La televisión nacional no puede con ‘el paquete’
La Habana/En un intento desesperado de luchar contra la competencia del paquete que se comercializa en el mercado informal, la televisión nacional ha presentado esta semana una programación de verano que se apoya, como siempre, en las producciones pirateadas en los canales extranjeros.
Ante el éxito de los combos o paquetes –selecciones de películas, telenovelas y series compradas o canjeadas en la calle–, los directivos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) proponen más de 600 películas, entre estrenos y reposiciones, veinte series en diferentes temporadas y 19 espacios musicales cada semana, además de una especial atención a la programación infantil.
Las principales críticas que recibe el ICRT se centran en lo aburrido de sus propuestas, la repetición, una y otra vez, de los mismos materiales, el exceso de ideología en su programación y los pocos recursos con los que cuentan sus producciones. Ante ese panorama poco atractivo, la antena parabólica y los paquetes ganan terreno.
Las parabólicas ilegales se han multiplicado en los últimos años, especialmente en la Ciudad de La Habana. En Centro Habana, Cerro, Habana Vieja y Diez de Octubre se ha vuelto práctica común "engancharse al cable" que proporciona el dueño de la parabólica. Cada familia interesada debe abonar alrededor de unos diez pesos convertibles para disfrutar de una programación televisiva que proviene sobre todo de la Florida.
Los paquetes se nutren de esas antenas parabólicas y se venden por unos 25 centavos de peso convertible el gigabyte de contenido.
"Mucho de eso que ha anunciado la televisión para este verano, ya yo lo vi", dice Anabel Puig, una joven que consume la programación distribuida de forma ilegal. Los cubanos están muy actualizados en materia de producción extranjera y ya no son un "público cautivo" para la televisión oficial.
La mayor parte de los filmes y seriales que la ICRT emitirá son materiales por los que no ha pagado derechos de distribución. Se trata de producciones robadas a las televisoras extranjeras. Con frecuencia una pequeña banda negra tapa la zona de la pantalla donde figura el logotipo del canal pirateado.