"En mis 53 años nunca he visto nada igual en Santiago, este es el principio del fin de la tiranía en Cuba"
Gritos de "Cuba libre", "Patria y vida" y "mentirosos" resonaron a través de las calles más importantes de la ciudad
Santiago de Cuba/Al igual que otras muchas ciudades de la Isla, Santiago de Cuba se sacudió este domingo con una multitudinaria marcha. Los gritos de "Cuba libre", "Patria y vida", "Díaz-Canel singao" y "mentirosos" resonaron, entre otras muchas consignas, a través de las calles más importantes de la ciudad.
"En mis 53 años nunca he visto nada igual en Santiago, este es el principio del fin de la tiranía en Cuba", dice Roberto, uno de los cientos de manifestantes que estaban en el lugar. "Yo escuché el llamado de mis compatriotas y rápidamente me incorporé en la multitud que se organizaba en la avenida Martí y Calvario".
La cantidad de personas se multiplicó de inmediato.
"¡Vamos p'al Partido, patria y vida, súmense pueblo, no tengan miedo, somos mayoría!", gritaba a toda voz Maikel, un joven activista montado en su moto.
"Cuando no entraba nadie más en la base de la avenida Martí, comenzamos a subir rumbo al Partido provincial"
La ola de manifestantes santiagueros la conformaban en su mayoría hombres, pero también mujeres y adolescentes, muchos descalzos por la ausencia de chancletas, y no solo gente a pie, sino también motoristas y bicicleteros. "Cuando no entraba nadie más en la base de la avenida Martí, comenzamos a subir rumbo al Partido provincial", relata Roberto.
Roberto comenta emocionado la subida de la loma de la avenida Martí: "Ese fue el momento en el que pensé que hoy se caía esto. Todos comenzamos a gritar 'Díaz-Canel singao, basta de mentiras'. Confieso que tenía un poquito de temor al inicio, pero al ver la determinación del pueblo, todo miedo desapareció, estaba decidido a llegar hasta el final".
En la cima de la loma, los motoristas estremecieron fuertemente sus vehículos oprimiendo a fondo los aceleradores de sus vehículos estacionados, formando una nube de humo mientras invitaban a más gente a sumarse.
Uno de los manifestantes, Antonio, explicaba el motivo de la marcha pacífica a toda voz: "Nos manifestamos porque estamos cansados de las mentiras, del hambre, de la esclavitud, de la manipulación. Esto es 'patria y vida'. Patria porque queremos una patria nueva para todos los cubanos, y no de un grupo de vivebién que son los que ahora dominan Cuba como les da la gana. Vida porque nos están matando poco a poco, y necesitamos vida nueva".
Los manifestantes siguieron su curso por la avenida Central. Allí la Policía interpuso una patrulla, pero tuvo que retirarse ante el avance de la muchedumbre. A la izquierda quedaba el histórico cuartel 26 de Julio como testigo de una nueva rebelión formándose ante sus ojos.
Al llegar a la intercepción de la avenida Central y la avenida Garzón, un cordón de policías impidieron a la multitud llegar a la sede provincial del Partido, cuando se encontraban a unos 30 metros de su destino. "Frente a los policías y los del Gobierno, que nos veían de frente, comenzamos a cantar consignas mientras el cordón de policías se agrupaba deteniendo el avance del grupo", relata Roberto. Finalmente, el grupo dio la vuelta y retrocedió por Central, mientras otro grupo se desvió con destino a la avenida 24 de Febrero, también llamada Trocha.
Cuando el grupo principal retornó de nuevo a Central y Garzón, llegó un bus pequeño lleno de autoridades y personal del Gobierno, entre ellos el intendente de Santiago de Cuba, Elio Rodríguez.
A la vez, casi como si fuera un auto de carrera a toda velocidad, llegó una guagua llena de personas con apariencia de trabajadores. Sin embargo, bajo el falso atuendo de obreros se escondía el personal de apoyo enviado por las autoridades.
"El último lugar donde se aglomeró el grupo de manifestantes fue en la acera de frente al Palacio de Justicia de Santiago de Cuba", sigue Roberto, otra "edificación histórica" que evocaba a la libertad en Cuba.
"Desde allí se apreció uno de los momentos más emotivos de toda la marcha: se entonaron con fuerza las notas de nuestro himno de Bayamo", narra.
Luego de las primeras detenciones, cortaron la internet. "Yo parecía un reportero", narra Ernesto, otro joven manifestante con un moderno teléfono en las manos. "Por mi cuenta de Facebook envié cantidad de fotos a mi muro online y estaba grabando el video de la manifestación parado en el parqueo del Coppelia, cuando se cortó la comunicación".
Marcos, otro de los reporteros espontáneos, asegura haber transmitido en directo lo sucedido a su familia en Chile vía WhatsApp.
Seguidamente, las autoridades colocaron un auto con altoparlantes y trajeron más personal vestido de civil. A un costado del Palacio de Justicia, desembarcó un camión lleno de jóvenes vestidos con uniformes verdes de policía, rodeando a los manifestantes, quienes retrocedieron lentamente.
"Mira eso, llegaron con palos y un montón de gente", narra Marcos, otro joven presente. "¿Cómo se llama eso, a ver? Represión, mi hermano, esto es represión".
El grupo que se dirigió a Trocha lo pasó peor. "Vi cómo entre dos policías tenían por las manos y pies sujetos a un manifestante y lo arrojaban hacia dentro de un carro de patrulla", relata Pedro, un motorista que pasaba por el lugar y que también atestiguó "bastante golpes" a varios manifestantes.
Por otra parte, la tienda de 4ª y Garzón, de venta en moneda libremente convertible, tuvo que ser protegida con sus cierres metálicos tras ser apedreada por la multitud. Desde que el Gobierno puso a la venta en divisas artículos básicos, el año pasado, estos comercios han sido duramente criticados por la población, que mayoritariamente no tiene acceso a dólares.
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