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Tarará, el pueblo fantasma de las mil y una historias

14ymedio

17 de septiembre 2016 - 16:28

1/15La maleza y la desidia han ido robando espacio a lo que una vez fueron edificaciones / 14ymedio
2/15Cuando surge la idea de la Ciudad de los Pioneros se crea un plan ideado por el arquitecto Humberto Ramírez. En ese momento la orientación de las calles de Tarará pasa de un perfil vehicular a un rediseño priorizando el enfoque peatonal.
3/15Con todos los accesos cercados, la única manera de pasar por la puerta es teniendo una reservación en cualquiera de sus casas de alquiler o conocer a alguno de los pocos habitantes que allí residen.
4/15Por sus enormes dimensiones y aislamiento la custodia del lugar se volvió compleja. Este escenario fue terrible para su conservación y muchas de sus viviendas sufrieron la furia de los depredadores. Esto, además de los insuficientes recursos que se destinaron para el mantenimiento, provocó su decadencia general.
5/15El singular nombre de este sitio fue dado por los aborígenes que, en el siglo XVI, trabajaban bajo un régimen de semiesclavitud en una minas de cobre de la zona. Las trompetas de un fuerte español que despertaba a los soldados fue la inspiración para este onomatopéyico bautizo.
6/15La suciedad se apodera de las calles de Tarará en su largo letargo / 14ymedio
7/15En el último proceso constructivo, para detener el deterioro de sus instalaciones, participaron sobre todo dos empresas. Cubanacán rehabilitó 274 casas y Cubalse 223, generando así un pequeño polo turístico. / 14ymedio
8/15En una pequeña colina, ubicada justo al lado de la Plaza Mariana, se edificó el Centro Cultural, que fue construido con el sistema Girón y piezas de prefabricado. Todo el edificio contrastaba con el paisaje de casas pequeñas y chocaba fuertemente con la imagen anterior del reparto. El Centro tenía un teatro, un mirador, un salón de actos y una sala de lectura. / 14ymedio
9/15Las enormes dimensiones del propósito atentó contra su intención inicial. Las distancias a recorrer cada día por maestros y alumnos eran enormes y eso encarecía la estancia de los visitantes. En el momento de las mejores relaciones Cuba-URSS eso no fue un problema pero, a finales de los ochenta, con el desmantelamiento de ese aliado estratégico, se volvió insostenible ese proyecto. / 14ymedio
10/15Por decisión de Celia Sánchez, se levantó por esos años en la orilla oeste del río que limita la ciudad, un parque de diversiones donado por Japón y un teleférico, al que todos llamaban: “el funicular”. / 14ymedio
11/15Era uno de los encantos más exóticos de Tarará pero dejó de existir a mediados de los ochenta. De aquello solo queda un montón de hierros oxidados y los restos de las edificaciones que se construyeron para aquel propósito hoy están sumergidas entre la hierba. / 14ymedio
12/15Las instalaciones abandonadas no son hoy ni la sombra de lo que fueron en su momento. Si antes le daban la bienvenida a los visitantes, hoy cuesta encontrarlas entre la cantidad de maleza que invade la colina. / 14ymedio
13/151- La construcción de la Plaza Martiana, proyectada por el arquitecto Arnaldo Sicilia, fue otro de los cambios importantes. Todavía hoy persiste, ocupando un gran espacio. En su momento de esplendor fue escenario de actos políticos y culturales. / 14ymedio
14/15La iglesia fue construida en 1953. Cada quince de agosto los habitantes de la barriada salían en procesión, por mar y tierra, para venerar a Santa Elena, patrona de Tarará. / 14ymedio
15/15Los sucesivos “programas de la Revolución” que colmaron el reparto se han ido terminado y ahora solo queda una urbanización de innumerables casas abandonadas y otras donde unos pocos turistas toman el sol en la terraza. / 14ymedio

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