Un preso del 11J es trasladado a la cárcel de Melena del Sur tras protestar contra los abusos
"Mi hijo está en una mazmorra, hay que llamar las cosas por su nombre", denuncia Layda Yirkis Jacinto
La Habana/"Solo hoy tuve una fe de vida de mi hijo", cuenta a 14ymedio Layda Yirkis Jacinto, madre de Aníbal Yasiel Palau Jacinto, condenado a cinco años de prisión por participar en las protestas populares del 11 de julio de 2021. El preso político fue trasladado este fin de semana a una cárcel en Melena del Sur en la provincia de Mayabeque.
"Es una mazmorra castrista, hay que llamar a las cosas por su nombre", subraya la mujer. Palau, de 28 años, fue trasladado desde la prisión de Quivicán junto al también prisionero del 11J, Juan Enrique Pérez Sánchez. "No sabíamos que los habían trasladado, me enteré ayer porque me llamó otro recluso, solo cuando mi hijo me llamó hoy fue que supe que estaba en la cárcel Melena 2".
"Aníbal se encuentra sin zapatos, desde hace una semana, porque adoptó esta posición como forma de protestas por la represión que mantienen contra los presos del 11 de julio dentro de las prisiones", explica Jacinto. "El preso político Roberto Pérez Fonseca había adoptado la misma decisión días antes también por los abusos de los guardias".
"El sábado pasado trataron de obligarlo a ponerse zapatos para poder usar su derecho a la llamada telefónica pero renunció a la llamada y se mantuvo descalzo". En la cárcel Melena 2, Palau "mantiene su protesta y está muy consciente de lo que está haciendo, él tiene un carácter muy firme y no le gustan las injusticias".
"Aníbal se encuentra sin zapatos, desde hace una semana, porque adoptó esta posición como forma de protestas por la represión que mantienen contra los presos del 11 de julio dentro de las prisiones"
Del otro preso trasladado, Juan Enrique Pérez Sánchez del municipio de Vegas, en la misma provincia, advierte: "todavía no ha podido comunicarse con su esposa Dayana, ella no sabe todavía sobre su paradero, aunque mi hijo me contó que los trasladaron juntos".
De aquel día que les cambió la vida para siempre, Jacinto recuerda que aunque la familia es de San José de las Lajas, Palau estaba en Güines el domingo 11 de julio de 2021, donde residía en ese momento. "Salió a manifestarse de manera pacífica, como hicieron miles de cubanos en más de 300 puntos de toda la Isla. El lunes 12 volvió a salir a protestar al parque".
El arresto del joven en aquella segunda jornada fue brutal: "Lo golpearon, le aplicaron descargas eléctricas y más de seis boinas negras lo atacaron por la espalda, además de oficiales de la Seguridad del Estado vestidos de civil con palos. Lo golpearon desde la cabeza hasta los pies, hasta perros le echaron", recuerda. "Lo desaparecieron por 17 días".
"Cuando escuché su voz por primera vez, después de aquella golpiza, me contó que había recibido maltratos, golpes y torturas", detalla. "Pero durante el juicio contra él nunca se habló del 12 de julio que fue cuando lo secuestraron de las calles. En ese circo amañado que montó el tribunal le inventaron un delito de atentado que jamás cometió".
"Según el oficial Yenislandi Medina Hernández, de la Seguridad del Estado en Güines, mi hijo lo atacó, lo cual es absolutamente falso. Ese hombre llevó a juicio dos policías de testigos pero uno dijo que nunca vio a Aníbal tirar una piedra y todo era sin pruebas. De dos años que le pedían terminó condenado a cinco de privación de libertad, aunque en mitad del juicio le habían llegado a pedir 12 años más por un robo con fuerza".
"Mi hijo participó en los hechos de la tienda Panorama en Güines ese mismo 11 de julio, porque entró al local y salió por una vidriera rota, aunque él no la rompió, él no tiró piedras. Salió con una botella de aceite y un kilogramo de arroz en la mano porque, aunque me dijo luego que a él no le hacía falta, sentía que las tiendas en MLC [moneda libremente convertible] indignan a la población, no le resuelven el problema".
"Cuando escuché su voz por primera vez, después de aquella golpiza, me contó que había recibido maltratos, golpes y torturas"
"Desde que está en prisión ha mantenido su demanda de libertad y considera que los presos del 11J son inocentes. En la prisión de Quivicán fue uno de los que inició una huelga de hambre de varios prisioneros políticos reclamando sus derechos. Somos anticomunistas", explica Jacinto. "Después de eso los han intentado separar para callarlos".
"A mí me han hecho también presiones, sitian mi casa, me amenazan cuando voy a visitarlo a la prisión. En Melena un guardia me dijo que me iba a llamar a la Policía porque yo le reclamé que amenazó a mi hijo con meterle el spray por la boca porque Aníbal gritó "¡Patria y vida!". "Porque él se comporta como si fuera libre aunque esté dentro de la cárcel".
"Cuando me llamó esta mañana me pidió que denunciara su situación. Cuando los trasladaron iban con esposas y cadenas en la muñeca y en los tobillos. Lo amenazaron con mandarlo a una cárcel en Guantánamo, pero él va a seguir firme porque está luchando por la libertad". La conclusión de la madre es contundente: "¡Basta ya de abuso!"
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