conduzca a que "estas personas estén en sus hogares" y "nadie pague ninguna consecuencia posterior". Además, García demandó "que no queden marcados por lo que hicieron", consciente de la "muerte social" que han padecido muchos de los manifestantes.
"Que puedan vivir en sus trabajos, en sus estudios y que puedan seguir opinando, porque todo hombre tiene derecho a dar su visión de las cosas en paz", prosiguió.
El arzobispo mencionó además el problema del éxodo de miles de cubanos durante los últimos meses. "Sienten que no encuentran las condiciones para poder desarrollarse plenamente", dejando "familias divididas" y "ancianos que se quedan solos". Recordó también que "algunos han muerto en la travesía, ya sea en el mar o por tierra".
García retomó, como referencia, el mensaje de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba emitido el 12 de julio de 2022, en el que los prelados afirmaron no ser capaces de "cerrar los ojos ni entornar la mirada" ante las protestas. Defendían allí el derecho del pueblo a manifestarse, a pesar del "endurecimiento de las posiciones" oficiales, además de criticar veladamente la "orden de combate" de Díaz-Canel.
Para el arzobispo, un cambio estructural, a nivel político y económico, logrado a través del diálogo y el consenso de todos los cubanos, es indispensable para desarrollar el país en todo su potencial
En sintonía con el mensaje de los obispos, García pidió "que se hagan los cambios necesarios para que todo ese nivel intelectual, técnico, social que hemos adquirido como pueblo, nosotros podamos desarrollarlo en esta tierra, y nos sintamos entonces contentos. Tenemos que hacer producir ese talento que tenemos los cubanos aquí".
Para el arzobispo, un cambio estructural, a nivel político y económico, logrado a través del diálogo y el consenso de todos los cubanos, es indispensable para desarrollar el país en todo su potencial.
Con sus declaraciones, García sigue una vieja tradición de la Iglesia Católica en Cuba: el arzobispo de Santiago de Cuba ha sido históricamente la voz crítica más explícita contra el Gobierno.
Así sucedió con los antecesores directos de García en el arzobispado, como Enrique Pérez-Serantes, quien salvó la vida de Fidel Castro en la Sierra Maestra y luego se convirtió en uno de sus principales opositores, o Pedro Meurice Estiú, que en 1998 afirmó, durante una multitudinaria misa frente al papa Juan Pablo II, que en Cuba se confundía "la patria con el partido".
La plegaria del arzobispo de Santiago de Cuba se une a distintos reclamos individuales de sacerdotes y laicos católicos, realizados durante el aniversario del 11J. Dionisio García Ibáñez, que ocupa la sede santiaguera desde 2007, fue durante algunos años presidente de la Conferencia episcopal y, con 77 años, es uno de los obispos de mayor edad de la Isla.
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