El tomate y la calabaza se pudren en el campo porque no hay combustible
El Gobierno cubano mantiene su postura de seguir centralizando el trabajo y la producción del campesinado
La Habana/Yamile Bombino, una productora agropecuaria del municipio de Cabaiguán, en Sancti Spíritus, optó por denunciar desde este 3 de abril la incompetencia de la estatal Acopio. La espirituana tiene un contrato de entrega de 400 quintales de tomate con la empresa, pero la cosecha se está echando a perder en el campo por el incumplimiento del Estado.
"Hace dos semanas se les avisó a los dos presidentes de las cooperativas para las recogidas [de los tomates ]", escribió en su perfil de Facebook y rápidamente el post se hizo viral. Bombino agregó que en la actualidad Acopio no ha buscado una solución para el destino de los tomates. "No es justo que se pierda esa cantidad con buena calidad con la necesidad de alimentos que está pasando el país y además con los esfuerzos que hemos tenido que hacer para poder cosecharlos".
Bombino dos días después de la primera publicación en la red social dijo que había llamado nuevamente a Acopio, esta vez a la empresa provincial, y solo recibió como respuesta que "el tomate es un asunto nacional". "Por favor respeten la contratación y asuman", exigió la productora.
"Por favor respeten la contratación y asuman"
Las deficiencias en la recogida y distribución de los productos agrícolas no son nuevas, pero el Gobierno mantiene su postura de seguir centralizando el trabajo y la producción del campesinado. Una reciente reunión de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap) de Sancti Spíritus puso nuevamente de manifiesto estos problemas.
"Hoy tenemos productos en los campos como tomate y calabaza que no se pueden recoger porque falta el combustible", reconoció en la reunión el presidente de la Anap provincial, Pedro Águila, citado este miércoles por el diario local Escambray. Este funcionario fue tajante: "Los recursos no han llegado al campesino".
No es sorpresa entonces, que ante este panorama que se repite en otras provincias, unas 29 cooperativas espirituanas reporten pérdidas económicas al cierre del primer trimestre del año, mientras que más de 140 han presentado "fisuras" en las finanzas y el funcionamiento productivo, según el diario local.
Tras un nuevo cambio en las tarifas para la comercialización de las cosechas anunciado por el Gobierno a finales de marzo, Esteban Ajete Abascal, presidente de la Liga de Campesinos Independientes de Cuba, alertó que las autoridades "están dando la vuelta a todas las situaciones para no caer en lo que realmente deben: dar libertad y descentralizar para satisfacer las necesidades de los campesinos".
Mientras, las quejas de los productores son cada vez más habituales. El mes pasado, Héctor González, trabajador de la Cooperativa Pedro y Bienvenido, del municipio Minas, en Pinar del Río, perdió una cosecha de coles. La empresa estatal Acopio, encargada de recibir la cosecha, dijo que no tenía fuerza de trabajo para procesarla.
Según la denuncia publicada en Facebook por la usuaria Anadeilys González, el campesino cubano perdió 1.300 coles, luego de que Acopio, en el consejo popular de Sumidero, rechazara la mercancía. A raíz del post, varias personas comentaron experiencias similares dentro de la Isla con frutabombas, boniatos y yucas.
"Eso mismo le pasó a mi primo con unos melones en Holguín y la respuesta de Acopio fue que no tenían transporte, pero tampoco los puede vender por medios propios"
"Eso mismo le pasó a mi primo con unos melones en Holguín y la respuesta de Acopio fue que no tenían transporte, pero tampoco los puede vender por medios propios. Conclusión: se echó a perder la cosecha", escribió Elizabeth Batista.
A estos problemas con el destino de las cosechas y en medio de un gran desabastecimiento de insumos, muchos productos que necesitan los campesinos para trabajar la tierra tendrán que adquirirlos ahora en moneda libremente convertible, como es el caso de los abonos agrícolas.
El pasado noviembre, para intentar paliar la severa crisis alimentaria en la que está sumida la Isla, el Consejo de Ministros anunció disposiciones que parecían anunciar una ligera flexibilización del campo. Entre ellas, que los campesinos privados pudieran vender por su cuenta parte de su producción, siempre que cumplan primero con las entregas acordadas con Acopio, algo que fue recogido con escepticismo por campesinos independientes.
"Las metas que pone Acopio para que le vendamos al Estado son altas y los precios son bajos", declaró entonces a este diario Rolando Villegas, un veguero de la zona de Guane en Pinar del Río. "Muchas veces tenemos más pérdidas que ganancias para cumplir con esas cantidades. Lo poco que queda después de cumplir con esas normas, muchas veces va al autoconsumo de nuestras familias".
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