"Traidores" para el régimen, los dos cubanos que huyeron en un ala delta obtienen el asilo en EE UU
Los pilotos deberán permanecer hasta diez días más en el penal para migrantes de Krome, en Miami, hasta recibir la sentencia por escrito
La Habana/El Gobierno de Estados Unidos concedió asilo político a los dos cubanos que aterrizaron en los cayos de Florida en un ala delta con motor el pasado marzo. David López Alfonso e Ismael Hernández Chirino deberán permanecer hasta diez días más en el penal para migrantes de Krome, en Miami, en espera de que la jueza que les concedió protección internacional expida por escrito la sentencia.
Según el periodista del canal Univisión Daniel Benítez, los pilotos "ganaron sus casos", y aunque existe la posibilidad de que la Fiscalía estadounidense discuta la sentencia, es probable que no llegue a realizar ninguna apelación.
Este diario tuvo acceso a varios testimonios ofrecidos al tribunal de asilo por parte de expertos legales, entre ellos los del abogado Siro del Castillo, quien presentó una contextualización del caso de López y Hernández ante el tribunal. Con el equipo de la defensa, dirigido por el letrado Wilfredo Allen, también colaboró la directora de la organización Cubalex, Laritza Diversent.
En su testimonio, Del Castillo recordó al tribunal que el Gobierno cubano no tendría piedad con ambos pilotos y que la prensa del régimen había lanzado una campaña para exigir su deportación. López y Hernández salieron de Tarará, en La Habana, en un ala delta ultraligera, del tipo Trike, con número de registro CU-U 1619, y que servía para la recreación de turistas extranjeros.
En su testimonio, Del Castillo recordó al tribunal que el Gobierno cubano no tendría piedad con ambos pilotos y que la prensa del régimen había lanzado una campaña para exigir su deportación
El Club de Aviación de Cuba –una entidad, señaló el abogado, dirigida por el ex espía René González, "que en su momento viajó a EE UU con un avión que se robó de Cuba"– argumentó que la acción de los pilotos era una "deserción", y pidió "las sanciones correspondientes por la seriedad del caso y la devolución del equipo robado".
Del Castillo subrayó que tanto el Club de Aviación como el Instituto Civil de Aeronáutica –que regula el espacio aéreo cubano– son instituciones que responden directamente al Gobierno de la Isla, para demostrar lo cual cita al propio González cuando afirma que el Club "reconoce la orientación política del Estado cubano y su Constitución".
Hay, por tanto, una relación de "dependencia" entre el régimen y las instituciones aeronáuticas, según el experto, que las ha llevado a firmar declaraciones, por ejemplo, de respaldo a la invasión del presidente ruso Vladimir Putin a Ucrania. Este vínculo, sugiere Del Castillo, desacredita la autoridad del Club de Aviación en lo tocante a reclamos morales como el que pretende en el caso de López y Hernández.
Por último, y citando nuevamente al ex espía, Del Castillo argumenta el peligro en que se encontrarán ambos pilotos de regresar a un país donde se les considera "enemigos" políticos: "Es muy difícil hacer una revolución sin tener que guillotinar a alguien. Lo importante es que la guillotina no sea el instrumento principal. Toda revolución genera una contrarrevolución y tiene que defenderse", dijo públicamente González en 2018, según hizo notar el abogado.
Los pilotos cubanos, concluyó Del Castillo, no tendrán oportunidad de defensa justa en Cuba, donde ya han sido calificados como "traidores" por las más altas instancias oficiales, para quienes la propia Constitución de la República pide "las más severas sanciones". Tanto el hecho de que robaran un vehículo aéreo estatal, como su relación con la esfera turística son, considera el letrado, agravantes para su caso y pudieran acarrear "penas carcelarias mayores".
Ambos pilotos formaron parte, durante su Servicio Militar Activo, del cuerpo de guardafronteras cubano, manejando vehículos similares al ala delta con que escaparon del país
Ambos pilotos formaron parte, durante su Servicio Militar Activo, del cuerpo de guardafronteras cubano, manejando vehículos similares al ala delta con que escaparon del país. "No sería de extrañar que las autoridades de Cuba, para darle más peso a la acusación de 'traidores' con reclamo de una pena máxima contra López y Hernández, el que los acusen de haberle pasado a las autoridades de los Estados Unidos, información sobre el sistema de patrullaje aéreo sobre las costas de Cuba, lo cual le permitiría a la fiscalía gubernamental en la isla, el acusar a ambos de revelación de secretos concernientes a la seguridad del Estado", opina el abogado.
La jueza quedó convencida, entre otros argumentos, con la afirmación de que la acción de López y Hernández "fue motivada única y exclusivamente por sus deseos de vivir en libertad", como lo han hecho "cientos de cubanos" en las últimas décadas, "utilizando embarcaciones e inclusive aviones propiedad del Gobierno".
Este último fue el caso de Rubén Martínez Machado, un cubano que logró escapar en una avioneta Antonov de fabricación rusa el pasado 21 de octubre, y aterrizar en el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, ubicado en medio de los Everglades.El joven de 29 años era piloto de la Empresa Cubana de Servicios Aéreos, perteneciente a la Corporación de la Aviación Cubana, y salió de la Isla por Sancti Spíritus.
Los agentes de aduanas interrogaron al piloto nada más aterrizar y quedó de inmediato bajo custodia de las autoridades. Actualmente Martínez está en libertad luego de que un juez le otorgara asilo político.
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