Solo una sexta parte del tabaco cosechado en Sancti Spíritus servirá para la exportación
Es "la producción más baja de la historia" en la provincia, admiten los directivos de Acopio
La Habana/La industria tabacalera en Sancti Spíritus volvió a quedarse por debajo de la mediocridad. Del tabaco sol en palo –que se utiliza para fabricar cigarros– solo se recolectaron 351 toneladas, el 67% del plan, mientras que el tabaco tapado, que sí se usa para confeccionar puros, se espera recoger 315 toneladas. La estimación más optimista de cumplimiento del plan, calculan los directivos de Acopio, es de un 87%, y no es probable que lleguen.
Se trata de “la producción más baja de la historia de Sancti Spíritus”, asegura, sin ambages, Isidro Hernández, director de Acopio y Beneficio del Tabaco en la provincia. Atrás quedaron los tiempos en que la provincia –de tradición tabacalera por el alto número de canarios que se instalaron allí durante la época colonial– era, junto a Villa Clara, la segunda potencia veguera del país, después de Pinar del Río.
Hernández lamenta que la recogida total estimada –unas 666 toneladas entre tapado y sol al palo– represente un 20% menos que lo que se cosechó el año pasado. De este último, detalla, cuenta con 202.987 cujes –la vara donde se secan las hojas– y del primero, 658.500. La provincia, añade, viene arrastrando incumplimientos desde hace cuatro años.
La campaña de siembra había empezado mal: apenas se cumplió al 49%
La campaña de siembra había empezado mal: apenas se cumplió al 49%. Según la prensa oficial, que no pudo disimular el desencanto con las cifras, las principales causas de la debacle fueron la falta de combustible para llevar a cabo la siembra y “que muchos productores no plantaron porque no resulta rentable el cultivo”.
Lo más grave es que, de toda la cosecha de tabaco tapado, solo 104 toneladas tienen calidad suficiente para fabricar puros de exportación, cuando tenían que haber entregado 315. La hoja espirituana se utiliza como capa de los habanos, de lo cual depende su presentación y color, mientras que la de Vuelta Abajo –Pinar del Río– es ideal para la tripa o interior del puro.
El directivo se lamió las heridas y atribuyó el fracaso a causas “naturales”, como las lluvias de enero y febrero, las enfermedades de la planta –como la llamada “pata prieta”– o el “impacto del ozono atmosférico”. Sin embargo, admitió que hubo una siembra tardía en el primer semestre del año de hectáreas de tabaco que, aunque todavía no se ha cosechado, ya auguran un mal resultado.
Lo más determinante, sin embargo, fue el factor humano. Acopio había contratado cerca de 1.180 productores y solo respondieron en realidad unos 480. No hubo suficientes cortadores ni vegueros que se ocuparan de la hoja, y si el tabaco tapado tuvo mejores resultados fue por la “estimulación en divisa” que disfrutan sus productores. Ahora, aseguró Hernández, se negocia con el Gobierno “un sistema de estimulación en MLC (moneda libremente convertible)” que incentive a los que se ocupan del tabaco sol en palo. En sus palabras, para que la divisa “revierta la situación y se siembre más”.
Acopio había contratado cerca de 1.180 productores y solo respondieron en realidad unos 480
Una situación similar atraviesa Las Tunas, provincia más bien plebeya en la producción de tabaco, donde solo lograron sembrar 102 hectáreas de las 163 que tenían programadas. E incluso lograr ese número “fue muy difícil”, confesó la directora provincial de Acopio y Beneficio del Tabaco, Yanelys Ramírez. También aseguró que el fracaso tenía que ver con las lluvias –en su caso, las de octubre y noviembre de 2023, dijo–, que retrasó la siembra.
“Además, en el mes de noviembre fue que llegó el combustible físico a las bombas y comenzaron a prepararse las tierras que se destinarían al renglón”, se quejó. Como medida para mejorar los resultados, extendieron la campaña hasta marzo. No funcionó. “Esperamos que la próxima campaña sea mejor”, fue su disculpa.
Para ilustrar los “empeños” productivos de Las Tunas, la prensa oficial presenta el caso de Orney Hernández, un guajiro procedente de Sancti Spíritus “con su mente cargada de sueños” pero solo dos años de experiencia como veguero. Con más de 1.000 cujes guardados, piensa aportar a Acopio su producción, porque le prometieron “beneficios”.
"Con esas bondades, la siembra y posterior cosecha serán muy atractivas”, subraya, incentivado por que “los bandoleros no roban los campos de tabaco por lo que no hay que hacerle guardias constantes, los animales no se comen las plantas, existe un mercado seguro y, en el caso de aparecer plagas, se controlan”.
Pese a la debacle de la industria tabacalera, que cada año reporta producciones más mermadas y de peor calidad que siguen atribuyendo al paso del huracán Ian en 2022, tanto el régimen como su contraparte española, que mandan en la industria, encuentran maneras de seguir obteniendo beneficios cada vez más altos. A inicios de marzo, el Festival del Habano, celebrado anualmente en la capital de la Isla, recaudó 19,3 millones de dólares solo en la venta de ocho humidores –hasta el año pasado se vendían tradicionalmente seis–, una cifra récord que el Gobierno asegura invertir en la Salud Pública.