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Sigue hospitalizada en Cuba una de las canadienses heridas en un accidente de tránsito

El resto de los pasajeros del ómnibus siniestrado en Villa Clara ya están en su país y han relatado su experiencia

Keven Julien y Danahée Chevarie, dos de los canadienses afectados, en una entrevista con un medio de su país. / Le Journal de Québec
14ymedio

07 de junio 2024 - 11:56

Madrid/Las autoridades cubanas mantienen silencio en torno al accidente que el pasado domingo afectó a un ómnibus de Transgaviota y dejó un fallecido, de nacionalidad cubana y que conducía el auto con el que colisionó, y una herida grave. Se trata de una canadiense que permanece en la Isla, acompañada de uno de sus hijos, que viajó a Cuba al conocer la noticia. 

Según ha contado en redes sociales una nieta de la hospitalizada, Jaimika De Luca, la versión que conoció la familia es que cayeron sobre ella varias personas y parte del equipaje, provocándole un traumatismo craneoencefálico, además de una hemorragia y dolor en las extremidades. “Ella está mucho mejor. Esperamos que mejore”, afirmó su nieta en Facebook en respuesta a Danick Labbé, uno de los quebequeses que ha ejercido como portavoz oficioso del grupo. 

Unas 38 personas viajaban en el ómnibus que partió de Cayo Santa María el pasado domingo hacia el aeropuerto Abel Santamaría, en Santa Clara, para abordar un vuelo de Air Transat  de regreso a Canadá cuando un Moskovich Aleko que, según los testigos intentó un adelantamiento peligroso, chocó y provocó que la guagua volcara. 

Un Moskovich Aleko que, según los testigos intentó un adelantamiento peligroso, chocó y provocó que la guagua volcara

El conductor del carro particular falleció inmediatamente por el impacto y 26 de los pasajeros del ómnibus resultaron heridos leves, aunque ya han regresado todos menos la citada canadiense, la única que ingresó grave en el hospital Arnaldo Milián Castro, en Santa Clara. 14ymedio intentó obtener información llamando varias veces a la Embajada canadiense el pasado lunes, sin lograr resultados.

“Cambia una vida y te hace pensar mucho”, dijo Labbé a la prensa canadiense. El joven también difundió en un post de Facebook cuál era su estado y el de sus acompañantes. “Estamos bien, en un hotel esperando un vuelo para traernos de vuelta lo antes posible. Tenemos habitaciones, agua, comida, y lo más importante, no estamos solos”, afirmó. Labbé es uno de los pasajeros satisfechos con el trabajo de la aerolínea Air Transat y los equipos de rescate cubanos.  

“No pierdan la confianza en la empresa porque, sinceramente, el tiempo de respuesta fue estupendo. Los heridos fueron atendidos rápidamente, ayudamos con primeros auxilios  a quienes se podía, pero las ambulancias llegaron rápido y todos fueron tratados con cuidado”, añadió.

La compañía, sin embargo, fue criticada por otros viajeros “Quizás podrían intentar ser un poco más claros con sus mensajes. Sencillamente, estamos cansados de estar aquí. No queremos esperar al 'quizá'”, lamentó Vincent Duval, otro de los afectados. 

“Quizás podrían intentar ser un poco más claros con sus mensajes. Sencillamente, estamos cansados de estar aquí. No queremos esperar al 'quizá'”

Un amigo de dos turistas heridas también mostró preocupación por la situación de la Sanidad cubana. "He viajado varias veces con Air Transat, es una empresa en la que confiaba, pero aquí encuentro que el apoyo es muy deficiente, incluso inaceptable, dada la situación. Annie necesita regresar a Quebec lo antes posible para recibir la atención adecuada. Los médicos en Cuba son muy buenos, pero sus recursos son limitados", escribió.

Su amiga, Annie Beaudoin, contó posteriormente a la televisión local que estaba deseando llegar para atender su brazo roto en Drummondville (ciudad de Quebec en la que reside), “Realmente me duele, pero estamos vivos y eso es lo importante”.

La mayoría de pasajeros regresaron en un vuelo de Sunwing a Montreal que partió la noche del martes y llegó en la madrugada del miércoles a Montreal. Entre ellos, como se desprende también de las respuestas al post de Labbé, se ha forjado una gran unión. 

“Ver que otras personas están pasando por lo mismo, que están en la misma situación que uno y que están ahí para apoyarla ayuda a sentirse bien”, contó Danahée Chevarie, otra de las afectadas, que viajaba junto a su pareja, Keven Julien, y ha hablado con la televisión canadiense. 

"Estábamos en el lado derecho del autobús. El momento del impacto fue repentino y después noté que el autobús empezaba a volcar, pero pude mantenerme agarrado a los asientos”, dijo Julien. Su pareja, que iba dormida apoyada en él, le pasó por encima. “Me desperté, nos dimos un primer golpe y fue entonces cuando me di cuenta de que acabábamos de tener un accidente. Fue un gran shock para todos”, dijo Chevarie, que tuvo la suerte de salir solo con varios hematomas y cortes en una rodilla y los pies.

Keven Julien fue de los primeros en lograr salir del ómnibus por una ventana y comenzó a ayudar a los niños a salir. “Después de eso, pudimos abrir las puertas de emergencia desde fuera para ayudar a otros a salir porque había olor a gasolina en el autobús”, explicó. Chevarie agregó que las ambulancias fueron rápidas y comenzó el traslado a los heridos, aunque dijo desconocer el trato que recibieron los que acabaron en el hospital, señala que en el policlínico –Octavio de la Concepción, en Camajuaní, Villa Clara– fueron bien atendidos.

“Después de eso, pudimos abrir las puertas de emergencia desde fuera para ayudar a otros a salir porque había olor a gasolina en el autobús”

"Lo recordaremos toda la vida, eso es seguro", dijo Chevarie a TVA Nouvelles. 

El siniestro pone la puntilla a una temporada negra para el turismo canadiense en Cuba, después de dos casos que trascendieron a nivel internacional. El primero de ellos fue el de Faraj Allah Jarjour e Ilya Neroev, canadiense y ruso respectivamente, que murieron en la Isla el pasado marzo y cuyos cadáveres fueron intercambiados en un clamoroso error que la viuda del segundo considera deliberado para tapar el presunto asesinato de su marido

El segundo es el de Christian Maurais, cuya esposa, Caroline Tétrault, sufrió una peritonitis grave cuando estaba de vacaciones en la Isla y vivió un verdadero caos teniendo incluso que comprar en el mercado negro la comida para su pareja, hospitalizada en las precarias condiciones que le ofrecía el hospital de Santa Clara. “Para nosotros, Cuba se acabó”, declaró el viajero.

Estos y otros casos han contribuido a que se caiga, poco a poco, para los canadienses el mito del paraíso seguro en el que vacacionar, a lo que ha ayudado la advertencia para viajeros emitida por el Gobierno en octubre de 2023 sobre la Isla por la escasez de comida y medicamentos. Por el momento, no obstante, esto no ha hecho mella sobre el que continúa siendo, de lejos, el principal mercado para el turismo cubano. El año pasado, casi un millón de canadienses visitaron la Isla, del total de 2,4 millones de turistas. En cuanto a 2014, en el primer cuatrimestre del año casi la mitad de los viajeros que recibió Cuba fueron canadienses (496.583).

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